Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

jueves, 25 de junio de 2020

"Llamarse andana" y "zabuquear"



Hace muuuuuucho tiempo que no hablamos de dichos y palabras raras.
Esto no puede ser.
Hay que poner orden de inmediato.


Vamos a recordar una expresión que ya comentamos en este blog en febrero del 2015, pero que no está mal volver a repasar.

"Llamarse andana" ¿Quién no sabe qué quiere decir esta expresión?
O lo que es lo mismo "hacerse el desentendido" "hacerse el que no sabe"... 

O cómo nos dicen los diccionarios:
- El diccionario de la Real Academia:
andana2
De altana.
llamarse alguien andana, o a andana
1. locs. verbs. coloqs. Desentenderse de lo que es o podría ser un compromiso.
 
- El diccionario de María Moliner:
andana Llamarse andana. Desentenderse de algo. Hacerse el desentendido. No atenerse a una promesa u obligación cuando llega el momento de cumplirlas.
 
 ¿Y de dónde viene esta expresión?
Pues parece ser que nos tenemos que remontar a los siglos XVI y XVII cuando a la Iglesia se la conocía también como "antana" o "andana". "Andana" sería una corrupción de "antana", aludiendo al  "altar", o a cosas elevadas como Dios, o quizá a "alto" por su torre. Hay diversas explicaciones.
Por aquel entonces los que huían de la Ley, a veces buscaban el resguardo del recinto sagrado, su protección, y se decía que se "llamaban a andana", se "llamaban a Iglesia". Se llamaban a asilo sagrado.
El abuso de esta práctica originó que a finales del siglo XVIII se derogara. 



Y también vamos a hablar de la expresión Zabuquear.

¿Vosotros zabuqueais mucho o poco?
¿Todo el mundo sabe lo que significa "zabuquear"?

zabuquear
1. tr. Menear o revolver una cosa líquida moviendo la vasija en que está.
2. tr. traquetear (‖ mover o agitar líquidos y otras cosas).

¿Quién desconocía esta palabra? ¡Que levante la mano!

Yo desde luego no tenía ni idea. Y tampoco tenemos tantas palabras que comiencen por "z" como para andar desconociendo las que tenemos ¿no?

Zabuquear, bazuquear, bazucar... todas nos llevan al mismo significado de menear o agitar. 


Venga, que no quiero cansaros, pues ya por hoy aparcamos las palabras.  



#Palabras 
#Dichos

La imagen está sacada del cuento:
La gran fábrica de palabras
Agnés de Lestrade y Valeria Docampo
Editorial: Tramuntana
Páginas: 40
ISBN: 978-84-16578-08-5

martes, 23 de junio de 2020

El mal de Corcira de Lorenzo Silva



- Subamos a la Mola. Y de paso os enseño el faro.
De nuevo, el trayecto duró tan solo unos pocos minutos. La subida era agradable, entre la densa vegetación que tapizaba la falda de aquella elevación de poco menos de doscientos metros que marcaba la cota superior de la isla. Sobre el altiplano que la coronaba había un pueblo, Pilar de la Mola, que se veía vacío y apacible bajo la poderosa luz del mediodía. Había que hacer un esfuerzo para recordar que estábamos en noviembre: la temperatura no bajaba mucho de los veinte grados y aquel sol y aquel aire transparente hacían pensar en un eterno verano. Al bajar del coche, junto al faro que se alzaba en el extremo oriental de aquella pequeña meseta y de la isla, el viento nos recordó en seguida la estación, aunque tampoco suponía una excesiva molestia.
El faro era hermoso, como todos los faros, aunque hacía tiempo que no lo encalban. Junto a él había una pequeña casa, la residencia del farero en tiempos, supuse, y me pregunté si aún la ocuparía algún funcionario de aquel cuerpo que según me dijo uno de los pocos que quedaban, y al que conocí durante una investigación en Almería, se había declarado ya a extinguir...
(...)
- ¿Y ese monolito?
- Está dedicado a Julio Verne -dijo-. Sacó la isla de una novela.
-Es cierto -recordé de pronto-Hector Servadac.
Eva me miró con asombro.
-Increible, mi subteniente. es usted la primera persona con la que me tropiezo que no es de Formentera y se sabe el título del libro.
-Bueno es que lo he leído.
(...)

El mal de Corcira
Lorenzo Silva



Y qué agradable es cuando de un placer sacas otro, como un conejo de una chistera, como si abrieras una hilera de matriuskas a cual mas preciosa.

Y estás leyendo un libro que te tiene atrapada, el último de Lorenzo Silva, sí el último de Bevilacquaa, y de pronto te habla del Faro de La Mola en Formentera. Aquel lugar que recuerdas con una sonrisa.

Donde había un faro, y un acantilado, y un monolito que recordaba a Julio Verne y hasta hicisteis autostop.

Donde estaba aquel perro que decidió que en ningún sitio estaría más cómodo que encima de mis piernas.Todo el camino en aquel coche que nos recogió...


El placer de la lectura, el de los viajes, el de las aventuras, el del caminar bajo el sol sin prisas ni horarios.

Qué suerte aún me queda medio libro de Lorenzo Silva, lo estoy disfrutando mucho.
Ya os lo contaré mejor.
Y más suerte aún de que este año iremos a cazar faros. 
También ya os los presentaré.

La vida está salpicada de pequeños placeres,
solo hay que estirar el brazo,
abrir la mano,
tocarlos,
sentirlos.

Y disfrutar.





jueves, 18 de junio de 2020

De un poemario y una flor. Regalos. Juan Calderón.



Hay regalos que te salvan un día, una semana, un mes.

Regalos con los que vuelves a su etimología: "agasajar", "tratar bien", "mimar". 
Y te dejas acariciar por ella.

Regalos que de pronto aparecen en tu buzón o en tu patio, discretos, silenciosos, pero únicos y brillantes y te hacen olvidar los sinsabores de los últimos días.

Los libros y las flores. Etereos, grandes.

Sillas invisibles de Juan Calderón, poemario que ya has reseñado aquí y que guarda tesoros en forma de versos a los que volver cualquier día. Ya tienes tu ejemplar con esa preciosa dedicatoria. Gracias, gracias, gracias.

Y uno de tus cactus,  pequeño, peligroso pero que te tenía reservada ese despliegue de color y belleza.

La belleza está en las cosas pequeñas, en las cosas cotidianas, en el día a día.

Hay regalos que te salvan un día, una semana, un mes.






AMISTAD
Para mi querido Juan Bautista Raña
que me hace agradable la existencia.
Porque me pones alas
en aquellos momentos
en los que dejo de sentirme pájaro,
y eres frescor de lluvia
cuando mi voz se agosta
entre los pentagramas
de tristes melodías,
o te conviertes en epístola
para poner calor
en el iglú de mi buzón vacío.

Porque te sientas a tejerme abrigos
con madeja de sueños,
y me abrazas de frente
cuando sabes que el mundo
pretende asesinarme por sorpresa,
he decidido que tu nombre
sea en mi propio diccionario
la definición más hermosa
de todas las palabras.
 
Juan Calderón
Sillas vacías
 
Editado por Los Libros del Mississipi.
2020 




#Regalo
#Poemario
#Cactus

miércoles, 17 de junio de 2020

"La Nena" de Carmen Mola - Reseña Literaria




Bueno pues ya me terminé "La Nena" de Carmen Mola.

Tercer libro de la serie cuya protagonista es la inspectora Elena Blanco.

Me lo he leído volando, porque es de esos libros que empiezas y no puedes dejar. Eso sí todo el rato pensando que el autor, o autora de esta serie, porque Carmen Mola es un seudónimo, cada vez se inventa "malos" más crueles, sádicos y de todo...

Y aún así, no puedes parar de leer.

Así que ¿qué os puedo decir? que después de leer la primera "La novia gitana" y la segunda "La red púrpura", ya sabía que en cuánto saliera la tendría que leer. Y en cuánto la comencé me dije "Buf que pinta de durilla tiene la novela", lo cual tampoco me extrañaba. Y hasta pensé "No sé si tengo cuerpo estos días para esta novela", pero claro sigues, sigues y sigues, hasta que le das fin.

Muy entretenida. Mucho. Como las anteriores.

Tiene los mismos protagonistas, que son los del equipo policial de siempre, los de la Brigada de Análisis de Casos, aunque con una nueva incorporación, la de Reyes. Y esta vez parece que Elena Blanco, la inspectora que nos había dejado y estaba al mando, vuelve, no sabemos para siempre, pero esperemos que sí.

Otra vez también está ambientada en la actualidad y en Madrid, lo cual a mí me encanta porque los escenarios son muy reconocibles, muy familiares, con lo cual la acción te la imaginas perfectamente. Está muy bien ambientada en esta ciudad. También en esta misma, hay un par de incursiones a Segovia y a Cuenca. En concreto al mundo rural.

En este caso arranca la trama con la desaparición de "Chesca", una compañera del equipo. Y todo apunta a que no ha sido queriendo. No os quiero contar más porque no os quiero chafar nada de la historia.

Las tres novelas de la serie, tienen un ritmo muy bueno, son muy ágiles, te enganchan rápidamente. Hay mucha acción, mucho diálogo. Y a veces, incluso en estos menesteres que nos traemos tan escabrosos, hasta con cierto humor. En este caso he sonreído con las conversaciones entre Orduño y Reyes. Está claro que el personaje de Reyes, "la nueva", va a dar mucho juego. Es un personaje muy peculiar que llama la atención, no pasa desapercibido, un acierto para la novela. 

Como os decía el ritmo es ágil, fluye muy bien, a lo que ayudan los diálogos, pero también que los capítulos son cortos y la acción va saltando rápido de un tema a otro. La intriga está muy bien dosificada, no se pierde el interés en ningún momento. Siempre se va avanzando. Y aunque cómo os comentaba "los malos" son muy malos, lo peor del ser humano, no se puede decir que se recree en la sangre, ni la casquería, no, simplemente con unas pinceladas te pone en la situación más cruda, sin llegar a hacértelo más desagradable de lo que es. Que lo es.

En fin, no quiero destripar nada, solo deciros que es novela policíaca de la nuestra que merece mucho la pena. Os recomiendo las tres. Eso sí en orden, porque aunque todas me han gustado, siguen un orden cronológico, aunque sean casos distintos.



#Novela
#CarmenMola

domingo, 7 de junio de 2020

"El infinito en un junco" de Irene Vallejo





"Siempre me asusta escribir las primeras líneas, cruzar el umbral de un nuevo libro. Cuando he recorrido todas las bibliotecas, cuando los cuadernos revientan de notas enfebrecidas, cuando ya no se me ocurren más pretextos razonables, ni siquiera insensatos, para seguir esperando, lo retraso aún varios dias durante los cuales entiendo en qué consiste ser cobarde. Sencillamente, no me siento capaz. Todo debería estar ahí -el tono, el sentido del humor, la poesía, el ritmo, las promesas-. Los capítulos todavía sin escribir deberían adivinarse ya, pugnando por nacer, en el semillero de las palabras elegidas para empezar. Pero ¿Cómo se hace eso? Mi bagaje ahora mismo son las dudas. Con cada libro vuelvo al punto de partida y al corazón agitado de todas las primeras veces. Escribir es intentar descubrir lo que escribiríamos si escribiésamos, así lo expresa Marguerite Duras, pasando del infinitivo al condicional y luego al subujuntivo, como si sintiese el suelo resquebrajarse bajo sus pies.
En el fondo, no es tan diferente de todas esas cosas que empezamos a hacer antes de saber hacerlas: hablar otro idioma, conducir, ser madre. Vivir."


Hoy os quería hablar de un regalo.

Un regalo que me he hecho a mí misma durante el confinamiento. Mi libro estrella de lo que va de año en mis lecturas. Lo que va de año y lo que irá, porque sé que lo será durante mucho tiempo. Me va a ser díficil terminar con otro con la sensación con la que he terminado la lectura de éste.

Pocas veces leo ensayo, pero de vez en cuando intercalo este tipo de lectura con las novelas. Me gusta leerlos en papel, para subrayarlos y anotar en los márgenes, mientras que para la novela suelo utilizar el kindle.

Pues bien, durante esta pandemia me ha acompañado "El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo" de la filóloga Irene Vallejo. En cuánto podía escaparme un ratito al patio a leer después de comer, ahí iba cargada con él y un lapicero.

Lo había pedido en la carta a los Reyes Magos y ahí lo tenía, esperando pacientemente su turno. Hasta que alguien me habló de él, y dije ¡Pero si yo lo tengo! Y fue cogerlo y ya no soltarlo.

Premio el Ojo Crítico de Narrativa 2019. Premio Las Librerías Recomiendan de No Ficción 2020. Premio Búho al Mejor Libro de 2019, que otorga la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro. EL ENSAYO REVELACIÓN DE LA TEMPORADA...

Me ha encantado.

Desde uno de esos juncos del Nilo que se utilizaron para empezar a escribir, ahora tengo 400 páginas que me han enseñado un montón de cosas sobre el libro y la escritura, su evolución y su historia.

Está escrito con un tono cercano que transmite mucho. Didáctico pero nada empalagoso, ni tedioso, ni pedante, nada de eso. La autora te va contando pequeños relatos que orbitan en torno a la escritura, la historia del libro, la lectura. 

Es también un libro de viajes, el viaje del libro y de todo cuánto hay a su alrededor. Un libro que habla de biliotecas y de librerías. Un libro que habla de la tradición oral y de la escrita. Un libro que habla de ritos y de costumbres. Habla de los benshis y de las hetairas, habla de dioses y mitos. De autores, de escritores de todos los tiempos, de las mujeres, de películas, de oficios, de mil y una cosas.

Es un libro que transmite el entusiasmo que la autora siente por este mundo, y con el que yo me siento muy identificada. 

"En la sociedad judia medieval se celebraba con una ceremonia solemne el momento del aprendizaje, cuando los libros hacían partícipes a los chiquillos de la memoria comunitaria y del pasado compartido. Durante la fiesta de Pentecostés, el maestro sentaba en su regazo al niño al que iba a iniciar. Le enseñaba en una pizarra en la que estaban escritos los signos del alfabeto hebreo y a continuación un pasaje de las Escrituras. El maestro leía en voz alta, y el alumno repetía. Luego se untaba con miel la pizarra y el iniciado la lamía, para que las palabras penetrasen simbólicamente en su cuerpo. También se escribían letras en huevos duros ya pelados o en pasteles. El alfabeto se volvía dulce y salado, se masticaba y se asimilaba. Entraba a formar parte de uno mismo. "

Partiendo de la mítica Biblioteca de Alejandría, la autora va a ir contándonos, centrándose más en los griegos y después en los romanos. Pero todo ello salpicado de aventuras, de vivencias, de viajes. Después hablará de la Edad Media, de sus monjes, y hasta nuestros días.

Tiene una estructura lineal en lo principal, pero al mismo tiempo es digresiva y va dando saltos constantes en el tiempo, atras y adelante, adelante y atras, sin hacer nada monótona la lectura.

El tono es ameno, didáctico cómo os decía, pero sin ser tostón en ningún momento. Son pequeños relatos hilados donde tan pronto te cuenta historias como anécdotas, con una atmósfera cercana, alegre, a ratos con humor y muy bien escrito. La autora ha sido aquí narradora, cronista, periodista, con tintes autobiográficos incluso, sin perder la frescura en ningún momento.


Ana María Moix me contó una vez que en los años setenta, un mediodía quedó a comer con la prodigiosa camana del boom latinoamericano: Vargas Llosa, Gabriel García Marque, Bryce Echenique, José Donoso, Jorge Edwards... Entraron en un restaurante de Barcelona donde había que apuntar el pedido y entregárselo por escrito al camarero. Pero ellos bebiendo y conversando, se desentendieron del menú y de las aproximaciones interrogativas de los camareros. Al final tuvo que interrumpir el maitre. Irritado por tanta cháchara apasionada y tan poco interés gastronómico. Se les acercó y, sin reconocerlos, preguntó con voz enojada: "¿Es que nadie sabe escribir en esta mesa?".
Hoy asuminos que, a nuestro alrededor, la inmensa mayoría de la gente lee y escribe. Detrás de esta situación hay una larguísima ruta de siglos. (...)
(...)
 Somos seres económicos y simbólicos. Empezamos escribiendo inventarios, y después invenciones (primero las cuentas: a continuación los cuentos).


Los libros, y la escritura, que siempre estuvieron y siempre estarán, a pesar de todas las invasiones, de los bárbaros, de los saqueos, los incendios, las catástrofes. A pesar de las nuevas tecnologías, de internet, ahí están y estarán.
 

"Es seguro que en la época más temprana de los poemas y las narraciones escritas, no hubo una forma única de nombrarlos. Las listas de libros de las primeras bibliotecas de la historia, en el Oriente antiguo, mencionan las obras por su tema. "Para rogar al DIos-Tempestad" se lee en una tablilla de arcilla encontrada Hamusa. La siguiente entrada del listado dice: "Sobre la purificación de un asesinato". Con todo, el método más habitual fue usar las primera palabras del texto: Enuma Elish (en acadio: "Cuando en lo alto..." (...)
Es hermoso el viejo modo de nombrar las historias por el comienzo, como si, sin querer, arrastrados por su hechizo, empezásemos ya a narrarlas. Italo Calvino restacó ese antiguo procedimiento cuando tituló una de sus más fascinantes novelas: "Si una noche de invierno un viajero".
Los primeros títulos fijos, únicos e inamovibles pertenecieron a las otras teatrales. Los dramaturgos atenienteses fueron pioneros en titular sus piezas, con las que competían en certámenes públicos y debían quedar a salvo de toda confusión al anunciarlas, promocionarlas o declararlas ganadoras. Prometeo encadenado, Edipo Rey o las Troyanas nunca tuvieron otro nombre o apellido. La prosa, en cambio, tardó más en adquirir títulos duraderos..."


Éste es un libro para estudiarlo, más que para leerlo. Un libro donde he subrayado y subrayado, donde he escrito en los márgenes y al final también. Un libro que debería volver a empezar esta tarde, cuando lo terminé esta mañana. Un libro que consultaré muchas veces y releeré muchas más. Qué pena me está dando ya de que se me olviden muchas de las cosas que he leído en él. 

Este libro es un homenaje. Es pasión.

Por favor si os gusta leer tanto o más que comer, si os gusta escribir, si os gusta que os cuenten cosas, si os gusta aprender, leed este libro. 
 
«Somos los únicos animales que fabulan, que ahuyentan la oscuridad con cuentos, que gracias a los relatos aprenden a convivir con el caos, que avivan los rescoldos de las hogueras con el aire de sus palabras, que recorren largas distancias para llevar sus historias a los extraños. Y cuando compartimos los mismos relatos, dejamos de ser extraños.»






Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) se doctoró en Filología Clásica por las universidades de Zaragoza y Florencia. En la actualidad lleva a cabo una intensa labor de divulgación del mundo clásico impartiendo conferencias y a través de su columna semanal en el diario Heraldo de Aragón. De su obra literaria destacan las novelas "La luz sepultada" (2011) y "El silbido del arquero" (2015), la antología periodística "Alguen habló de nosotros" (2017) y los libros infantiles "El inventor de viajes" (2014) y "La leyenda de las mareas mansas" (2015).



#Irene Vallejo
#Ensayo
#Libros

sábado, 6 de junio de 2020

Confinamiento.Madrid. Finales de la Fase 1. Gloria Fuertes.



Tus pies quieren andar, quieren movimiento, sentir que tú y el asfalto estáis vivos cuando lo pisas. 

Madrid es enorme pero se puede caminar. 
Sin más brújula que la intuición y el sol en la cara. 
Sin más destino que las calles menos transitadas. 
Vas alejándote de casa, del barrio, para seguir descubriendo tu ciudad.

Hay que salir cada vez más temprano para no hacerlo a deshoras. 
Bendita fase 2 que nos dejará caminar a cualquier hora. 

Madrid de vez en cuando se viste de gala y te muestra una de esas casas que te gusta encontrar. 
Esta vez ha sido la de Gloria Fuertes. 
Otra para la colección. 


Está en la calle Alberto Alcocer, esquina con el Paseo de la Habana. 
Sabes que esta casa se la compró después de haber vuelto de su experiencia como profesora en EEUU. Ella que no tenía ni el bachillerato, que tenía un curriculum "anémico" se pudo ir becada a una universidad a dar clase, con la ayuda de su amor de entonces. Pero ella lo valía, lo valía de sobra, y durante dos años los alumnos la celebraron como la mejor profesora que habían tenido. 
Ella fue feliz y sus alumnos lo fueron más.

Qué pena no haber podido disfrutar de sus clases, tenían que ser tan grandes como Gloria.

Te recuerdas a ti misma de niña delante del televisor. A tu lado sentados tus hermanos en el suelo, en todas las manos el bocadillo de la merienda. En la pantalla están echando "Un globo, dos globos, tres globos". 
Te encantaba. 
Ese recuerdo en casa de pequeña, con tus hermanos, tus padres, todos cerca, es uno de los tesoros que guardas en la memoria. 

Vuelve el recuerdo, viene envuelto en aquella musiquilla.

"Un globo, dos globos, tres globos, la tierra es un globo que se me escapó". 
Ya estaba ahí Gloria Fuertes, en tu vida, y tú sin saberlo.

Aunque ahora de mayor, te inclinas por sus poemas para adultos. 
Esos poemas aparentemente sencillos, pero profundos. 
Esos poemas cercanos, que te llegan como pocos.


YA VES QUÉ TONTERÍA

Ya ves qué tontería,
me gusta escribir tu nombre,
llenar papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre,
decir a los niños tu nombre,
escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así.
Me creo que siempre que lo digo me oyes.
Me creo que da buena suerte.

Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima nada más que tu nombre.


autógrafo


#Madrid
#Casas de Escritores
#Gloria Fuertes

viernes, 5 de junio de 2020

"El secreto de Gibola" de Ane Odriozola. Reseña Literaria



  Prólogo
Legazpi, Noche de San Juan de 1929

Subió las escaleras intentando hacer el menor ruido posible. Todavía le temblaban las rodillas. Entró en la habitación, se quitó la ropa manchada de tierra y sangre, y se metió en una cama que no era la suya. Temió que le estallara el corazón en cualquier momento. Sabía que sería totalmente imposible conciliar el sueño, por lo que ni siquiera lo intentó. Se acurrucó hacia un lado y se dispuso a esperar. Esperar a que amaneciera, a que comenzara ese día con el que había soñado tantas veces, ese día que le permitiría marcharse de aquel lugar que había sido un infierno. Tenía frente a él la oportunidad de dejarlo todo atrás y lo haría para siempre.



Capítulo 1
Donostia. San Sebastián. Junio 2010

Nerea Fabbi Isasmendi era una jóven donostiarra de veintisiete años a la que la vida había tratado bien, o esa sensación tenía al menos ella. Era alegre, inteligente, tenía don de gentes y unos bonitos ojos negros que resaltaban junto a su larga melena de color chocolate. La mayor desgracia que había sufrido en su vida, por llamarlo de alguna manera, había sido la separación de sus padres, algo que no le había supuesto ningún trauma, ya que sucedió cuando apenas contaba cuatro años...



 En estos últimos días he estado leyendo dos libros. Uno en papel en el ratito tranquilo de después de comer hasta que volvía a las faenas laborales, y otro en el kindle por la noche. El de papel es un ensayo del que pronto os hablaré porque me quedan muy pocas páginas, pero la novela la terminé anoche. 

Se trata de "El secreto de Gibola" de Ane Odriozola.

Es una novela que tiene el premio "Círculo rojo 2019 al mejor libro de misterio".

¿Que nos cuenta el argumento? "Nerea es una joven donostiarra que descubre fortuitamente la existencia de un caserío perteneciente a su familia en Legazpi, Gipuzkoa. Movida por la curiosidad, decidirá buscarlo y husmear en él. Allí encontrará algo que le llamará poderosamente la atención: una pequeña cuna de madera y el retrato de la niña más bonita que ha visto jamás, con una inscripción: Miren, 1922. ¿Quién es esa niña? ¿Qué relación tiene con su familia?

La búsqueda de respuestas le llevará a conocer un pasado familiar que su abuelo Bittor, al que considera su padre, lleva toda la vida ocultando. ¿Por qué su aitona le ha mentido sobre sus orígenes? ¿Qué es lo que sucedió hace ochenta años que no quiere recordar?"

Es una novela que aúna la novela de misterio con la histórica. Cómo veréis por el fragmento que os he copiado al principio de la entrada, está contada alternando dos tiempos verbales, los acontecimientos que ocurrieron durante los años 20 del siglo XX en Legazpi, un pueblo vasco, y el presente que está ambientado en el año 2010 en Donostia. Luego entonces, la autora va a llevar dos hilos argumentales, saltando en el tiempo, contando la historia adelante y atrás, para narrarla. Lo cual imprime mucho más ritmo. Eso en cuánto a las coordenadas temporales de la historia. En cuanto a las coordenadas geográficas, estamos en el norte, en el País Vasco, entre caseríos. Me ha encantado la ambientación de esta novela, dan ganas de salir corriendo a darse un paseo por ese otro Legazpi. Aquí es un barrio del sur de Madrid que no tiene nada que ver con ese lugar del norte, que conoceré algún día. 

Esta novela pretende desentrañar un misterio familiar.

Yo creo que está bien para todas las edades, y no tiene demasiadas páginas, no llega a las trescientas con lo que se lee bastante bien.

Es fácil de leer, está bien escrita, con una prosa sencilla y correcta. Es de lectura fresca y historia que se narra es entretenida. Es una novela de misterio, donde la intriga está bien dosificada. No es que sea trepidante, ni el colmo de la intriga, no nada de eso, porque es también una saga familiar.

Es agradable su lectura y logra mantener la atención del lector porque hasta el final no se resuelve del todo la intriga, con varios giros interesantes, sobre todo al final.


Si te gustan las historias familiares con algún secretillo, ya sabes.