Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

domingo, 7 de julio de 2024

Navagalamella y Fresnedillas de la Oliva.

 

 El que más o el que menos sabe eso de que "como es viernes nos tomamos unas cañas". Y luego las cañas se alargan y alargan y alargan, y se termina viendo amanecer mientras corres para pillar "el búho" que sale de Cibeles, o casi que ya el primer bus de la mañana que ya no puedo correr más. 

Eso hacíamos nosotros cuando nos conocimos, quedar para ver amanecer. Ahora, diez trienios después, porque nos conocimos en un Ministerio, lo hemos hecho tan bien que seguimos quedando pero ya para ver atardecer. 

Supongo que sí, que hemos cambiado. Pero no tanto. En el fondo, hay mucho de lo que éramos en este grupo de amigos que conservo desde mis primeros años de funcionaria. Porque uno va haciéndolos por donde pasa, inevitablemente, pero lo mejor es que pasados "taytantísimos" años después, con lo diferentes que somos cada uno en su vida, sigamos inventando quedadas para pasar unas horas juntos y ponernos al día. 

Jose, casi siempre, dice que ya toca. Luis, esta vez, puso generoso el coche. Isabel reservó para comer en un sitio que nos encantó, y yo les ofrecí el itinerario. Vale, sí, me lo llevé para lo cultural, no lo pude evitar. Lola vendrá a la próxima. Y el otro Jose... cualquier día también; o no y vamos a verle "pinchar" su música. 

Esta vez tocó Navagalamella y su museo de la Mujer en la guerra civil, su Iglesia y sus búnker. Y después Fresnedillas de la Oliva con su Museo Lunar y sus murales. Una gozada de día en la que el tiempo se lució y nos regaló poco calor. Os contaré, lo que se puede contar, y recomendaré mejor y más despacio en otras ocasiones. Pero hoy solo un pequeño resumencito de un día de turismo por la provincia de Madrid con mis amigos del Tajo. Ya ninguno tiene el cargo que tenía, y ni tan siquiera trabaja allí pero esos somos. Mientras, detrás de cada foto juegan al escondite nuestras voces, los retazos de la conversación, las risas. Solo tengo que mirarlas, y vuelven corriendo para devolverme el momento y darles vida.

Va por vosotros. Para nuestro particular calendario y recuerdo. 

La champi.


















"La seca" de Txani Rodriguez. Reseña Literaria

 


"Hay una forma de estar en silencio a la que se acostumbran algunas parejas que resulta confortable. Se elimina la necesidad de tener que entablar una conversación, a poder ser amena y edificante, de las primeras citas y se alcanza, con el paso del tiempo, la complicidad para poder desconectar en compañía; pero cuando su madre se quedaba en silencio, como había hecho desde que sirvieron la comida, Nuria experimentaba una tensión insana porque sentía que fracasaba en su propósito de que su madre se divirtiera. Esa frustración la llevaba a veces a contestarle de forma seca si por fin comentaba algo y a convertir el tema más nimio en motivo de discusión."


Termino de leer "La seca" de Txani Rodríguez y me enfrento a la labor de reseñarla, con sentimientos ambivalentes. 

Creo que la novela está muy bien escrita, pero a mí no me ha encantado. En mi opinión es una novela que tiene unas descripciones muy elaboradas, una ambientación muy bien lograda, la prosa de la autora es rica, elegante y minuciosa. Sin embargo creo que a los personajes les falta algo. Creo que no están del todo bien perfilados, me falta profundidad en ellos, y además la protagonista "Nuria", disculpad la franqueza, pero es una "petarda" de marca mayor que no despierta ni en los otros personajes ni en mí, como lectora, ninguna simpatía y supongo que influye mucho para la sensación que me ha dejado la novela. 

Pero vamos a intentar ser más objetivos. 

El argumento nos cuenta como Nuria, una chica de Llodio, viaja hasta el sur de España al pueblo donde están sus raíces, acompañada de su madre. En su pueblo, que vive de la extracción del corcho, ha pasado todos los veranos por eso no se siente una turista, pero tampoco se siente una más del pueblo. Una vez allí se va a ver inmersa en los cambios profundos que está experimentando ese entorno en el aspecto económico y social, reflejándose en el modo de ganarse la vida los vecinos, y desde luego también en el inevitable choque entre las tradiciones y el progreso.

La novela está ambientada en tiempos de la pandemia, el verano del 2020, y en un pueblo del sur de España, un área protegida, que vive del corcho y los alcornocales. La ambientación me ha gustado mucho, porque tiene unas descripciones muy bellas sobre estos parajes y sobre el oficio gracias al que sobreviven. He aprendido mucho de estos árboles y de "la seca". El título que lleva la novela. Resulta que durante bastantes páginas yo creía que el título aludía a la protagonista y su carácter áspero pero no, alude a una enfermedad de estos árboles que yo desconocía. Me ha interesado este tema que trata del cultivo del alcornoque y, de alguna manera, del aguacate, por el que parece que en este territorio ya se inclinan muchos.

"Nuria había oído hablar de la enfermedad de los alcornocales: la seca, como la llamaban. estaba en oca de todo el mundo desde hacía años. Algunos la atribuyen a la sequia; otros, a la contaminación atmosférica, o a los incendios o a las plagas o a las inundaciones o a la gestión inadecuada del suelo; hay quien solo nombra la seca entre dientes, como si fuera un mal fario. No terminan de precisar el origen último de la enfermedad de esos árboles recios, pero saben que la causa -que tiene mucho de consecuencia- es un hongo. A Nuria, en los nerviosos atardeceres del verano, le parece ver a algunas personas mirando el horizonte, a las montañas apretadas y verdes, con expresión de derrota. El hongo se extiende bajo sus pies, silencioso como la traición, y desnuda de hojas las copas de los alcornoques y genera focos y contagia a las jaras y a los brezos."

Qué bien lo cuenta ¿verdad? El ritmo de la novela es pausado, tiene pocos diálogos y muchas descripciones. No es que no pase nada, pero lo cierto es que pasa poco. Es una lectura que invita a la calma sino fuera, como os comentaba, por su protagonista que vive en la inestabilidad y llega a cansar. Hay que admitir que, tal y como la ha perfilado la autora, llega a transmitir bastante, lo cual es positivo, aunque sea inquietud por su carácter desasosegante. Tal y como os dije en un principio, al final me falta más profundidad en las aristas de los personajes porque en las últimas páginas hay un giro con uno de ellos que creo que es un poco abrupto.

Esta autora tiene un libro anterior "Los últimos románticos" que ha tenido buenas críticas. No sé, quizá le de otra oportunidad con este libro porque lo cierto es que su prosa sí que he pensado que merece la pena. 


martes, 2 de julio de 2024

Últimos murales de Madrid relacionados con la literatura

 




Como la dama presumida que es, que por más arrugas y años que cumpla, no deja de ir a la peluquería a atusarse el cabello, así Madrid no se permite salir de casa de cualquier manera y, de vez en cuando, se echa colorete en las mejillas de sus fachadas. Hace bien, no hay como la "salud de bote" para que sus vetustos edificios luzcan como nuevos.

Las dos últimas veces nos ha sorprendido con murales relacionados con la literatura, lo cual yo celebro.

Por un lado alardea de la decoración de uno de los arcos que van a dar a la Plaza Mayor homenajeando a Galdós y su querida novela, pues no muy lejos el escritor había situado la vivienda de Fortunata, y la de Jacinta un poco más allá, en la calle del Marques Viudo de Pontejos 1, dando a la famosa Plaza de las mercerías. 

Y por otro y no muy lejos, a espaldas de la Plaza Mayor, Madrid hace un par de meses se ha tatuado un enorme y chulísimo mural inspirado en la novela de la Reina Roja de Juan Gómez Jurado. Está en la calle Santiago y llama la atención por su colorido. 

Esta ciudad no se termina de descubrir nunca. Qué suerte.