Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

jueves, 28 de marzo de 2024

"El realismo íntimo de Isabel Quintanilla" en el Museo Thyssen

 



Me encantó la exposición monográfica de la pintora realista Isabel Quintanilla que hay ahora en el Museo Thyssen. 

Casada con el escultor Francisco López y cuñada de Antonio López casado a su vez con la artista María Moreno, formaban junto a otros un grupo de amigos y artistas que se conoce como los Realistas. Desde que se conocieron estudiando permanecieron unidos durante décadas creando a la vez. 

La exposición la componen 104 obras divididas en seis ámbitos diferentes: Temprana declaración de intenciones, Pintura de proximidad, La emoción de la ausencia, Más que compañeras, Los paisajes que más quiso y Hortus conclusus: Naturaleza doméstica.

Toda la exposición me ha gustado mucho, pero si tuviera que elegir una parte sería la tercera, la titulada "La emoción de la ausencia" que me pareció la más íntima, la más acogedora con esos interiores de su casa y su colegio. A esta parte pertenecen los cuadros Atardecer en el estudio (1975), Habitación de costura (1974) El teléfono (1974) o Interior. Paco escribiendo (1995).

Sus cuadros son la memoria del paso del tiempo en nuestro país. Nuestras casas, nuestras mesas, nuestros objetos. La calidez de los cuartos de la costura, la sensación acogedora de las salas de estar, el cambio de la luz en los jardines.

Cuadros íntimos, a media luz y sumamente detallistas mostrando los típicos vasos de duralex, el bote de ajax, el aceite La Española. Los objetos con aquellas marcas que no olvidamos y que teníamos en todas las casas, todas las cocinas, y todas las familias. Su principal querencia era para los objetos más inmediatos, más cercanos, los que formaban parte de su vida y de la vida de sus seres queridos. Por eso en muchos cuadros siempre encontramos algún objeto mucho más personal como un pastillero o unos guantes. 

Desde los años 60 en Alemania logró su consideración como pintora, mientras que aquí pasó casi inadvertida. De hecho ella se quejaba de que para las mujeres del grupo, había sido mucho más difícil que para sus maridos. 

Ha tenido que ser rescatada en el siglo XXI para que podamos disfrutar de su obra. Es la primera vez que el museo Thyssen le dedica una exposición individual, para lo cual han ido investigando y localizando el centenar de obras que exponen ahora por colecciones privadas y otros museos.

Muy recomendable.









"No todo el mundo" de Marta Jiménez Serrano. Reseña Literaria

 



"Acaso el amor sea la capacidad de que la conversación siga siendo siempre interesante."

Y le ha tocado el turno a un libro de relatos, que por cierto he disfrutado mucho. Es el segundo libro de la autora Marta Jiménez Serrano, a quién yo no había leído, entono un mea culpa y pido perdón, y ahora creo que habrá que seguir haciéndolo, sí o sí.

"No todo el mundo" es un conjunto de catorce relatos de distinta longitud cuya temática gira en torno a las relaciones de pareja. 

"Cabe señalar que para encontrarse no solo hay que verse: hay que verse a la vez."

Son relatos cuyos personajes son muy diferentes, y tenemos de distintas edades, y clases sociales, los tenemos solteros, viudos o separados, los tenemos siendo compañeros de trabajo, de garitos, de las clases... Tenemos cuentos que hablan de los principios de las relaciones, otros de los finales, de las relaciones que te importan más, de las que menos, del deseo, de la complicidad, de la ternura, de dejarse llevar o no. De amor y de desamor.

"Le devolvió en un gesto furioso sus textos repletos de tachones diciéndoles que no explotaba su potencial, porque la voz del narrador esto, y la concepción temporal lo otro, y te falta conflicto. "Conflicto no me falta, te lo juro", pensó ella, según me dijo cuatro meses después, un día que comentábamos la efusividad de nuestro profesor. Blasco era implacable, echaba a los alumnos del taller si les encontraba una coma entre el sujeto y el predicado, motivo por el cual empezamos siendo catorce y en la tercera clase quedábamos ya solamente ocho. "Conflicto no me falta" pensó, pero solo sonrió irónicamente que es lo que hace con su tristeza. O lo que hacía entonces. "

Todos están ambientados en la actualidad y en distintos barrios de Madrid. Además se nota que a la autora le gusta nuestra ciudad y sus personajes han salido de distintas localizaciones fácilmente distinguibles. 

Por supuesto entre la variedad hay algunos con los que uno, como lector, va a conectar más y con otros menos. Algunos me han gustado mucho como el de "Filmin", el de "Un novio que tuve" o el de "Horny Asian teen". A alguno le habría quitado algunas páginas y a otros en cambio se las hubiera regalado muy gustosa. 

Lo que es cierto es que todos me han parecido muy bien escritos, muy creíbles, actuales, cotidianos, muy de verdad. 

El tono de los relatos es desenfadado pero muy correcto, tiene un punto de ironía y mucho de destreza con las palabras y las expresiones. Esconde un tono cómplice, no en vano son de relaciones humanas, en ocasiones casi juguetón, lo que se refleja en los juegos de palabras con los nombres propios: Elo y Elo, o con los distintos significados. 

Por otra parte, estructuralmente, son relatos muy bien construidos, con principios potentes y finales redondos. Os copio, a modo de ejemplo, el principio de un relato. Quizá sea de los más explícitos, pero también es una pequeña muestra de lo visuales que son:

"Macarena llevaba siempre una medalla redonda, una cadena fina y larga colgada del cuello que a David le resultaba fría al contacto con los huevos cuando ella le hacía una felación. Macarena se inclinaba y la medallita colgaba hasta impactar suavemente contra los testículos, donde se quedaba hasta que Macarena terminaba o, visto de otro modo, hasta que terminaba David." 

Están escritos con muchísimo ritmo, tienen distinto tono, distinto narrador, lenguaje, todo lógicamente al servicio de la historia que se cuenta.

"El miedo al amor es como el miedo a los gatos. A la sibilina imprecisión del silencio, a la felina predisposición al capricho..."

En fin. 

Que me ha parecido un libro de relatos muy bien escrito cuyas historias tienen un tono fresco, urbano, actual. Un libro de relatos muy recomendable.

viernes, 15 de marzo de 2024

Rosa Montero en el ciclo "Creadoras de historias" de la Mutua Madrileña. Un lujo

 


Llegó con su perrita Petra a un auditorio lleno de incondicionales de sus letras. 

El periodista José Manuel Calvo, que iba a conducir el diálogo, le dijo que Petra le iba a quitar el protagonismo. Pero Rosa Montero contestó que no, que era muy buena, que siempre la estaba dejando sola, y que iba a llegar un día que se iba a enfadar con ella. Así que se la había traído.

Y era verdad. Petra fue muy buena, no se movió de su regazo en toda la conferencia, no hizo ni un ruidito, y eso que Rosa Montero no dejó de hablar y contar, contar y hablar, haciéndonos sonreír, interesándonos, embelesándonos. 

Y nos contó sobre su vida y el periodismo y sus libros. Nos contó sobre la creación literaria en sus novelas. 

Un gustazo de conferencia.

"Quiero hacer cosas que calienten el corazón."


Fundación Mutua Madrileña. Ciclo de conversaciones "Creadoras de historias". Martes 12 de marzo.












jueves, 14 de marzo de 2024

"La mujer de la libreta roja" de Antoine Laurain. Reseña literaria

 


He terminado de leer "La mujer de la libreta roja" volando. 

Se trata de una de esas historias de "aquí va a pasar algo bonito" que tiene su parte original y lo mejor es que, en mi opinión, no llega a ser empalagosa con los sentimientos. 

Es una novela corta y amable, que cuenta la historia de un parisino Lauren Letellier. Un librero que una mañana cualquiera se encuentra un bolso malva de mujer abandonado en un cubo de basura. Dentro del bolso no encuentra nombre ni dirección de la dueña pero a base de mirar los objetos que contiene, y sobre todo tras leer lo escrito en una libreta roja donde la mujer iba anotando listas de sus pensamientos, da comienzo su búsqueda, decidido a devolvérselo. Al mismo tiempo la dueña del bolso, a quién el ladrón, al arrebatarle el bolso le ha dado tal golpe que le ha dejado en coma, está en un hospital ingresada ajena a todo. 

Estamos ante una historia ambientada en París, en la actualidad, y según lo vas leyendo respiras su ambiente elegante de cafés con su terracita, el atractivo innegable de sus preciosas librerías y edificios señoriales. La ambientación justa para sentir que haces una escapadita a la capital del país vecino. Está bastante lograda.

Yo lo he leído con mucha tranquilidad. Tiene un ritmo pausado pero fluido, los cortos avances en la trama logran que se mantenga la curiosidad por saber, según iba acercándose el librero a su misteriosa dueña del bolso, cómo al fin lograría llegar a ella. Ya casi al final tiene un punto de giro y es curioso ver cómo lo resuelven.

Una novela escrita con una prosa sencilla, con un narrador en tercera persona, donde además el autor ha ido intercalando los diálogos entre la prosa, creando una suerte de estilo indirecto al irlo contando.

No es una novela trascendental ni trepidante, es ligera, simplemente una lectura agradable, con encanto, que te deja un poso de bienestar al terminarla, lo que de vez en cuando viene muy bien para descansar entre lecturas más densas o sesudas. A mí me ha entretenido la historia de estos personajes típicamente parisinos, no son unos jóvenes atolondrados, son una pareja de unos cuarenta años y profesiones interesantes, bien perfilados en su madurez y experiencias, que viviendo esa historia curiosa consiguen transmitirte, que si fuera el día está tormentoso y feo, haces muy bien en arrebujarte entre las páginas de un libro para pasar un rato más grato. 

 

domingo, 10 de marzo de 2024

"El padre" en el Teatro Bellas Artes de Madrid

 


Tú sabías de que trataba la obra de teatro "El padre" que está representando José María Pou en el Teatro Bellas Artes de Madrid. 

Sabías que el argumento ahondaba en el avance demoledor de la demencia en la mente de un padre y el impacto de tal imparable progresión de esa enfermedad en la familia. 

Sabías que no iba a ser una obra agradable, imagínate, con semejante argumento... Pero querías ver a Pou en escena porque lo hace tan creíble... 

Y así fue: Pou borda un padre aquejado de demencia de forma natural, magistral.

Lo que no sabías es que la adaptación de la tragicomedia de Florian Zeller te iba a encantar, porque ese texto plagado de repeticiones en las escenas y los personajes, consigue casi meterte en la cabeza del protagonista, en ese bucle de tiempo y personas, esa repetición constante de frases y pérdidas, ese lío enorme, esa locura que va tomando peso y le está atrapando.

No sabías que te iba a parecer tan buena la interpretación de la hija, Cecilia Solaparen, que te ibas a creer tanto su impotencia, su tristeza, su cansancio.

Por no hablar de la escenografía, esos cambios sutiles de escenas con tan poco mobiliario, unas luces y unos personajes casi bailando una sutil coreografía para cambiar los muebles y los momentos. 

No sabías que, aunque el teatro Bellas Artes no es uno de tus preferidos, en la primera fila (hay una 0) del anfiteatro se ve tan bien. 

Conclusión: No sabías que te iba a encantar "El padre". No es amable, ni agradable. Solo es la vida misma. 




Reparto

José María Pou
Cecilia Solaparen
Elvira Cuadrupani
Jorge Kent
Alberto Iglesias
Lara Grube

Ficha artística

Título original: Le Père
Autoría: Florian Zeller
Traducción: Joan Sellent
Dirección: Josep Maria Mestres

sábado, 9 de marzo de 2024

Presentación del libro ¡Ay Matilde! de José Antonio Carmona Daza

 

Poemario "Ay Matilde" de José Antonio Carmona

Hay presentaciones de libros de todas las formas y colores, no nos engañemos, ya hemos asistido a unas cuántas, pero nunca me habían dicho que había que presentarse al evento con un sombrero, una bufanda y unas gafas para que el autor no me reconociera. Eso no me había ocurrido nunca hasta hace unos días. Así de maravillosa es la vida, que a mis "cincuenta y..." no deja de sorprenderme. 

Dejadme que os cuente mejor la historia, y sin alargarme mucho.

En nuestra tertulia tenemos un compañero poeta que se llama José Antonio Carmona que, además de ser un compañero estupendo y con el mejor de los talantes nos empuja siempre a múltiples aventuras literarias, tiene una pareja de personajes que se llaman Matilde y Heriberto. Con ellos, o gracias a ellos, o no sé muy bien cómo decirlo, José Antonio crea una poesía cotidiana y entrañable que inmediatamente hace asomar una sonrisa en quién la escucha. Todos esos poemas comienza igual: ¡Ay Matilde! y con ese tono medio de lamento y mucho de amor, o por lo menos eso es lo que a mí me transmite, Heriberto le va contando a Matilde la vida.

A José Antonio querían darle sus hijos una sorpresa de esas que no se olvidan nunca, que ha pasado un tiempo un poco pachucho. En secreto, recopilaron muchos de sus poemas, no todos son de Matilde y Heriberto pero sí unos cuántos, e hicieron una publicación titulada, como no podía ser de otra forma: ¡Ay Matilde! A él le contaron una mentirijilla con ayuda de su nieta y le hicieron creer que iba a grabar un video de Tiktok junto a ella. Y para allá que se fue, mientras su familia y otros allegados, más un buen número de compañeros de tertulia, le esperábamos en el lugar acordado, disfrazados con el atuendo que nos habían aconsejado, para que a la primera no supiera que éramos nosotros. Algo a todas luces imposible, ya os lo digo yo, que se nos ve a la legua que somos los de la tertulia... Y si no rápidamente te leemos cualquier texto, para que no haya duda...  ¡Menudos somos con nuestras cosas literarias!

En fin... Fue tan divertido cuando le quitaron de los ojos el pañuelo con el que le traían y allí estábamos todos de esa guisa... Tan divertido ver su cara y mirarnos y luego escuchar como Juan Calderón y Juan Raña, compañeros de la tertulia, interpretaban a Matilde y Heriberto mientras dirigían la lectura de poemas del libro que llevamos a cabo a modo de presentación... 

Un día de esos con los compañeros de tertulia que no se olvidan y que, por si un día lejano el alzheimer o algún primo hermano quiere hacer de las suyas, yo quería reseñar. 






En estas fotos tenemos a Juan Calderón disfrazado de Heriberto y a Juan Bautista Raña de Matilde, abrazando a su supuesto padre literario. 



Varios compañeros leímos poemas de José Antonio y para terminar Javier Díaz, poeta y coordinador de nuestra tertulia Rascamán, leyó el prólogo del poemario a modo de epílogo. 


Esta foto me la han regalado mis compañeros. Leyendo y de perfil no puede una salir bien nunca, pero era un momento especial y eso es lo que importa.









El dinero recaudado con la venta del poemario de José Antonio va destinado a una escuela de niños ciegos en la India, como ha ocurrido con los últimos libros de recopilación de textos que hemos publicado estas últimas navidades en mi tertulia. El hijo de José Antonio, Luis, ha estado en ese lugar y sabe seguro que el dinero llega donde tiene que llegar y se emplea con ellos. 


viernes, 8 de marzo de 2024

8 de marzo Poemas de mujeres sobre mujeres. Thelma Nava, Amalia Bautista, Begoña Abad

 

Obra de Ruth Velázquez (1887-1969) de la exposición "Las simsombrero"
 


REVISIÓN GINECOLÓGICA

¿Embarazos?
Dos.
¿Partos?
Dos.
¿Vivos?
Dos.

Pienso de golpe en las que deben dar
respuestas menos uniformes
y humildemente doy las gracias.

Amalia Bautista


Cociendo arroz

En este momento, 

en el silencio de mi cocina 

mientras vigilo el arroz que cuece 

y escucho gotear un grifo imperfecto, 

 pienso en las mujeres lejanas 

que se cuelgan un fusil a la espalda 

para adentrarse en la selva. 

O en las que se cuelgan el hijo 

y caminan horas en busca del agua. 

O en las que se desvisten 

en un cuarto triste para venderse. 

Las desterradas hijas de Eva 

del imperfecto mundo que gotea. 

Begoña Abad



Mujer inconveniente

 
Definitivamente no, señora mía

usted no es la mujer que conviene a su marido.

Carece de imaginación,

utiliza el gastado lenguaje de las mujeres

de nuestros abuelos.

Alterna las visitas a los supermercados

con las telenovelas

y espera con la crema puesta la cuota semanaria

del amor.

Y sobre todo,

usted no sería capaz de compartir a su marido

como lo hago yo

tranquila y resignadamente con usted. 

 

Thelma Nava

martes, 5 de marzo de 2024

"Mi abuela no se llama Carmen" de Ana Mayo, en el Teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa

 


Yaya, ¿Tú tienes miedo de morirte?


 

Me gusta mucho el teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa, siempre que salgo de allí me voy con buen sabor de boca. Y me gustan mucho sus salas. La Guirau porque tiene unos asientos comodísimos y al ser amplia es más difícil que te quedes sin entrada. Y la Jardiel Poncela, precisamente por lo contrario, porque al ser más pequeña es mucho más íntima, el teatro se vuelve más próximo, porque estás muy cerca de los intérpretes y suelen representar obras intimistas que van conmigo. 

Este fin de semana pasado he estado precisamente en la sala Jardiel Poncela viendo "Mi abuela no se llama Carmen". Un monólogo escrito, dirigido e interpretado por Ana Mayo que nos mantuvo una hora pendientes de su historia.

Está dentro de las propuestas del Festival "Ellas crean", que ha cumplido veinte años. Es un festival cultural organizado por el Instituto de las Mujeres en el mes de marzo, donde se da protagonismo absoluto a las mujeres. Tiene como fin visibilizar el trabajo de las mujeres creadoras en numerosas disciplinas: Música, danza, poesía, teatro... Y las actividades propuestas se reparten por muchos espacios culturales implicados: Teatros, Biblioteca Nacional, Museos...

En este caso os quería hablar de "Mi abuela no se llama Carmen". En la escena solo un silloncito de una plaza, cómo improvisando una sala de estar. Y cómo única interprete la nieta de Carmen contándonos de la vida de su abuela, de su pasado de niña republicana, de su presente dependiente y de frágil memoria. Contándonos de esa relación estrecha, permisiva, cariñosa, de abuela y nieta. Y ya de paso, hablándonos de la familia, de ser madre, de la vida. 

El texto de la obra es un retrato de la abuela, pero también una despedida pues ya es nonagenaria, y sobre todo es un homenaje. Es un monólogo, pero nos lo está contando a nosotros que estamos ahí enfrente, a un paso de ella. 

En mi opinión el texto está bien llevado, tiene ritmo. Ocupa un período de tiempo de unos dos años, los últimos de la abuela, pero no es lineal, sino que hay saltos en el tiempo y eso le trasmite agilidad. Está salpicado de anécdotas que te lo hace familiar, cotidiano, te lo acerca. Y hay gestos particulares, frases hechas, que te retrata el perfil del personaje de la abuela con sus aristas, devolviéndotelo natural, creíble. 

Pero sobre todo me gustó la interpretación de la actriz. El desdoblamiento de voces que hace de la abuela y la nieta. Su forma de moverse cuando representa los gestos de la abuela, o cuando baila con la música que salpica la obra. El texto gana con la interpretación. 



"La clase de griego" de Han Kang. Reseña Literaria

 


"Borges le pidió a María Kodama que grabara en su lápida la frase "Él tomó su espada, y colocó el metal desnudo entre los dos". Kodama, la hermosa y joven mujer de ascendencia japonesa que fuera su secretaria, se casó con Borges cuando este tenía ochenta y siete años y compartió los últimos tres meses de vida del escritor. Ella fue quién lo acompañó en su tránsito postrero, que acaeció en Ginebra, la ciudad donde el escritor pasó su infancia y donde deseaba ser enterrado."


"La clase de griego" de Han Kang comienza hablando de Borges, y termina también hablando de él. Y entre ambas alusiones la autora despliega una historia intimista, sensorial, delicada, que no alcanza las doscientas páginas y que me ha gustado mucho, aunque paradójicamente no recomendaría a cualquiera. 

El argumento parte del encuentro de dos personajes en una clase de griego antiguo. La novela arranca en esa clase. Ella, poeta y maestra, ha perdido el habla tras morir su madre y perder la custodia de su hijo de ocho años, y acude a esas clases para ver si indagando en esa lengua muerta puede recuperar el habla perdida. Él, unos años mayor, es el maestro de griego antiguo, cuya vida ha transcurrido entre Corea y Alemania, y se está quedando irremediablemente ciego. 

Está ambientada en Seúl y el tratamiento del tiempo no es lineal. Va y viene, estando casi más en el pasado que en el presente.

Cuando leí el argumento me pareció una novela muy atractiva, además no había leído nada de esta autora que se hizo famosa con otro libro "La vegetariana" que no había leído. Y la verdad es que me ha gustado mucho porque me ha parecido muy original y he disfrutado mucho con su prosa delicada, rica, lírica, minuciosa y de palabras escogidas. 

Pero reconozco que es una novela especial donde apenas ocurre nada, porque habla esencialmente de los sentidos, de lo que es vivir sin ellos. Habla de la soledad más absoluta, del vacío, del silencio, de la oscuridad, de no experimentar emociones. Habla de lo que ocurre en el interior, de lo orgánico de esos personajes, tan sumamente bien descritos, que son dos náufragos que se están hundiendo. Ella no hace nada, no habla, solo pasea, y él se va a quedar ciego y no aprende braille, no ha intentado tener un perro labrador, tampoco hace nada. Es una novela que habla de la nostalgia, del paso del tiempo, de la culpa, del dolor, de la amistad, la amabilidad, de estar o sentirse vivos. 

Y para hacerlo habla mucho del lenguaje y de las palabras, de la filosofía y el budismo, de los gestos y las personas. 

Tiene un ritmo muy descriptivo, muy lento. La autora nos cuenta la historia alternando las voces de los dos personajes, capítulo a capítulo, mientras nos va contando más de sus historias como a retazos, alternando el presente con sus respectivos pasados. Y va tan despacio la narración, que la prosa termina por deshilacharse en versos. 


"No es joven ni especialmente atractiva. Su mirada denota inteligencia, pero no es muy perceptible por el temblor espasmódico en el párpado que la aqueja. Los hombros y la espalda están ligeramente encorvados, como si quisiera refugiarse en sus ropas negras para huir del mundo, y tiene las uñas cortadas muy al ras. en la muñeca de la mano izquierda lleva un coletero de terciopelo morado oscuro, la única nota de color en ella." 

"El profesor aparenta unos treinta y cinco años. De complexión más bien pequeña, tiene las cejas y el surco de debajo de la nariz bien definidos. Su boca dibuja una sonrisa leve, como reprimiendo sus emociones. Lleva puesta una americana de pana marrón con coderas de piel en un tono más claro, cuyas mangas, ligeramente cortas, dejan ver sus muñecas. Ella le mira la pálida y fina cicatriz curva que se extiende desde su ojo izquierdo hasta la comisura de la boca. Cuando se la descubrió al comienzo del curso, pensó que parecía un mapa antiguo que marcaba el camino por donde habían fluido las lágrimas."


"El lenguaje, en comparación, tenía una implicación física muchísimo mayor. Había que poner en movimiento pulmones, garganta, lengua y labios, y lo que decía se transmitía haciendo vibrar el aire. Se le secaba la boca, salpicaba saliva, se le agrietaban los labios. Paradójicamente, cuanto más insoportable le resultaba este proceso físico, más locuaz se volvió. Utilizaba entonces oraciones largas e intricadas, evitaba la fluida vitalidad de las frases coloquiales y alzaba más la voz que de costumbre. Y si la gente la escuchaba con atención, su lenguaje se volvía aún más abstracto y su sonrisa más amplia. Sin embargo, a medida que estas situaciones se fueron repitiendo cada vez con más frecuencia, más le costaba concentrarse en la escritura, incluso cuando se encontraba a solas. 

Justo antes de perder el habla se convirtió en una conversadora extrovertida y parlanchina. Y le costaba cada vez más escribir. Del mismo modo en que siempre le había disgustado que su voz se propagara por el aire, ahora no soportaba el modo en que las oraciones que acababa de escribir perturbaban el silencio, A veces, incluso antes de escribir nada, sentía ganas de vomitar tan solo de penar en cómo distribuiría las palabras sobre el papel."

sábado, 2 de marzo de 2024

Presentación de "Septiembre" de David Lerma en la biblioteca pública María Moliner de Villaverde Alto

 




He terminado febrero corriendo, como siempre, para intentar llegar a todo.

El martes 27 fue la presentación de la novela "Septiembre" de David Lerma en la biblioteca pública María Moliner de Villaverde Alto. 

El pasado junio la había presentado en el café María Pandora, cuya reseña la encontrareis también en ese mes. Pero ahora tocaba presentarla en  el barrio de Villaverde Alto de Madrid, donde tuve la gran suerte de conocer a David mientras asistíamos al mismo taller de creación literaria hace veintitantos años. 

"Septiembre" ha sido publicada por Ediciones Agoreiro y está ambientada en Madrid, en la zona sur, en Legazpi, Villaverde... Sus 300 páginas son apenas cuatro días en la vida de sus dos personajes principales, dos trabajadores en paro que se han compinchado para dar un golpe que de una vez los saque de la ruina económica en la que están inmersos en ese 2012. Es una novela que se estructura en quince capítulos y donde abundan los diálogos mientras se abordan un abanico de temas sociales: la crisis, la migración, las relaciones familiares y de pareja, nuestro pasado como dictadura, nuestro presente... Una obra muy actual. 

En esta ocasión otra vez la presentación estuvo a cargo de Javier Díaz Gil, nuestro coordinador de la tertulia, y también estuvo presente Juan Calderón, poeta, artista y buen compañero también, como representante de la editorial. Y sobre todo de nuevo nos leyó un fragmento Nieves Lerma, la hija de David, que es la naturalidad personificada. 




No me quiero extender mucho, solo contaros que, podéis verlo en las fotos, la presentación fue más familiar, más de mesa camilla, más de conversación distendida. Reunidos en torno a una enorme mesa, junto al público, se trataba de tertuliar, no solo sobre el proceso de creación de la obra, sino también de lo que surgiera a propósito de ella. Se trataba de compartir con todos los que estábamos allí lo que supone que esta novela haya visto la luz, y lo atractiva que es.

A David da gusto escucharle, mientras sonreía, confesando las veinte versiones que tiene su obra hasta que la ha dado por finalizada. O como pretende escribir sobre lo que más conoce, por eso está ambientada en los barrios del sur. O cómo va salpicando el diálogo de citas de este o aquel escritor, de la forma más natural, señal inequívoca de que es un lector sesudo y atento. Todo ese bagaje literario se traduce en la calidad de sus novelas.
 
Ya está escribiendo la siguiente, dice que será de amor, y que se la quiere dedicar a Luisa, su mujer. Y yo que me alegro porque Luisa lo merece y se que va a trabajar en ella como lo hace él, midiendo cada palabra, cada diálogo, pensando y calibrando hasta la saciedad su artefacto literario. Y ya van unos cuántos. 
¿Cómo lo haces David? yo admiro a ese tipo que veis en las fotos sonriendo con timidez, porque su escritura está a la altura de la de muchos escritores reputados, pero sigue siendo el chaval humilde y discreto con el que compartí pupitre hace media vida. 

No hace falta decir que estoy deseando leer esa novela de amor que comienza a crecer en los ratos que puede sisar a las obligaciones. Estoy segura de que me sentiré orgullosa, una vez más, de haberme peleado con las palabras al lado de su autor.











domingo, 25 de febrero de 2024

En tardes como la de hoy seremos aves

 



Y en tardes, como la de hoy, seremos aves que se dejan llevar por otro viento. 

No el viento bravo que, tras los cristales, zarandea cuánto encuentra.

No el viento tirano, cuyo rumbo, obedecen todas las veletas.

En tardes, como la de hoy, seremos solo dos.

Y no habrá empeño, ni desempeño, ni entrega,

Entre nosotros solo cabe aquella suave ligereza.


Sígueme, que solo el viento nos guíe,

que flotemos tenues, melodiosos.

Al fin, en tardes como la de hoy, seremos aves,

aves migratorias extendiendo las alas, rozándose en el aire,

volando indolentes al borde de la insolencia,

al borde de la certeza,

aves, al fin, 

meciéndonos entre vientos favorables.










viernes, 23 de febrero de 2024

"La historia de los vertebrados" de Mar García Puig

 



Acabo de terminar "La historia de los vertebrados" de Mar García Puig y me ha gustado bastante. 

"El 20 de diciembre de 2015 me convertí en madre y enloquecí".

Cuenta este libro justo lo que dice la frase anterior: la autora nos cuenta como enloqueció a raíz de haber sido madre de unos mellizos prematuros: Sara y David. Fue ser madre y comenzó la obsesión con la muerte, con el peligro constante de que pudiera ocurrirles algo, con cada manchita de la piel, con cada tos, con todo. Porque de pronto todo es susceptible de fragilidad, de vulnerabilidad, de lo peor. ¿Depresión post-parto, brote psicótico, locura?

La autora en ese momento vital también coincide con ser diputada por Barcelona en el Congreso por "En Comú Podem". Y ya la vida trata de ir conjugando la maternidad con la política, y además con la locura. 

"Cuando entré en el Congreso, tomé una decisión. en todas mis intervenciones hablaría de dos cosas, mujeres y libros. Porque género y literatura son tan transversales a todo lo que hago, y a lo que respiro, que no puedo sustraerme a ese imperativo. Un día debatimos una proposición no de ley acerca de salud mental, y me toca a mí fijar la posición de mi grupo en el pleno. Y ese día más que nunca sigo ese precepto, y saco porcentajes de mujeres castigadas con la locura, y versos de las que tuvieron la oportunidad de dejar constancia. Cuando acabo mi discurso, un diputado de implecable traje y corbata me afea mi voluntad de meter el feminismo en todo. "Esa manía tuya" me dice..."

La autora al ir contándonos su propia experiencia hace múltiples referencias a otras escritoras que han tratado literariamente el mismo tema de su locura u obsesiones como Sylvia Plath o Silvia Mistral o Anne Sexton y otras poetas y autoras. Puesto que entiende que abandonarse al lirismo y hablar desde él, quizá sea la única forma posible para comunicarse desde la vulnerabilidad que impera en ocasiones como ésta. 

"El psiquiata W.W. Godding, preocupado por el estigma de la locura, aconsejaba a las familias que no hospitalizaran a las mujeres que sufrieran de locura puerperal: "Aunque la recuperación sea rápida habrá estado loca, y esto nunca lo olvidarán sus amigos o sus hijos -escribió-; de ahora en adelante hay un cierto temor a lo que pueda ser en el futuro, un esqueleto en el armario, no mencionado pero siempre ahí.". Sé que ese libro que empiezo a imaginar será mi esqueleto en el armario, y probablemente el de mis hijos. Pero también pienso que de algún modo he contraído una deuda. Porque si tengo algo de fuerza para encarar este verano, ha sido gracias a la palabra impresa. Siento que tengo yo también el deber de alzar mi voz, aunque sea torpe."

La autora, no solo hace una autobiografía de su periplo vital durante ese tiempo, sino que elabora un exhaustivo ensayo de la historia de la salud mental de la mujer. No solo busca el desahogo de la palabra escrita, su consuelo, sino también el reflejar lo que ha supuesto el parto para muchas mujeres a lo largo de la historia de la maternidad. 

Es un ensayo donde hay mucha investigación detrás, mucha documentación. Hay medicina, arte, literatura, mitología, historia... Pero también hay esa parte de biografía que te lo hace menos teórico, más humano.

"Para mí Tomas era y es el hombre brillante, el de la percepción aguda, el ingenio siempre a punto, un poco intelectual en el que me habría instalado de por vida. 

Finalmente, ese día en que marcha a casa de su madre llegará, y un par de meses después, cuando ya haya encontrado piso, me avisará de que vendrá a llevarse una de las librerías y algunas cosas más. Yo me iré a un bar al lado de casa para no presenciar el derrumbe del hogar, de la familia nuclear, de lo que había querido ser y no pude conseguir. Pediré un café y mientras lo tome sentiré uno de los dolores más profundos que haya experimentado jamás..."

A mí me ha parecido una lectura muy interesante, muy rica tanto la prosa como el contenido. He subrayado muchísimos párrafos, los he releído después más despacio. Pero lo que me entristece es que no he sido capaz de retener toda la información, ni tan siquiera la cuarta parte. Una pena. Pero reconozco que he disfrutado mucho mientras lo leía, porque me estaba interesando bastante todo lo que me contaba a propósito de la salud mental. 

También me ha gustado mucho la portada y el título, me parecen de lo más atractivos y adecuados para el tema del libro. Son muy sugerentes ¿verdad?

 

"Azul salado" de Marta Simonet

  


  "El verano que me enteré de lo de mi padre, mamá ya no podía estar sola en la tienda. Tenía problemas para cargar y cortar los fiambres porque las manos no le respondían bien. Lo cierto es que cuando me llamó, me dijo que ya hacía un tiempo que se le quedaban cerradas en un puño. Tenía que apoyarlas en una caja y hacer palanca con la punta de los dedos y las muñecas para que volvieran a la normalidad. Una vez abiertas, acompañaba a cada uno de sus dedos a su sitio hasta que podía moverlos de nuevo..."

 

Resulta que se me había quedado esta reseña en borradores, y no la había publicado. ¡Qué despiste!

En fin... Pues entonces yo os contaba que había terminado de leer "Azul salado" de Marta Simonet. 

Gracias a esa novela pasé unos días plácidos en Mallorca, saboreando muy despacio y con deleite su gastronomía, disfrutando de la luz y los colores de esa isla en verano. Ahí está ubicada esta historia. Esas son sus coordenadas: la isla de Mallorca, una cocina, una barca, un verano, una familia de mujeres y las ausencias con las que tenemos que vivir toda la vida y que no siempre asumimos bien. Esa es la ambientación, que por cierto es de 10 y ese el tema: volver para reordenar, curar el pasado y la vida.

El argumento nos cuenta que Marina, no podía ser otro nombre, tiene que volver a su casa en la isla de Mallorca para hacerse cargo del negocio familiar: La Ultramarina, una casa de venta de comida casera. Su madre la ha llamado porque no está para ocuparse de él, sus manos le dan problemas. Allí se reencuentra con su familia compuesta por su madre y su hermana Irene. También con el recuerdo constante de su abuela Carmen y el de su padre siempre ausente. Y allí va a conocer a un amor, Héctor, un muchacho que vive de la pesca.

Me acerqué a esta historia buscando evadirme a un lugar plácido y tranquilo. Quería refugiarme en una historia cotidiana con luz y que diera calor. Y lo cierto es que eso he encontrado. 

Es una historia contada en primera persona, con una prosa muy rica, sutil, y también muy poética. La autora tiene una forma de escribir muy delicada, muy sugerente, muy evocadora. La prosa, no solo está salpicada de metáforas e imágenes sino que también está impregnada de olores y sabores y desde luego eso favorece mucho que te empapes del lugar y ese tiempo lento de las islas en verano. La historia huele a mar y tú sales oliendo a mar de ella. 

En mi opinión, lo menos conseguido de la novela es el tratamiento del tiempo. Creo que la autora en los primeros capítulos ha ido narrando su historia con un tiempo más lento, más dilatado, y a partir de que ya sabemos qué ocurrió con la historia que ella quería descubrir, todo se precipita. Y el desenlace está contado de forma mucho más rápida, casi atropellada, diría yo. La autora nos ha tenido toda la novela en ese ritmo calmo de lugar y al final no nos ha dejado disfrutar lentamente de cómo se iban despejando las incógnitas. Creo que yo hubiera acelerado un poco en los primeros capítulos y después lo había demorado, porque una vez que ya estamos hechos a esa historia seguramente a los lectores nos hubiera gustado saber más cosas, disfrutar más del futuro de las vidas de esos personajes, no despegarnos tan rápido de ellos. Pero es mi opinión, por supuesto. 

He leído, de todos modos, que es una primera novela de la autora, y desde luego yo, que buscaba una historia sencilla pero evocadora, una historia cotidiana y con luz, la he encontrado tras esa portada tan chula que tiene.

 

"Punto de cruz" de Jazmina Barrera

 



«Si la alegre era Dalia, entonces las tristes éramos Citlali y yo. Pero yo no estaba de acuerdo, para mí Citlali era la divertida, aunque es cierto que el humor no necesariamente se contrapone a la tristeza. La de los gestos, las imitaciones y las bromas era Citlali. Yo era la de los chistes en voz baja, la de los buenos chistes que nadie recordaba que yo había dicho, y mi tristeza era así también: una tristeza en voz baja».

Me acerqué a esta novela porque en su día me leí "Cuaderno de faros", también de Jazmina Barrera y me había gustado mucho. 

Reconozco que ésta no me ha gustado como el anterior, es lo malo de las comparaciones, aunque sí, también sé que muchas veces en la comparación no se evalúa con toda justicia cada elemento, como haríamos de hablar de ellos por separado. 

"A propósito de lo que habíamos escrito, él fue el primer maestro que nos explicó que la palabra "texto" y la palabra "tejido" compartían la raíz latina texere, que significa tejer, trenzar, enlazar. Citlali y yo nos vimos convirtiendo nuestra novela en película y volviéndonos millonarias. Con el dinero que ganaríamos íbamos a comprarnos un barco y a atracarlo en Venecia donde viviríamos las dos, navegando para conocer los puertos del mundo enero. Después de un par de meses, el maestro consiguió una beca para estudiar en Estados Unidos y abandonó el taller..."

Arranca el argumento con la muerte de Citlali, que es la mejor amiga de Mila, la narradora de la historia. A partir de este hecho ocurrido a destiempo la protagonista y narradora nos va a contar la historia de la amistad de tres adolescentes: Citlali, Mila y Dalia. Nos cuenta de sus vidas, de su relación y su tránsito a la vida adulta, en un intento de explicarse cómo se ha llegado a esa muerte que no tenía que haber ocurrido y le ha entristecido mucho. 

La autora abordará recuerdos salteados y se centrará bastante en dos viajes. Uno que hacen por Europa, uno nunca olvida esos primeros viajes de descubrimiento tanto de lo de fuera como de lo dentro de una. Y otro viaje a una comunidad en Querétaro, en Méjico. 

Mientas se va desenvolviendo el argumento, se abordan muchos temas en esta novela, a pesar de no ser muy larga. Por supuesto, el tema principal de la amistad. Muy bien elegida la amistad de adolescencia porque es cuando este sentimiento es más intenso, duele más. Pero también se aborda el tema del feminismo, de la ecología, de la violencia doméstica... Aunque es cierto que todo se cuenta muy sutilmente. 

"Mi madre se negaba a comprarme desodorante -porque daba cáncer- y rastrillos- que irritaban la piel- solo para complacer a un montón de tarugos, decía. Así que le robaba los rastrillos nuevos a mi abuelo y los desodorantes a mi abuela. Cuando nos empezaron a dar permiso en la escuela de ir al centro comercial de enfrente, durante nuestra hora libre los martes, me llevaba el dinero que nos daban para la semana y me compraba playeras escotadas, brasieres con relleno, desodorantes y rastrillos. Mi madre me recomendó deformar mi cara en una mueca y esconder la mano bajo la manga del suéter para fingir ser manca y que los hombres no me acosaran por la calle."

«Siempre estábamos bordando y bordábamos juntas. Citlali bordaba un bestiario de animales y plantas extintas, de colores brillantes, y una colección de arañas y telarañas que llamaba su aracnario; Dalia bordaba patrones abstractos, cenefas cada vez más intrincadas; y yo bordaba en mi ropa frases de libros y canciones, y dibujos de objetos, partes del cuerpo y figuras prehispánicas. La gente empezó a referirse a nosotras siempre en plural, con los mismos adjetivos -listas, cariñosas, cortadas, ñoñas, miedosas-, a imaginarnos como una criatura de dos o tres cabezas».

Me gusta mucho como la autora mejicana ha estructurado la novela, salpicando la historia principal de la amistad de las tres adolescentes y su evolución, con fragmentos intercalados a los que ha separado con dibujitos de una aguja con su hilo, y que abordan la costura, el bordado en general. Estos textos mucho más breves que no se corresponden con la trama principal pueden ser otras historias o explicaciones etimológicas relacionadas con la costura o píldoras culturales de mitología y literatura. Eso casi que es lo que me resulta más atractivo de esta novela.

"Durante la segunda guerra mundial, el 15 de febrero de 1942, Singapur fue invadido por Japón. las familias enteras de los militares, doctores, enfermeras y misiones de Dinamarca, Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido fueron capturadas y separadas. A las madres e hijos los mandaron a campos en las prisiones de Changi y a los hombres a hospitales y campos militares cercanos. Las mujeres cautivas vivían en condiciones espantosas, pero se les permitió dar clases de bordado y costura con retazos. Ethel Mulvany tuvo la idea de pedir permiso para hacer tres colchas, una australiana, una británica y una japonesa (para aparentar) y mandar las colchas al campo militar donde estaban los hombres. Le otorgaron el permiso. En esas colchas cada mujer tuvo un recuadro para bordar flores, palabras de aliento, sus nombres y mensajes que en código le dejaran saber a los hombres que estaban bien."

A mí me gusta esa técnica, me parece que imprime mucho ritmo a la historia y despierta mi curiosidad. Jazmina va mezclando la vida de las protagonistas con la evolución de la técnica del bordado entre las mujeres. 

"Nunca he leído ni leería un manual para escribir novelas, pero se me ocurre que se podría escribir a partir de las instrucciones de los manuales de bordado, tomar esas pautas como si fueran sabios consejos desinteresados: "Para bordar el cimiento siempre se usa aguja con punta". "No aprietes mucho la puntada, ya que, si lo haces, la cadena se cierra y pierde el efecto". "Haz exactamente lo mismo pero en espejo, reduciendo una línea a cada paso". "Cuando se deja de bordar, hay que soltar la labor del bastidor para que la tela respire."

Por otra parte, también me parece atractivo el lenguaje, puesto que al ser una autora mejicana hay muchos vocablos diferentes y me parece enriquecedor. 

"La palabra pretexto viene del latín proetextus, participio pasivo del verbo proetextere, que significaba "poner un bordado o tejido delante de una pieza de ropa". Un pretexto sería algo así como un adorno, un bordado o un brocado que se pone delante de los hechos para justificarlos o hacerlos tolerables."

No puedo decir que sea una novela que me haya entusiasmado, pero he encontrado sus hallazgos en ella y sobre todo si te motiva el tema de la costura, el bordado y demás, yo creo que se lee bien y puede resultar interesante su lectura. 


viernes, 16 de febrero de 2024

El faro de Valencia

 




Hoy languidece, solitario y en la lejanía, el centenario faro de Valencia.

El progreso pudo con él. Fue tal la ampliación del puerto, levantaron tanto el dique que el patrón de sus destellos, únicos e intransferibles para cada faro, apenas se distinguía y lo jubilaron sin, ni tan siquiera, la pensión vitalicia de servir de coartada para jóvenes fogosos o abuelos ociosos. 

Ya no valgo ni para oscuro refugio, se lamenta arrinconado.

Antaño cómplice mudo de tantas parejas que buscaron intimidad bajo la luna y su perfil protector, ahora solo es visitado por las gaviotas.

Pobre faro centenario que, rodeado de enormes embarcaciones y mercancías, como un trasto más, se aburre en una esquina del mar. Pobre faro, que desde el 2015, no logra hacerte un guiño seductor con su luz. Nadie le hubiera convencido de su triste destino, cuando en aquel lejano 1905 le inauguraba Alfonso XIII.

No te apures, musito desde la lejanía. 

No vas a ser ni el primero ni el último a quién me acerque gracias a mi cámara, porque no pueda hacerlo con mis pies. 

Y mientras me alejo con el botín de las fotos robadas, siento que me habría gustado alcanzarle, pasear su base, admirar su porte vetusto de piedra, acariciar su piel marina.

Será que éste tampoco era, suspiro, mientras me despeina el Levante.

Porque no pierdo la esperanza de que la luz exacta y particular de algún faro me conduzca a la isla del tesoro. 

Mientras la encuentro, ellos seguirán señalados en todos mis mapas.







sábado, 10 de febrero de 2024

Dos recitales poéticos de Jocelyn Michelle Almeyda: En el Casino de Madrid y en el Café María Pandora

 

Carlos Doñamayor y Jocelyn Almeida

En estas dos últimas semanas he asistido a dos recitales de poesía de Jocelyn Michelle Almeida, compañera de tertulia, y sobre todo una estupenda poeta. No quería dejar pasar la oportunidad de reseñar, aunque sea brevemente, estos dos recitales puesto que una poesía tan elegante, elaborada, y culta como la de Jocelyn se merece un punto y aparte. 

El día 30 de enero, último martes de mes como acostumbran, la tertulia poética del Real Casino de Madrid organizada por Alfredo Gómez Gil, la tuvo como invitada para comentar su obra. Y allí, en ese histórico lugar del centro de Madrid, declarado Monumento Bien de Interés Cultural y en el salón Torito, estuvimos acompañándola. La presentó el doctor y poeta Carlos Doñamayor.

Y con apenas una semana de diferencia, este jueves 8 de febrero, cambiando totalmente de escenario, Jocelyn ha presentado su último poemario "Los ejes del astro", editado por Los libros del Mississippi, en el Café María Pandora. En esta ocasión la presentaba el poeta Andrés París, que también había prologado el libro. De Andrés París os tengo que hablar en otra entrada, es un joven y brillante bioquímico que llegó a nuestra tertulia siendo un adolescente pero que ya apuntaba maneras del futuro impecable que le esperaba. ¡Qué bien nos ha crecido Andrés! Yo le tengo mucho cariño. 

Pero estábamos con Jocelyn, que no es menos brillante aunque en el campo de la literatura y nos ha tenido estas dos tardes embelesados con su poesía. La poeta cursó estudios clásicos y filología inglesa en Tufts University y se doctoró en filosofía y letras de Boston College, especializándose en la literatura anglo-hispana. Todo ese bagaje académico de Jocelyn emerge en esos poemas salpicados de referencias a otros autores y textos, a mitología y el mundo clásico, aunando la Historia con la historia de esta poeta. Docente, investigadora, traductora, su primer poemario fue "Condiciones para el vuelo" y ahora nos trae "Los ejes del astro".

En la presentación nos pidió a cuatro compañeros de letras que leyéramos uno de sus poemas. Yo me siento muy agradecida de que contara conmigo para leer el que me reservó, uno precioso de la cuarta parte titulado "En clave de sol", que os copio aquí:

EN CLAVE DE SOL (Jocelyn Michelle Almeida) 

No maldigo la estrella de los amores perdidos
aunque más de uno me acercara a la muerte,
convirtiendo el goce de mi cuerpo en soledad
y el júbilo de mi alma en razón de peregrinaje.
 
De no ser así, nunca hubiera llegado al jardín
que libramos juntos al descubrir del deseo
frutos que sobreviven la plaga del desencanto
manantiales subterráneos que nos sorprenden,
 
aves que confunden las taxonomías científicas,
entre nosotros sauces y naranjos, tilos y robles,
el sueño silvestre de una noche argenta de estío
¿Viste alguna vez la brisa sobre el cañaveral?
 
Igualmente agita los trigales hacia el equinoccio.
Hemos cruzado aguas indecibles para estar aquí.
Saqué del naufragio mi vida esta última perla
para coronar los ayeres que nunca vimos juntos.

Os dejo con algunas fotos y pequeños vídeos con fragmentos de sus poemas. 




De izda a dcha: El editor Antonio Benicio Huerga, el presentador Andrés París y Jocelyn Michelle Almeida