Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 29 de septiembre de 2017

29 de septiembre de 2017. Cumplo un año más




Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.


Ángel González

jueves, 28 de septiembre de 2017

Artículo sobre Marga Gil de Ana Marcos en El PaÍs


Os dejo hoy con un artículo sobre una casi desconocida Marga Gil, escultora. Yo la conocí a raíz de leer el libro "Las sinsombrero" de Tania Balló.

No os lo perdáis.

Quién fue Marga Gil y por qué debería interesarte (más allá de su suicidio por Juan Ramón Jiménez)

Con 15 años esculpía como si llevara toda la vida consagrada a la piedra

Expertos aseguran que sus ilustraciones inspiraron 'El principito'


"Si pensaste al morir que ibas a ser bien recordada, no te equivocaste, Marga. Acaso te recordaremos pocos, pero nuestro recuerdo te será fiel y firme. No te olvidaremos, no te olvidaré nunca". Juan Ramón Jiménez.



Marga Gil Roësset, pintora y escultura española.

Marga, la joven que el escritor recordó en un poema recogido en Españoles de tres mundos, se disparó un tiro en la sien a los 24 años. Justo después de entregarle una carpeta amarilla y decirle: "No lo leas ahora". Lo que se escondía entre esas tapas es el diario de esta precoz escultora e ilustradora. Una confesión de amor por Juan Ramón Jiménez que se acaba de publicar y sobre la que puedes leer en este artículo de El País. Las confesiones figuraban en un diario que desapareció en 1939, cuando tres asaltantes —Félix Ros, Carlos Martínez Barbeito y Carlos Sentís— robaron la casa de Juan Ramón Jiménez mientras estaba en el exilio.
Pero, ¿quién era esa mujer que con 13 años dibujaba con maestría barroca y a los 15 esculpía con la misma facilidad y técnica que un consagrado a la piedra durante años?
- Marga Gil Roësset nació en Las Rozas, a las afueras de Madrid, en 1908, bajo amenaza de desahucio. Su madre Margot desoyó al médico y se empeñó en sacarla adelante. No solo alargó la vida de su segunda hija hasta que ya no pudo decidir su destino, también le inculcó la pasión por las artes. Ana Serrano, experta en su obra y comisaria de una exposición dedicada a Marga Gil en el Círculo de Bellas Artes en el año 2000, es además autora de un blog donde se disecciona de manera exhaustiva el legado de esta artista. O lo que queda de él porque en su afán destructor intentó acabar con cualquier atisbo de su patrimonio horas antes de suicidarse.
- Era una artista precoz: Con 13 años Marga ilustraba los cuentos de su hermana mayor Consuelo por orden de su madre y con la promesa de conseguir la merienda. Con estas tretas, Margot Roësset consiguió que sus hijas quedaran atrapadas en la escultura y la escritura. "Son ilustraciones fascinantes, como hechas a pluma con algo de color; parecían más grabados que dibujos, pero grabados de Doré o de Piranesi", escribió Ana Serrano en el catálogo que acompañaba a la muestra.
Toda la obra que queda de Marga Gil son 26 figuras, que en realidad son 16, porque 10 son réplicas. "Son como fantasmas, grandes, duras, fuertes, de granito, vanguardistas... un crítico varón diría que viriles", apuntó la experta. Sus padres, antes de poner cualquier adjetivo, decidieron llevar a su hija de 15 años al taller del maestro Victorio Macho, precursor de la escultura contemporánea española, para que terminara de encaminar esas manos. "Macho no quiso adulterar con tácticas de manual el sofisticado talento de una damita con ramalazos de genialidad sin amarre", escribió Antonio Lucas en un delicioso perfil en El Mundo. Gil siempre fue autodidacta.
- ¿Inspiró a El principito?: En 1933 se publicó un libro de canciones con texto en francés y español de su hermana Consuelo, música de su cuñado José Mª Franco, y tres ilustraciones suyas. "Una de las cuales, 11 años anterior a las de El principito de Saint-Exupèry, es tan parecida a las de este cuento que todo el mundo que la ve se supone que le imitó. ¿Conoció Saint-Exupèry las ilustraciones de Marga? Es más que probable que sí", asegura Serrano en su blog.
- El amor prohibido: "... Qué sé yo por qué te quiero tanto ... vamos ... sí sé ... comprendo muy bien que se quiera así ... pero ... querría no quererte tanto ... aunque mi única razón de ser ... es esa... y también mi única razón de no ser ... ... En amor ... no cabe una intervención razonada... quieres o no quieres".
Estas líneas pertenecen a uno de los pasajes que días antes de que aparecieran los diarios de Marga Gil, El Cultural, suplemento especializado de El Mundo, publicó del libro editado por la Fundación Lara. La pasión de la escultora por el escritor se desató en un recital de ópera en 1932. Él tenía 51 años y estaba casado con Zenobia Camprubí a quién Gil había regalado un cuento cuando era una niña en condición de admiradora de la traductora de Tagore. Desde aquel día Marga Gil tuvo que lidiar con los arrestos de un amor no correspondido y los embistes de una mente superdotada. "Dormía poco, abandonaba el comer. Café, té, vida abreviada. No le importaba seguramente vivir. Una estoica", escribió Juan Ramón Jiménez en un análisis desafortunado de la situación de una mente genial que ya no respondía a la creatividad artística con la medida de los cánones.
El escritor Benjamín Prado versionó en un poema este final trágico con la mirada más precisa del espectador, contraria al del protagonista. Extraemos estos versos:
Estamos en el año 1932 y Marga se enamora de Juan Ramón Jiménez. Es una chica oscura. Hay un túnel que une su corazón y el ruido de los bosques. Un día entra en la casa. Un día escribe ya nada me separa de ti, salvo la muerte. Luego, todo se termina. Casi podemos verlo: 28 de julio; el cielo es muy azul; puede que unas palomas se escapen del jardín al oírse el disparo.
- La tumba de Marga Gil: "En Las Rozas (en el chalet de su tío Eugenio de esta localidad es donde murió), en el cementerio antiguo, no se sabe dónde, pues una bomba de nuestra última guerra cayó allí y destruyó únicamente su lápida, como si el azar quisiera ayudarla a borrar todo vestigio de ella misma, reposa junto a sus padres Marga Gil Roësset, que dejó de vivir por su propio deseo el 28 de julio de 1932", escribió Ana Serrano.

martes, 26 de septiembre de 2017

KNJIGARNA - LIBRERÍA llamada "La palabra escrita" en Eslovenía


En las cortas tardes del otoño, si nos poníamos melancólicos nos calzábamos las zapatillas y nos apretábamos el cinturón de una bata que cada vez nos quedaba más holgada. 

Después nos calzábamos las gafas de cerca y nos apretábamos en el sofá para poder recordar a la vez. 

Mientras lentamente íbamos pasando sus hojas, en un café con leche ardiendo íbamos mojando los recuerdos que nos devolvían unos álbumes tan viejos como nosotros. 

Qué fácil era volver a viajar página a página mientras las fotos nos iban devolviendo aquellas sonrisas que teníamos entonces. 

Entonces...

Cuando aún cogíamos aviones, cuando aún descubríamos países, ciudades e idiomas.

Un septiembre del año 2014 volamos a Eslovenia. Era un país limpio y verde, con cuidadas ciudades de cuento que tan pronto parecían centroeuroeas como italianas. Tenían un idioma tan díficil... Vocales largas ascendentes o descendentes y vocales cortas, que sólo son descendentes. Eso sin contar que se declinaba, gramaticalmente tienen 6 casos: nominativo, acusativo, genitivo, dativo, locativo e instrumental. Y sin olvidar su alfabeto, porque a las letras universales, hay que sumarles las que llevan diacríticos propios, (lo que ellos llaman comúnmente “cuernos”) que son č, š, ž y que tienen pronunciación propia.. Un idioma muy complicado el esloveno. Aún así fue fácil entenderse con ellos, porque casi todos sabían más idiomas que el suyo.

Mi blog aprendió que librería se escribía KNJIGARNA. Y para el álbum de aquel año se trajo una preciosa, una que se llamaba: "La palabra escrita"

¿Qué mejor nombre para una librería?





Por iniciativa del Consejo de Europa, Estrasburgo, se viene celebrando el Día Europeo de las Lenguas, cada año desde 2001, el 26 de septiembre.

sábado, 23 de septiembre de 2017

La cuenta de la vieja, el quinto de la tarde y el último mono

Gijón


Hoy traemos una entrada donde vamos a combinar los nombres de los establecimientos, en éste caso bares y restaurantes, con expresiones del lenguaje coloquial.¡A cuántos bares les ponemos esas frases por nombre! por supuesto con ello logran rápidamente atraer nuestra atención y que se nos quede en la memoria. Muy acertados...

Hoy traemos tres bares que he encontrado por tierras de Asturias. Los tres dándole vueltas al lenguaje coloquial. ¡¿Cómo no iba a traérmelos?!

La cuenta de la vieja, El quinto de la tarde y El último mono.


La expresión "La cuenta de la vieja" quiere decir hacer las cosas despacio, paso a paso, obviando operaciones matemáticas más complicadas o sesudas.




Oviedo


"Antiguamente, cuando todavía no se había establecido el sorteo, para ver qué toros correspondían a cada matador, el propio ganadero ordenaba la salida de los toros y, tradicionalmente dejaba para el quinto lugar aquel que le ofrecía mayores garantías de bravura, nobleza y condición. Por eso, el quinto toro de la tarde solía ser siempre esperado como el mejor de la corrida, aunque, lógicamente, no resultara siempre así. Hoy, también usamos la frase, para hacer frente a cualquier materia que ocupe el quinto lugar..."


Desde el lenguaje taurino nos llega esta expresión que tanto hemos utilizado en la vida cotidiana. Independientemente de que nos gusten o no los toros, lo cierto es que muchísimas expresiones de nuestro lenguaje coloquial procede de ellos.





Oviedo

Nos dice el diccionario de la Rae si buscamos la palabra "mono":

ser alguien el último mono
1. loc. verb. coloq. Ser insignificante, no contar para nada.

Hay muchas expresiones, muchas frases coloquiales con monos: Ser alguien el último mono, no tengo monos en la cara, corrido como un mono, a freír monos o monas...





Cuánto juego da el lenguaje coloquial, es musical y fácil de memorizar. Muy oportuno para ligarlo a los bares. Como decían Gabinete:

"Bares, qué lugares... Tan gratos para conversar..."


martes, 19 de septiembre de 2017

"Historia oculta de Madrid" visita guiada por Madrid




Siempre te gustó ir por tu ciudad como un turista. Pasear por calles por las que nunca vas, detenerte para admirar alguna fachada que siempre estuvo ahí algunos metros por encima de tu cabeza, descubrir donde vivió este o aquel intelectual de otra época.

Siempre te gustó recorrer tu ciudad con ojos nuevos.

Por eso muchas veces vas andando de un lugar a otro por el placer de caminar y mirar.

Por eso de vez en cuando te apuntas a algunas rutas turísticas que puedan enseñarte cosas que no sabes, o recordarte otras que sabías pero habías olvidado.

La última fue "Historia oculta de Madrid" un sábado por la noche. Te acompañaba Jesús que se reveló como un guía ameno y muy entretenido.

Fue una ruta distinta, donde en un principio no te fijabas en los edificios, aunque ya que estabas te daban algunas pinceladas rápidas sobre algunos. Pero en esa ruta lo importante eran las personas que un día lejano tuvieron algo que ver con esos rincones. Personas relacionadas con hechos truculentos. Robos, inquisición, intentos de asesinato... O mejor dicho Luis Candelas, Mateo del Morral o incluso el demonio caído por arte de birlibirloque en una azotea.

Hora y media redescubriendo el centro de tu ciudad de la mano de Jesús y algunos personajes singulares que vivieron en ella, personas del pueblo como tú y como yo, o personas de la realeza, de la nobleza o la política, pero que han pasado a la posteridad.

"Historia oculta de Madrid" se llamaba la ruta. 
Y no estaba nada mal de precio por Atrápalo o Lets Bonus. Era muy, muy barata para lo que te gustó.

Para que luego digan que la cultura es cara.



domingo, 17 de septiembre de 2017

"El nido de Robin" y la vida


Y vas por la calle por un ciudad del norte y de pronto te encuentras con ¡El nido de Robin!

¿Cómo no sonreír? ¿Cómo no volver sobre tus pasos para atraparlo?

Si ¡zas! nada más leerlo ese nombre ha tenido la virtud de llevarte en volandas a otro tiempo mágico. Finales de los años setenta, cuando eras adolescente y aún vivias en tu casa con tu madre y tus hermanos. Y te ves en tu comedor, con aquella estufa que de pronto bufaba, y todos sentados en los sofás viendo la misma serie sin parar de reír.

"Un hombre en casa", "Los Ropper", "El nido del Robin" salian en el televisor mientras crecías.

Y resulta que pasaron los años pero siguen dentro de ti, a poco que escarbes. 




martes, 12 de septiembre de 2017

Visita a la Biblioteca Nacional de Madrid





Este blog siente debilidad por las bibliotecas. 

Acostumbra a atesorar fotos de todas las que visita a lo largo y ancho de este mundo. No lo puede evitar. Esos santuarios de la lectura, forrados de estanterías llenitas de libros, donde huele a letra y se respira el silencio necesario para zambullirse dentro de unas páginas, le tienen robada la voluntad.
Este blog también tiene una etiqueta donde va guardando memoria de todas ellas bajo el epígrafe de "La vuelta al mundo en 80 bibliotecas", haciéndole un guiño al famoso libro de Julio Verne.

Ocurre que este blog no había podido nunca visitar la mejor biblioteca de su ciudad, la más emblemática. Nos estamos refiriendo a la Biblioteca Nacional de España, que está en el Paseo de Recoletos de Madrid. Claro que había estado allí muchas veces, en múltiples exposiciones y conferencias. Pero nunca había podido ver su "trastienda", sus depósitos, sus salas, su cafetería... Y lo estaba echando de menos.
Este agosto pasado por fin lo consiguió. Tuvo la suerte de que alguien muy allegado le invitara.

En esa ocasión, cuando fuera rozábamos los treinta y muchos grados, mi blog se paseó por el fresquito de los depósitos de la Biblioteca Nacional. Podéis imaginar que, además de libros, tiene muchísimos fondos de todo tipo de material. Varias plantas, con numerosos pasillos y dentro de cada pasillo documentos de todo tipo: Incunables, fotografías, dibujos, mapas, etiquetas de libros de papel de fumar, cromos, postales, posters... Muchísimos tipos distintos que han perdurado a lo largo de los años e incluso los siglos.









Mi blog levitaba caminando por los pasillos de todos esos depósitos. Observando por todas partes cuánto de valioso hay ahí preparado para alguna futura exposición, o simplemente esperando el momento de volver a ser guardado. Atento también a los detalles como el de los guantes blancos para manipular los libros.

Tal y como imaginaba, no se sorprendió de que de nuestra guerra civil, o "incivil" como dicen algunos, hubiera tantísimo material. Cajas perfectamente ordenadas con etiquetas conocidas: "División azul", "Auxilio social", "Frente de Aragón", "Iglesias" o las más tristes: "Checas", "Muertos y heridos". Y por supuesto otras tantas de fotos: "Fotos de las plazas españolas", "Escenas de guerra", "Varios frentes" ...








Cuando mi blog terminó de ver los depósitos de los libros, de las fotos, de los mapas, de mil y un documentos, también paseó por sus pasillos. Asistían a su paseo los autores premiados con el Premio Cervantes, nos miraban impasibles desde dentro de sus cuadros. Él ya los conocía, guarda en una sus entradas memoria de una exposición que hubo en la Biblioteca en los que estaban todos los cuadros más otros documentos (libros, cartas...) de cada uno de esos premiados autores.





Y después aún tuvo tiempo de visitar algunas de sus salas de lecturas: La Sala Goya, la sala Cervantes, la sala Barbieri... donde se tiene la posibilidad de consultar muchos de sus fondos.






Fue una visita muy interesante, mucho. Logramos asomarnos un poquito a cuánto ha atesorado esta Institución en sus 300 años de existencia. Por supuesto es imposible poder abarcar ni resumir todo lo que atesora y supone esta Biblioteca. Además a mi blog no le dejaron hacer demasiadas fotos. Pero con unas poquitas quería dejar constancia de la suerte que supuso caminar por allí una tarde, poder admirar algunos de sus rincones, ver un poco cómo se archiva y cómo está dispuesta... ver su interior rico y oscuro.

Solo queda dar las gracias a quién lo hizo posible: a mi querida infiltrada, y a sus compañeros tan amables. Los mismos anónimos trabajadores que cada día velan porque la Institución funcione.

Tenemos una Biblioteca Nacional bien chula, me susurra mi blog cuando salimos.
Y yo, sin hablar, asiento una y otra vez.