Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 14 de julio de 2017

El Faro de Calella (Barcelona)


Había que seguir cazando faros.

Aunque se escondieran tras las palmeras. Aunque sus veletas les aconsejaran salir huyendo en la dirección contraria de dónde estaba la cámara que terminaría cazándolo.

Necesitábamos descubrirlos, necesitábamos que siguieran iluminando nuestro camino hacia delante, siempre adelante, hacia tierra.




El Faro de Calella se encuentra situado en la cima de un promontorio de unos 50 metros de altitud. En el lugar dónde ahora está el faro, había una antigua torre de vigilancia y defensa, que vigilaba y protegía las costas del peligro de los ataques de los piratas argelinos. Fue inaugurado el día 15 de diciembre de 1859.

 Hoy, la luz del faro llega a una distancia de unas 35 millas y es conocido en las cartas de navegación por sus destellos, 3 y 2, cada 30 segundos.




Otras entradas sobre faros y lugares mágicos literarios:
http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/search/label/LUGARES%20M%C3%81GICOS%20LITERARIOS

martes, 11 de julio de 2017

Otra entrada de la colección "Los nombres de las tiendas"

Una frutería que se llama "La pera limonera"

 Esta entrada está hecha de regalos. Así soy de afortunada.

Una fruteria que se llama "La pera limonera", un establecimiento donde se hacen tatuajes que se llama "Tatoo Hadas" y un tienda de regalos en Conil que se llama "Caminito de Cai".

Mi familia y mis amigos cuando van por ahí y ven una tienda con nombre chulo o un letrero curioso, se acuerdan de mi blog, la cazan y me la mandan.

Qué buena idea.

Me da mucha alegría cuando de pronto me llega un "guasap" que dice "Roci para tu blog".

Mil gracias a todos. Mi blog tiene mucha suerte de teneros. ¡Y yo más!



Un establecimiento de tatuajes que se llama "Tatoo Hadas"

Una tienda de regalos que se llama "Caminito de Cai"

domingo, 9 de julio de 2017

De las palabras verano y estío





Yo creo que, a pesar de las tormentas, ya va tocando hablar de la palabra VERANO.


La palabra verano etimológicamente hablando procede de un adjetivo, el adjetivo latino: veranus, a, um.  

Porque la palabra que designaba al verano, tal y cómo ahora lo concebimos, era en latín “aestas, aestatis”, de dónde procede nuestra palabra “estío”.

En latín, se denominaba “verano” al tiempo entre mayo y junio, el período de calor suave que seguía a la primavera. Nuestra palabra “Primavera” vendría de la unión de las palabras “primer” “ver” que era cómo ellos llamaban a la primavera (“ver, veris”) o primera época de buen tiempo. Mientras que al período más caluroso, o de calor más álgido, que sería de julio a septiembre, lo denominaban estío. De ahí vendrían términos como “época estival”.

Luego lo que nosotros llamamos verano en realidad deberíamos llamarlo siempre “estío”. Sin embargo conservamos las formas cultas de “estio” o el adjetivo “estival” como formas más cultas que preferimos utilizar más en poesía.

De ahí también que muchos expertos piensen que las estaciones del año tendrían que llamarse: primavera, estío, otoño e invierno. Pero en algunos países prosperó más la palabra verano que la de estío quizás porque es más fácil de pronuncia.

El castellano, el portugués (verao), el rumano (vara) llaman también verano al estío. Mientras que en el francés, el italiano o el catalán se conservó la palabra estío: en francés se dice été, en italiano estate y en catalán estiu.  

Entonces ¿qué? ¿Veraneamos?

viernes, 7 de julio de 2017

Cruzándome con Mr. Greenwich



"El meridiano de Greenwich es la referencia usada para realizar el calculo de las diferencias horarias en los diferentes lugares de nuestro planeta"


El otro día en la autopista A2 viniendo de Barcelona, pero ya en Aragón entre Bajaraloz y Peñalba me crucé con Mr. Meridiano de Greenwich.

¡Qué sorpresa!

Toda la vida oyendo hablar de él, y me lo voy a cruzar un día que llevaba el pelo todo revuelto y las pintas propias de venir de la playa. Mira que me lo decía mi madre: "Rocío a la calle hay que ir siempre bien que no sabes con quién te vas a encontrar..."

Y efectivamente, voy y me encuentro con el Sr. Greenwich y yo sin alisarme el flequillo...

Que no es ninguna tontería, que Mr. Meridiano de Greenwich pasa por los siguientes países: Reino Unido, Francia, España, Argelia, Mali, Burkina Faso, Togo y Ghana. Y atravesarlo en el nuestro tampoco ocurre todos los días... Todos los días no pasa uno del hemisferio occidental del planeta al hemisferio oriental.

El Sr. Meridiano de Greenwich a esa altura de la autopista A2 tiene forma de arco con cuatro metros de anchura, y hay varios carteles que te van avisando de que lo vas a cruzar.

Y a mí ya no me daba tiempo a atusarme... 

¿Y sabéis por qué se llama Greenwich?

El meridiano de Greenwich desde hace 132 años es el meridiano cero o primer meridiano. Y se llama así porque su punto de referencia es el antiguo Real Observatorio de Greenwich, situado en la ribera sur del Támesis, a 15 kilómetros de Londres. Tras la Segunda Guerra Mundial fue trasladado el observatorio debido a su mala visibilidad, pero las viejas instalaciones se conservan y fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Se trata de una línea que une los polos dividiendo el mundo en dos partes. Discurre de norte a sur atravesando todos esos países que os he comentado.




Es lo que tiene el verano, y las vacaciones, y sobre todo zascandilear que no sabe uno con quién va a terminar encontrándose... 


martes, 4 de julio de 2017

La biblioteca del Palacio da Bolsa de Oporto





Se quedará en la memoria cómo la biblioteca que no nos enseñaron. Aquella de vitrinas altas de madera y paredes color siena. Aquella que tenía un techo precioso de pinturas y unas lamparas verdes en las mesas que solo pueden iluminar libros fantásticos. La misma que tuvimos que fotografíar desde la puerta y casi a oscuras.

Nos enseñaron muchas salas del Palacio de la Bolsa de Oporto. Ese edificio construido en estilo neoclásico en la segunda mitad del siglo XIX que ahora es sede de la Asociación Comercial de Porto.

La construcción del Palácio da Bolsa comenzó en 1842 y pasó casi medio siglo hasta su inauguración en el año 1891. Participaron en ella grandes nombres de la escultura, de la pintura, de la arquitectura y de las artes decorativas. 

En la actualidad está calificado como Monumento Nacional.

 
Recordaremos a aquel señor que no consiguió hacerse un café a la entrada por más que lo intentó. Recordaremos lo bien que comimos en el restaurante de su planta baja, lo rico que nos supo aquel sabroso bacalao. Nos veremos otra vez sobre ese suelo de colores, ese mosaico que pisamos en el patio central bajo tantos escudos. 


Y después subiendo las preciosas y nobles escaleras para ir recorriendo despacio la sucesión de señoriales salones.  Uno tras otro...
 


Recordaremos incluso el gabinete de Gustave Eiffel, aquel que ocupó cuando pasó por Oporto. Tan austero, tan desnudo pero con aquella máquina de escribir antigua que lo llenaba todo.

¡Y cómo olvidar esa maravillosa Sala Árabe o Arábiga inspirada en La Alhambra de Granada! Cómo no recordarlo: Una sala de más de 300 metros cuadrados, muy recargada con motivos islámicos, decorada según el gusto oriental característico del siglo XIX.




Pero  lo que será imposible de olvidar, sé que no lo conseguiremos, es que no nos enseñaran aquella biblioteca. 

Esa tan coqueta por la que pasamos nada más entrar, esa que no tenía una mota de polvo, esa que olía a libro y a siglos de estudio, esa que solemne e hipnótica, aletargada y a oscuras palpitaba tras una insignificante cuerda. 
 
Esa misma biblioteca que contenía más de ¡10.000 libros!

Esa que relucía intacta. Que nos esperaba.


Nos esperaba.

Y nunca nos enseñaron.

sábado, 1 de julio de 2017

Los letreros de las calles por Cataluña




Hoy vamos a dedicar la entrada a estos letreros que al paso nos roban la voluntad. Hay que estar muy atentos porque nos acechan desde cualquier esquina, cualquier escaparate, tablón o pared. 

Y son muy listos, hacedme caso, muy listos. 

Y a la que te descuidas ¡zas! te atrapan.


Encabeza la entrada uno que me gustó mucho y que me raptó en Vic (Barcelona). Estaba en una tienda de regalos y dice más o menos así: "A cierta edad a uno ya no se impresiona con cuerpos fantásticos, sino con almas cautivadoras". Y yo creo que es verdad.





Esta foto de aquí debajo también muestra uno de esos letreros que me hizo sonreír. Estaba en Sitges (Barcelona) en la puerta de una quesería muy agradable donde había muchas cosas ricas...




Y ya el último de esta tanda nos lo encontramos en Calella, en un café, y tampoco tenía desperdicio: "Nada está perdido mientras sigamos buscando".



jueves, 29 de junio de 2017

"Mas allá del invierno" de Isabel Allende




“En medio del invierno aprendí por fin que hay en mí un verano invencible”
Albert Camus


Anoche terminé de leer el último libro de Isabel Allende: “Más allá del invierno”.


Siempre que llega a mis oídos que hay un nuevo libro de esta autora me alegro. Tengo debilidad por sus personajes. Es verdad que después no todas sus historias me llegan de igual manera, obviamente, pero siempre me quedo con alguna de las vidas que ha inventado en él.


Esta historia enseguida me enganchó, tiene pocos personajes. Tres son los protagonistas: Lucía, una chilena alegre y vital, Evelyn, una joven guatemalteca frágil e ilegal y Richard, un maduro profesor universitario norteamericano.


El argumento de éste último libro de Allende cuenta como sus tres personajes sobreviven a un temporal de nieve que cae en Nueva York, y de pronto sus vidas que no tenían nada que ver, como consecuencia, de un accidente de tráfico se ven entrelazadas. La casualidad de su encuentro hará que sus vidas cambien.


La obra transcurre en la actualidad, entre Suramérica y los EEUU de Trump. Aunque para contar la historia la autora va rompiendo la linealidad del tiempo acudiendo al pasado de cada personaje para contarnos quién es. Siempre da buen resultado hacer saltos en el tiempo, la prosa se vuelve más ágil y entretenida y fluye mejor.


Con esta historia la autora aborda muchos temas importantes: la emigración, la multiculturalidad de los EEUU, y sobre todo la capacidad que tenemos dentro para “reinventarnos”, esa palabra tan de moda.


Me ha parecido una novela muy entretenida, de la mano de cada personaje hemos paseado por algunas de las realidades más terribles de nuestro tiempo: El golpe de estado de Chile, la situación de los pobres en Guatemala, el terrorismo y crueldad de las maras, el miedo, el desarraigo, la emigración, el alcohol, la pérdida de los seres queridos. La verdad es que gracias a la historia de cada uno de sus tres personajes principales hemos "vivido" mucho.

Como en otras ocasiones con la prosa rica de Isabel Allende he disfrutado. Aunque, es verdad, que no es de sus libros que más me haya gustado. Creo que es porque en ésta el personaje de Richard, el protagonista masculino, no me ha acabado de convencer. Sin embargo, me encantó su penúltimo libro, el de “El amante japonés”, me pareció una historia más entrañable, me transmitió más y algunos de sus personajes creo que estaban muy bien construídos y las relaciones que se establecían entre ellos eran mágicas, cómo no puede ser de otra forma con el realismo mágico de la autora.

Pero supongo que esto es cuestión de gustos, y habrá a quién le guste más éste último, con una temática mucho más actual. De todos modos, Isabel Allende siempre nos hace dar un paseo muy, muy agradable por sus historias con esa forma de contar suya tan sencilla y tan sentimental. 

Hay una cita por ahí que dice que somos los libros que leemos, y reconozco que mucho que hay en mí tiene que ser de los libros de esta autora porque no me he perdido ni uno solo de ellos y ya lleva unos cuántos. Desde que la descubrí con "Barrabás llegando por vía marítima..." no me he podido despegar de su forma de narrar tan dulce y tan atractiva. Me gusta mucho leer novelas de intriga y novela negra, pero siempre entre ellas vuelvo al último que haya sacado esta autora, sumergirme en su forma de narrar es como "volver a casa".