Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 8 de julio de 2016

De fines de semana y palabras

Que digo yo que como ya vamos para el fin de semana pues una entrada ligerita ¿No?

Venga, pues os dejo con una pequeña recopilación de chistecillos que tienen que ver con las palabras. 

La mayoría ya los conoceréis, pero... 

¿Cuando los releeis no se os escapa una sonrisilla?














Éste último me lo regaló un amigo para el blog. Está bien para un viernes ¿verdad?

Venga a disfrutar del tiempo libre.

Buen fin de semana.

martes, 5 de julio de 2016

"Nosotros, los de entonces" de Marta Rivera de la Cruz


"-Bueno pues mira, ya era hora de que lo hicieses. Llevas cuarenta y tantos años comportándote como la reina del hielo. No está mal un poco de acción para variar. ¿Le tiraste alguna cosa? cuando supe que Robe me engañaba le arrojé un plato de porcelana antigua Blue Willow que nos había regalado su madre. Era carísimo el puto plato, y a él le encantaba. Se lo tiré, pero no para darle, sino para romperlo. Hacer trizas aquel chirimbolo me sentó de miedo.
Valva sonrió.
-Yo no rompí nada. Ya te digo que no estaba enojada. Y lo único que quería era que Étienne no se fuese. Nunca me he humillado de esa forma... Le dije cosas absurdas. Hasta le pedí perdón, como si fuese yo la que había hecho algo mal. Creo que si hubiese mantenido un poco de dignidad ahora me sentiría algo mejor.
- Vamos cariño..., en asuntos sentimentales la dignidad está sobrevalorada.
..."


Desde que descubrí "En tiempos de prodigios", novela de Marta Rivera de la Cruz que en el año 2006 fue finalista del Premio Planeta, no he dejado de leer los libros de esta autora.

Me gustan sus historias cotidianas, sus personajes normales, de la calle, su forma de tratar el amor, la amistad, los sentimientos.

Después de una novela negra de crimenes y psicópatas, se agradece mucho una historia cotidiana, sí, una de Marta Rivera de la Cruz.

Esta vez le ha tocado el turno a su última novela "Nosotros, los de entonces".

El argumento cuenta que una pandilla de amigos de la Universidad se reencuentras tras veinte años de apenas tratarse, con motivo de que uno de ellos quiere contarles algo importante.

Está ambientada en la actualidad y se desarrolla en un hotel de la Provenza, donde se lleva a cabo la reunión porque lo regenta una de las amigas del grupo con su marido. 

Los personajes están en torno a los cuarenta y cinco años, son seis amigos y la mujer de uno de ellos. Tres mujeres y tres hombres que se conocieron en la Facultad y cuya vida ya no ha discurrido paralela, unos están mejor situados económicamente, otros peor, unos están felices en su vida sentimental, otros no... en fin, personas normales y corrientes que podríamos ser cualquiera de nosotros. Son personajes muy bien perfilados, a los que vas conociendo a lo largo del libro a medida que van surgiendo las viejas rencillas, las anécdotas, los sentimientos.

Los temas que se abordan en el libro son la amistad principalmente, pero también el paso del tiempo, cómo nos cambia. Se aborda el amor, la belleza, los hijos, las responsabilidades...Y desde luego el mensaje de que las amistades son una de las mejores cosas de la vida, y hay que cuidarlas.

Esta contado en tercera persona, un narrador omnisciente. Y es una novela en la que hay muchísimo diálogo, un diálogo muy bien hilado, muy natural. Eso le da muy buen ritmo a la novela. Es muy entretenida, yo la he leído volando. Y es creíble. Yo creo que cualquiera se puede sentir identificado con cualquiera de esos personajes y sus amigos a los veinte años. Y después también veinte años después con un montón de responsabilidades y problemas que entonces no tenían.

Quizás lo que menos me ha gustado haya sido el final. Pero no porque no esté bien resulta, que creo que sí que lo está, sino porque esperaba algún giro más potente justo en el final. Aunque el detalle que tiene uno de los personajes está muy bien traído a ese final, no os puedo contar cual, pero cuando la leereis ya sabréis al que me refiero.

Y no tiene mucha importancia, es un detalle, pero tambien creo que la autora ha abusado un poco del adjetivo "imposible": Un malva imposible, una esquina de perspectiva imposible, colores imposibles combinados con jerseis de cachemir... Si solo lo hubiese utilizado para ese malva, o para esa esquina... Pero me ha chirríado un poco ese "imposible" aplicado a tantos sustantivos diferentes y tan seguido en los primeros capítulos. Y la autora escribe bien, yo creo que eso se le ha escapado. 

A mí me ha gustado, ya os digo que me lo he leído muy deprisa, porque me gusta la prosa de esta autora sencilla, cuidada, ágil, fresca, pero diseccionando los sentimientos con acierto. Me ha entretenido mucho porque hay varios giros en la historia bien salpicados a lo largo de la trama que hacen que el lector no pierda la atención. Es una novela de personajes que consiguen brillar solos, sin quitar protagonismo a los demás. Una novela coral.

Al principio de su lectura recordé una película "Los amigos de Peter" que me gustó muchísimo en su día, banda sonora incluída. Y me sonreí cuando en un momento dado la autora en la novela habla de ella. 

Es una lectura agradable.

domingo, 3 de julio de 2016

El verano y los libros


Tiempo de verano.

Más tiempo, sol, brisa, y libros.

Tiempo de verano, tiempo de lectura.

 ¿Y tú? ¿Qué lees?







viernes, 1 de julio de 2016

Librería El Principito en Islantilla



Hoy os quería traer una librería especial para nuestra particular colección de "La vuelta al mundo en 80 librerías" emulando al mítico "La vuelta al mundo en 80 días" de Julio Verne... Ya sabéis que bajo este epígrafe vamos atesorando librerías especiales que nos vamos encontrando a nuestro paso por el mundo.

Pues bien para nuestra colección, que no es por nada, pero ya tiene un buen montón de esas librerías especiales, hoy os traigo una que se llama "El Principito". Es un nombre bonito ¿verdad? para una librería. Pues además ésta se merece su puesto porque está en un lugar que nunca esperarías encontrarla.

En Huelva, en Islantilla, donde da gusto ir a esa playa kilométrica, y dentro de un Centro Comercial, más concretamente en su primera planta, en el mismo paseo marítimo de la playa, ahí está. 

Tan coqueta ella, tan acogedora, tan llenita de libros y con una terraza donde puedes desayunar, tomar el brunch, el vermout, el te loco de Alicia... y escuchar chill out. Ya lo veis, está abierto a todas horas. Es una librería coctelería.

Qué gusto descubrirla.









jueves, 30 de junio de 2016

"Memento mori" de Cesar Pérez Gellida


"La doctora se paró en seco al percatarse del desconcierto que se reflejaba en el rostro de su interlocutor. Tras unos segundos preguntó:
-¿Me sigue?
-Doctora Corvo, ¿Conoce ese refrán que dice: "De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco"? Pues de lo primero tengo poco, y de lo último algo, pero de poeta... nada de nada.
-¿Conoce, inspector, ese otro de "Hombre refranero, maricón o pordiosero"? -atajó ella aderezando al reveés con una sonrisa de malicia.
Se hizo el silencio y se enfrentaron las miradas. Sancho soltó una carcajada tan agreste que retumbó en las paredes del local... "



Tengo un poco de atrasillo en la reseña de los libros que me he leído ultimamente, así que voy a poner orden.

Terminé de leer "Memento mori" de Cesar Pérez Gellida. El primer libro de una trilogía de novela negra titulada "Versos, canciones y trocitos de carne". Que nombrecito ¿eh? 

Pues es de lo más acertado porque en esta novela hay muchos versos, muchas canciones y también, no os voy a engañar, trocitos de carne. 

A mí me ha tenido muy entretenida. Me gusta leer la novela negra que hacemos aquí, aunque ya sabéis que me gustan mucho las de Jussy Adler Olsen, o Camilla Lackberg, y antes no me perdía ninguno de Henning Mankell del inspector Wallander. Pero siempre me gusta volver a los nuestro, y ver que están haciendo: Lorenzo Silva, Víctor del Árbol, Dolores Redondo, Tony Hill... Tenemos muy buenos novelistas en el género negro.

Esta novela no está mal, la verdad. Tiene de curioso, de original, que, cómo ya os he dicho, va intercalando muchas canciones, tiene banda sonora, y también además de hablar de literatura, ya sean versos o libros, tiene varios poemas muy relacionados con la trama. Eso me ha gustado mucho. Y para los que sean de Valladolid tiene el doble aliciente de que se desarrolla en esta ciudad. Cómo veréis es una novela bastante completa, porque toca varias artes: la música, la poesía, la literatura.

Pero no os he contado el argumento, os copio lo que dice en la contraportada:

"Aquella mañana de domingo nada le hacía presagiar al inspector de homicidios de Valladolid Ramiro San­cho que acababa de dar comienzo una pesadilla que lo dejaría marcado para el resto de sus días.
La investigación del asesinato de una joven ecuatoria­na a la que le han mutilado los párpados y cuyo cuer­po han encontrado unos versos amenazantes, ocupa las primeras páginas de esta novela negra narrada con un dinámico y atrevido lenguaje cinematográfico..." 
El autor ha escogido un narrador en tercera persona, salvo para el prólogo y podríamos decir, el epílogo, que están narrados en primera persona. Pero nos ofrece desde un primer momento dos puntos de vista, el del asesino y el del inspector Ramiro Sancho en su búsqueda.  Se van alternando los capítulos desde el punto de vista de uno y de otro. Sabemos desde un principio quién es el asesino y por qué lo hace. Pero aún así, el interés no decae en la trama. Para ayudarnos, además el autor fecha cada capítulo con el lugar, el año y la hora incluso.

El estilo de la prosa es sencillo y directo. El ritmo es bueno. Me ha gustado mucho en lo que se refiere al lenguaje. No solo porque combina una trama con intriga con unos diálogos muy ingeniosos, muy bien escritos, si no también porque salpica la narración con numerosas citas latinas, con refranes, con frases hechas. Combina muy bien el lenguaje coloquial con el culto. Eso me ha gustado.

Algunos ejemplos del lenguaje coloquial que existe en la novela y que yo no conocía por eso me ha gustado mucho encontrar:

"Para el amor y la muerte, no hay cosa fuerte"
"La esperanza es hija de la paciencia"
"Talento y talante se conjugan con tiento y aguante" 
"De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco"
"El poco hablar es oro y el mucho es lodo"

Y también me ha descubierto palabras más científicas como:
"con un homicidio preterintencional, ya sabes, el típico "se me fue de las manos" de un don nadie..."

Los personajes principales están bien perfilados. El de Augusto, el asesino, millonario, muy culto, melómano, sibarita y sociopata. El de Ramiro Sancho, el inspector de homicidios cumplidor del orden, honesto, con un lenguaje salpicado de refranes que me gusta mucho. El de "Carapocha", o Armando Lopategui, que es el psicólogo criminalista que está presente en toda la investigación, con un pasado fascinante y un humor negro que deja traslucir en los diálogos brillantes que mantiene con. Son personajes muy trabajados, complejos, intensos, no tienen desperdicio.

La obra se estructura en un prólogo, 29 capítulos cada uno de ellos encabezado por un título que pertenece a una canción de Héroes del Silencio o Búmbury, ya os he dicho que hay muchas canciones (Héroes, Bumbury, Muse, Depeche Mode, Vetusta Morla... desde luego si al lector le gustan estos grupos tiene mucho ganado), y otro que es una especie de epílogo. Además de eso, el autor incluye al final un anexo con la banda sonora, otro con el poemario, porque cómo os decía tambien hay muchos poemas, y otro con los personajes. 
Ambientada espacialmente, como ya os he dicho, en Valladolid. Y temporalmente entre septiembre del 2010 y enero del 2011.


Lo que menos me ha gustado es esa especie de epílogo que tiene la novela. Me ha dejado un poco descolocada. Y claro que sea la primera parte de una trilogía. Pero en general me ha parecido entretenida y con ese punto de originalidad que la hace diferente a otras muchas. Supongo que me leeré las dos siguientes, no a continuación, pero sí más adelante.



miércoles, 29 de junio de 2016

Lenguaje del verano



He estado unos días de vacaciones y ya estoy aquí con un montón de entradas pendientes.

Comenzamos con una dedicada a los letreros del verano.

El letrero de arriba es de un mercadillo. No necesita mucha explicación. Ya tenemos otro parecido en el blog, con la etiqueta "Lenguaje de los mercadillos". Está tomada la foto en la provincia de Huelva.

También en la misma provincia es el de la foto de debajo. Es de un mercado. Me gustó mucho eso de "garbanzo chico", por garbanzo pequeño. Ese "chico" es muy común en el andaluz.


He buscado en el diccionario de la rae la palabra "chico", y me he llevado una sorpresa. Yo estaba convencida de que la primera acepción de la palabra sería la de muchacho. Sin embargo no, justamente es ésta de pequeño tamaño, que es tan habitual en el andaluz o el extremeño. Efectivamente según nos dice la definición, la palabra viene del latín "ciccum" que cómo veis es cosa de poquísimo valor.


chico, ca

Del lat. ciccum 'cosa de poquísimo valor'.
1. adj. De tamaño pequeño o menor que otros de su especie o tipo. Un piso muy chico.
2. adj. Que tiene corta edad. Un niño chico.
3. m. y f. coloq. Persona, sin especificar la edad, cuando esta no es muy avanzada.
4. m. y f. Hijo, especialmente en la infancia o en la juventud.
5. m. y f. Muchacho que desempeña trabajos subalternos en oficinas, comercios y otros establecimientos.
6. m. y f. coloq. Muchacho, persona joven.
7. m. y f. coloq. Tratamiento de confianza dirigido a personas de la misma edad o más jóvenes.
8. m. y f. coloq. U. con calificativos encomiásticos para referirse a personas adultas. Gran, buen chico. Una chica estupenda.
9. m. y f. coloq. novio (‖ persona que mantiene relaciones amorosas).
10. m. y f. coloq. En una película o en una obra literaria, protagonista principal, generalmente joven y atractivo. El chico y la chica se reconcilian.
11. m. Antigua medida de capacidad para el vino, igual a un tercio de cuartillo.
12. m. Méx. chicozapote.
14. f. En el juego del mus, segundo lance de la partida, en el que se tienen en cuenta las cartas de menos valor.

He buscado también la etimología de la palabra "chico", y efectivamente he encontrado que la mayoría de los estudios están de acuerdo en que parece provenir del latín de la palabra "ciccum" y que se refería a los frutos pequeños. En concreto a la membrana que separa los granos en las granadas, o dentro de los altramuces... Parece ser que se refería a frutos exóticos, luego se cree que hasta el latín el vocablo llegó de Oriente, de dónde venían los frutos. Es normal que junto con los frutos llegara su palabra. Por tanto quizás habría que rastrear su origen más allá del latín, en el arabe. Por ello mismo hay quién duda del origen latino...

En fin ésto es una visión general, por supuesto, hay estudios muy pormenorizados e interesantes sobre este tema por si queréis profundizar en él.

Pero dejamos reseña del lenguaje coloquial tan rico.

jueves, 23 de junio de 2016

María Candelaria y los exámenes - Discapacidad


Hace unos días que conocí a María Candelaria. 

Yo cuidaba en una clase donde había exámenes a los que ella se presentaba. Unos exámenes para unas plazas para discapacitados intelectuales para entrar de laborales en la Administración.

Maria Candelaria se quedó la última de mi clase repasando una y otra otra vez las preguntas de su examen. Las contestaba, las tachaba, las volvía a contestar, y después me llamaba para que me acercara. No quería preguntarme nada del éxamen, solo si se veía bien que ella quería decir en esa pregunta "la b", "Se tiene que ver que yo quería decir la "b", a ver si con tanta corrección no se iba a saber"...

Maria Candelaria era veinteañera y delgadita, tenía el pelo largo y muchas, muchas ganas de hacerlo bien, tantas que se le salían entre las palabras.

"Yo ya me he presentado cinco veces, en el Estado, en la Junta, otra vez en el Estado, en mi pueblo... ¡Pero yo no me rindo!"

Seguramente no volveré a ver nunca más a María Candelaria firmando con todo su nombre entero, y su letra menuda detrás de ningún sobre. Ojalá por fin apruebe, se lo merece.

Solo la vi una hora, y sin embargo cuánto me enseñó. Ella y todos los compañeros que se examinaban, todos discapacitados intelectuales; en unos la discapacidad más visible que en los otros. Pero todos tan deseosos de hacerlo bien. Qué lección nos dieron.

No hay que rendirse.