Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 12 de septiembre de 2014

Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo en Huesca




Hoy quería hablaros de un Museo que conocí en este julio pasado. 

Me estoy refiriendo al Museo Etnológico de Sabiñánigo o lo que es lo mismo el Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo. Está en Huesca, en el Pirineo Aragonés, en el Puente de Sabiñánigo.




Me gustó mucho. Se trata de dos casas pirenaicas típicas de piedra unidas por un voladizo, con tres plantas cada una, donde vamos recorriendo diferentes aspectos del modo de vida del lugar.Sus objetos, sus costumbres, sus tradiciones, la religiosidad e incluso sus pueblos y rutas.

Además se puede conocer la obra del escultor oscense Ángel Orensanz, miembro del patronato del museo, mediante la contemplación de algunas de sus obras. Después vimos que tenían diversas actividades culturales, como las "charlas al amor de la lumbre" o el Premio Internacional de Escultura Ángel Orensanz.

Es un museo de esos que no son nada aburridos, sino todo lo contrario. Hay un montón de salas sumamente entrenidas. Es muy interesante, la verdad. Os invito a que si estáis por allí pasando unos días, en cualquier momento os acerqueis a conocerlo porque merece la pena.






No me resisto a dejaron con los protagonistas de la visita...



miércoles, 10 de septiembre de 2014

"Una historia antigua" Un artículo de Antonio Muñoz Molina


Me ha encantado y quería compartirlo con vosotros...

Aquí lo tenéis:


http://cultura.elpais.com/cultura/2014/06/19/babelia/1403179487_377420.html


Una historia antigua

En el corazón de cualquier relato está el misterio de lo que no llega a decirse


Cientos de miles de jóvenes en EE UU lucharon en las guerras de la última década, dejando a sus Penélopes detrás. / Reuters / Erik de Castro

"Nos contamos historias a nosotros mismos para seguir viviendo”. Me acordé de esas palabras de Joan Didion conversando con una mujer que probablemente había leído muy poco o nada y que sin embargo era una excelente narradora y hablaba un español empapado de literatura: de novelas sentimentales, de boleros, de telenovelas. Es una mujer de casi sesenta años que no ha tenido mucha suerte en su vida, pero que la cuenta con esa extraordinaria desenvoltura narrativa del habla colombiana, en la que nunca falta el humorismo, y en la que la guasa amortigua o endulza hasta lo más cruel. Emigró a Nueva York cuando era muy joven. Tuvo un hijo con un hombre que desapareció en seguida. Con la esperanza de poder pagarse los estudios de Medicina, su hijo se alistó en el ejército cuando empezaba la invasión de Irak. Lo enviaron allí, y ella dice que le rezaba todos los días al Señor pidiéndole que se lo devolviera vivo y entero. “Dios mío, no me lo devuelvas quemado, o sin piernas, eso no”. Hablaba con él de vez en cuando por Skype y lo notaba trastornado por dentro, horrorizado de lo que veía. “Mamá, esto es el infierno”. Tenía 22 años y se había casado un poco antes de viajar a Irak, “con una gringuita rubia, linda, con los ojos azules”. El hijo la llamó cuando ya solo le quedaba una semana en la zona de guerra. Uno o dos días después de hablar con ella, el blindado en el que viajaba rebotó sobre una mina y murieron él y sus tres compañeros de patrulla.

Años después de perder a su hijo, ella sigue extraviada en el mundo, en una rara viudedad que no le impide teñirse el pelo, arreglarse, vestirse con colores claros y oros, con una casi exuberancia muy habitual en esta zona entre colombiana e indostánica donde vive, Jackson Heights, en Queens. Tenía dolores muy fuertes de espalda y le dieron el disability, como ella dice, de modo que pudo jubilarse y cobra una pensión. Pasa temporadas largas en Colombia, en la ciudad querida de su origen, Pereira. A la entrada de su apartamento hay una estantería baja en la que se alinean ordenadamente zapatillas caseras, calzado de deporte, tacones. En medio del calzado femenino hay unos zapatos grandes masculinos que fueron de su hijo. Para seguir viviendo, esta mujer cuenta lo buen chico que fue siempre, lo estudioso en la escuela, siempre alejado de las malas compañías del barrio, resuelto a llegar a ser un buen médico.

Pero no quiere dar por terminada su vida. Sueña, dice, con encontrar a un hombre que la quiera de verdad, que le hable con dulzura al oído y, si hace falta, le cuente mentiras bonitas. “¿No es eso lo que nos gusta a las mujeres?”, dice medio en broma, entre la guasa y la melancolía, “¿que nos cuenten mentiras?”. Y entonces, ya empapada sin saberlo de literatura, nos cuenta que de joven vivió un gran amor, un verdadero amor, no con el padre de su hijo, sino antes, una vez que se fue a España con todos sus ahorros para buscar trabajo. Él era de Barcelona, pero se conocieron en Canarias. “Recorrimos en su carro las siete islas, una por una”. Terminaban de visitar una isla y embarcaban el coche para explorar la próxima. Buenos hoteles, restaurantes. Luego viajaron por toda la Península, durante un año entero. Dice el nombre y los dos apellidos, complicados y prometedores como los de un galán de telenovela. En vez de buscar trabajo, gastó con él todos sus ahorros, en plena felicidad, yendo a todas partes, comiendo y bebiendo muy bien, a veces demasiado, porque los españoles toman vino con todas las comidas, y además usan mucho el ajo, de modo que a ella le parecía a veces que le olía un poco a ajo el sudor.

“¿No es eso lo que nos gusta a las mujeres?”, dice medio en broma, “¿que nos cuenten mentiras?”
Volvió a Colombia enamorada y en quiebra. Habían planeado seguir viéndose, pero había demasiada distancia. “Y entonces no era como ahora, no había celulares, nada más que cartas, que tardaban tanto, y una llamada de teléfono costaba carísima”. Al hablar de él siempre dice su nombre y sus dos apellidos, como para confirmar la realidad administrativa de su existencia. Dice que sigue soñando con él. Sueña con él como era entonces, exactamente así. No lo sabe imaginar gordo, mayor, calvo, con el pelo blanco. Sueña que vuelven a encontrarse. Pero se queda pensativa y dice que ha pasado tanto tiempo que si lo viera quizá no lo reconocería. Su hermana, muy acostumbrada a sus historias, la mira con ironía y le dice: “Eres una Penélope”.

Pero ella no ha escuchado nunca ese nombre y no conoce la historia. Me veo cumpliendo la singular tarea narrativa de contar la espera de Penélope y el regreso de Ulises a Ítaca a una persona que la está escuchando por primera vez, y que me mira con una expresión muy atenta, con la curiosidad pura de saber qué sucede a continuación, asombrada y conmovida por la obstinación de los dos esposos a lo largo de 20 años, Ulises sobreviviendo a aventuras y naufragios, Penélope destejiendo de noche lo que ha tejido de día para prolongar la espera, el perro viejo y ciego que reconoce antes que nadie a su amo. La Odisea está irrumpiendo por primera vez en la imaginación de alguien, no como una obra literaria solemne, sino como una fábula, una más entre los relatos que nos contamos los unos a los otros a diario, o que nos contamos en silencio a nosotros mismos, fantaseando, mintiendo. Pero lo prodigioso y lejano resulta de inmediato familiar: hay un hijo que abandona muy joven la casa en la que se crio sin la presencia de un padre; hay un soldado que está punto de no volver de una guerra que no parecía terminar nunca; hay un hombre y una mujer que se encuentran después de haberse esperado y recordado tanto y ahora no se reconocen, porque han pasado 20 años. Para estar segura de que el recién llegado es Ulises, Penélope lo pone a prueba. Hay una sola cosa íntima que solo él puede saber. El reconocimiento indudable sucede en el secreto de la cámara nupcial. En la pesadumbre del relato surge un indicio de picardía que a nuestra interlocutora le hace sonreír, porque ni la soledad ni el luto le han apagado una crédula expectación de los placeres de la vida. Se pregunta qué prueba podría ponerle ella a su amante español si volviera a encontrarse con él, si lo mirara y no estuviera segura de reconocerlo, al cabo de una ausencia más larga ya que la de Ulises. Y comprende instintivamente que en el corazón de cualquier historia está el misterio de lo que no llega a decirse.

lunes, 8 de septiembre de 2014

"Libros (y otras publicaciones) de artista 1947-2013" en la Fundación Juan March




"Quizá de los libros y del resto de publicaciones de artista del último siglo y hasta hoy pueda decirse aquello que dictaminó el escritor alemán Kurt Tucholsky sobre el Ulysses de Joyce: que era "puro extracto de hígado. Es incomestible –añadía–, pero en el futuro se prepararán muchas sopas gracias a él"..."


Hoy vamos a hablar de una exposición.

Poquito antes de que terminara agosto, la semana pasada, estuve viendo en la Fundación Juan March(Madrid C/ Castelló) una exposición pequeña titulada "Libros (y otras publicaciones) de artista 1947-2013".

Me gustan mucho "los libros de artista". ¿Y que son los libros de artista? Pues bueno en palabras sencillas, porque yo no me dedico al arte, un libro de artista es una obra de arte que se ha interesado por el libro como soporte. Y he sido muy atrevida explicando así ésto, la ignorancia es atrevida, ya se sabe y me estaré dejando fuera de la explicación un montón de conceptos. Pero bueno valga mi ignorancia para centrarnos un poco. Es un objeto que está a medio camino entre el libro, como vehículo literario, y la obra de arte. Por ello unas veces "el libro de artista" nos parecerá más literario y otras más plástico.

Bueno, pues hasta finales de agosto, en la Fundación Juan March se podía visitar esta exposición, mucho más pequeña que otras que ha tenido que se veía en un ratito, sobre este tema. Las obras que se exponían proceden de los fondos de la Fundación. 

Había casi un centenar de obras. A cual más imaginativa. A mí me gustó. 

Os dejo con algunas fotos de la exposición. Fijaos también en la que encabeza esta entrada "Historia de un viaje que pudo ser genial"... ¿Está bien verdad? Y ahora las demás, todas son muy curiosas.









sábado, 6 de septiembre de 2014

jueves, 4 de septiembre de 2014

Artículo sobre Escritoras Malditas


Hoy os quería dejar con un artículo sobre escritoras. Un artículo sobre "escritoras malditas", así repasamos algunas de ellas.

Espero que os guste.

Redes

Siete escritoras malditas que escandalizaron con su vida y sus obras

Día 23/07/2014 - 10.55h

Muchas grandes autoras tuvieron que enfrentarse a los prejuicios de sociedades que no aceptaban que la mujer pudiera dedicarse a la literatura

A lo largo de la historia, muchas mujeres se han visto obligadas a enfrentarse a todo tipo de prejuicios propios de sociedades conservadoras para poder desarrollar profesiones que hasta entonces habían sido consideradas propias del género masculino.
Las primeras mujeres que decidieron dedicarse profesionalmente al mundo de la escritura no fueron una excepción y, durante años, tanto sus obras como su vida fueron tachadas de escandalosas por unas sociedades puritanas que no aceptaban que la mujer pudiera tener una imaginación y un talento a la altura de los grandes hombres de la literatura.
En nuestro habitual recorrido por los temas más destacados de la blogosfera, hoy queremos compartir una lista elaborada por una de las autoras del blog «Librópatas» que pretende rendir homenaje a siete de esas escritoras malditas que abrieron camino a las generaciones siguientes en el mundo de la literatura. Por supuesto, sobra decir que muchas de sus obras todavía hoy siguen siendo absolutamente recomendables.
1.-Anaïs Nin: La figura de esta escritora nacida en Francia en 1903 de padres hispano-cubanos y posteriormente nacionalizada estadounidense sea el paradigma de una vida escandalosa para la sociedad de su tiempo. Su biografía está repleta de escándalos que ella misma narra a lo largo de los siete volúmenes de su diario, que constituyen su obra más conocida. Nin tuvo una vida amorosa compleja, con amantes célebres como Henry y June Miller y fue una de las primeras autoras en publicar relatos de contenido erótico en Estados Unidos.
2.-Jean Rhys: Esta escritora nacida en la colonia británica de Dominica en 1890 es famosa por ser la autora de “Ancho mar de los Sargazos”, la conocida precuela de “Jane Eyre”. Sin embargo, es también autora de una autobiografía que contiene todos los elementos necesarios para calificar su vida como escandalosa. En ella narra cómo, tras trasladarse a Londres para completar su formación decidió instalarse en la capital británica, donde trabajó como corista, intentó ser una “demi-monde” (una de esas chicas que eran en teoría coristas pero en realidad vivían de sus amantes ricos), para terminar convirtiéndose en modelo de desnudos y camarera en una cantina durante la Primera Guerra Mundial.
3.-Mary Shelley: La autora de Frankenstein tuvo una vida agitada y polémica. Hija de Mary Wollstonecraft y William Godwin, a quienes ya rodeaba la polémica, su única hermana se suicidó y fue sepultada en una fosa común, después de que la familia se desentendiera de su muerte. A los 16 años conoció al aristócrata Percy Shelley, con el que huiría a la Europa continental, arrastrando a su hermanastra Claire Clarmont con ellos. A pesar de que Shelley estaba casado, tuvieron varios hijos, aunque solo el último de ellos logró alcanzar la edad adulta. Cuando Percy Shelley murió, Mary Shelley usó la escritura para ganarse la vida.
4.-George Sand: Esta autora francesa es el paradigma de escritora romántica, lo que prácticamente asegura que tuvo que llevar una vida escandalosa. Sand de casó muy joven con el barón Casimir Dudevant, a quien abandonaría nueve años después llevándose a sus dos hijos con ella. Empezó a vestirse de hombre, tuvo varios amantes célebres y escribió mucho, lo que la convirtió en una de las grandes intelectuales de su momento.
5.-Aphra Behn: Nacida en 1640, Behn fue la primera escritora británica profesional de la historia. A pesar de que podía vivir de sus obras, esta dramaturga fue espía en la ciudad de Amberes, en 1666, poco antes de que Inglaterra declarara la guerra al Imperio Español. Poco se sabe del resto de su vida, aunque se cuenta que, tras enviudar mantuvo sonados romances con hombres y mujeres de la más alta sociedad inglesa y que se arruinó en varias ocasiones, lo que la llevó a tener una prolija carrera para poder mantener su elevado nivel de vida. Pese a ello, falleció en la más absoluta pobreza.
6.-Víctor Catalá: Aunque el nombre pueda sugerir lo contrario, Víctor Catalá fue el pseudónimo escogido por la escritora catalana Caterina Albert para desarrollar su carrera literaria evitando el escándalo. Nacida en 1860, Albert fue una de las primeras autoras en lengua catalana. Su primera aparición con su propio nombre tuvo lugar en 1898, cuando ganó uno de los premios de los Juegos Florales de Olot, con el poema “El llibre nou" y un monólogo titulado “La infanticida”. El escándalo provocado por esta última obra hizo que a partir de entonces firmara toda su producción como Víctor Catalá. Lo más curioso es que la sociedad catalana de la época asumió que sus novelas eran escritas por un hombre porque eran demasiado duras como para que las hubiera escrito una mujer.
7.-Eulalia de Borbón: La hija menor de Isabel II destacó como autora de un libro de memorias publicado en los años 30, así como de la obra “Au Fil de la Vie”, editada en Francia en 1911 bajo el seudónimo de Condesa de Avila y que fue prohibido en España por su sobrino, el rey Alfonso XIII, por ser una obra de carácter feminista y demasiado modernista. Esta actividad literiara convirtió a Eulalia de Borbón en la oveja negra de la familia real española durante la Restauración, por lo que mantuvo numerosas disputas con sus hermanas y su sobrino, con quien llegó a estar varios años sin cruzar una palabra. Pasó grna parte de su vida en el exilio y popularmente fue conocida como “la infanta republicana”.



La foto muestra a Mónica Montañés, escritora de telenovela en Venezuela.
http://www.revistadominical.com.ve/noticias/actualidad/alejandra-benitez-no-fue-el-unico-desnudo.aspx

miércoles, 3 de septiembre de 2014

"El color de los sueños" de Ruta Sepetys


"Mi madre es una prostituta. No de esas rastreras que hacen la calle. la verdad es que es muy guapa, habla bastante bien y viste ropa bonita. Pero se acuesta con hombres a cambio de dinero o regalos, lo cual, de acuerdo al diccionario, la convierte en una prostituta.

Empezó a dedicarse a esto en 1940, cuando yo tenía siete años, el año que nos mudamos de Detroit a Nueva Orleans..."


Pues me tendré que leer "Entre tonos de gris" pensé cuando me terminé de leer "El color de los sueños" de la misma autora, Ruta Sepetys.

Había terminado de leer una novela que me había gustado mucho, pero era dura "Un millón de gotas" de Víctor del Árbol, y me apetecía leer una novela que fuera algo más amable. Nunca se sabe antes de leerla si vas a acertar con la novela, y como os digo unas veces te apetece adentrarte en un tipo de lecturas y en otro momento en otras menos intensas, pero tengo que admitir que me leí muy a gusto "El color de los sueños".

Es dulzona, pero no empalagosa. Y, supongo, que te ves venir un poco el final... Pero la verdad es que a mí no me importaba, porque era lo suficientemente entretenida y sus personajes me gustaban por lo bien caracterizados que estaban y su originalidad, así que leía y leía, hasta que la terminé en nada de tiempo. Eso es buena señal.

Pero bueno vamos a comentarla un poco.

El argumento:


"Nueva Orleans, 1943. Josie, una niña de diez años, acompaña a su madre Louise a ver a Willie, la dueña del burdel más famoso de la ciudad, para que vuelva a darle trabajo. Willie siente una simpatía inmediata por Josie y le concede una nueva oportunidad a su madre. Siete años más tarde, gracias a Willie, Josie ha conseguido trabajo en una librería en cuya trastienda vive para mantenerse apartada de Louise todo lo posible. A cambio, echa una mano limpiando en el burdel y ayuda a Willie con las cuentas, pues se ha convertido en una de sus personas de confianza. Pero Josie sueña con una vida mejor. Se hace amiga de Charlotte, una chica de buena familia que está de visita en la ciudad, y empieza a albergar el ferviente deseo de abandonar Nueva Orleans e ingresar en la universidad. Aunque ese futuro parece estar muy por encima de sus posibilidades, hará lo posible, con todo su esfuerzo y la ayuda de sus amigos, por cumplir su sueño."

Cómo vemos el tema de la novela podríamos definirlo como la búsqueda de la propia identidad, la consecución de los sueños.

Está ambientada en la Nueva Orleans de los años cincuenta. En el Barrio Francés. Está muy bien ambientada, a mí me parecía en algunos momentos que podía escuchar y hasta ver los colores de los vestidos de las chicas del burdel, o de los cochazos recién restaurados. Sí creo que la autora ha reflejado la época y el tiempo con acierto. La verdad, es que es un lugar que a mí me gustaría conocer.

En cuánto a los personajes también estan bien caracterizados desde la jovencita protagonista, Jo, hasta Charlie, el abuelo, pasando por todo un abanico de personajes variopintos. Aunque lo cierto es que no es que haya de ellos grandes descripciones, sino que la autora con dos o tres pinceladas ha conseguido caracterizarlos sin lugar a dudas. A mí me gusta mucho Willie, la dueña del burdel, es un personaje que no deja de sorprenderte, rico, y con mucho peso en la historia. Quizás los mafiosos estén algo estereotipados, el apodo de uno de ellos "ojo chungo" no me ha gustado nada, la verdad, tópico, tópico. Pero no sé si es por la traducción o realmente la autora lo ha llamado así. Pero la verdad es que me ha parecido que aquí decaía un poco la historia, de novela juvenil pero flojita, el detalle.

Porque no es que yo tenga algo en contra de esas novelas, no nada de eso, todo lo contrario. Recuerdo con mucho cariño muchas de las que leí en su día. Ahora que lo pienso esta novela tiene mucho un aire a esas novelas juveniles que yo leía en los largos veranos cuando era jovencita. Tiene algunas similitudes, una novela con algunas aventuras, muy sencilla de leer, "bonita",  y como "para todos los públicos". Además también un aire a las de Dickens cuando nos presentaba esos niños en manos de los mayores con pocos escrúpulos... como nuestra protagonista.

La autora ha utilizado un narrador en primera persona, lo cual hace que te acerques mucho al personaje principal y por tanto a su historia. Creo que eso ha sido un acierto. Cómo también lo ha sido, a mi modo de ver, tanto la cita que encabeza el libro " No hay belleza perfecta que no tenga alguna rareza en sus proporciones" de Sir Francis Bacon, como el arranque: 


"Mi madre es una prostituta. No de esas rastreras que hacen la calle. la verdad es que es muy guapa, habla bastante bien y viste ropa bonita. Pero se acuesta con hombres a cambio de dinero o regalos, lo cual, de acuerdo al diccionario, la convierte en una prostituta.

Empezó a dedicarse a esto en 1940, cuando yo tenía siete años, el año que nos mudamos de Detroit a Nueva Orleans..."

Es bueno ¿verdad? Me pareció muy bueno. Los principios son tan importantes... y es todo un acierto en esta novela.

Bueno que no quiero extenderme más, es una novela agradable con ese aire que nos han enseñado de la Nueva Orleans de los cincuenta, que se lee bien, ligera, entretenida, amena. Y en general tiene unos personajes, esta historia, que me han gustado, les coges cariño. Está bien, tiene color.


Ruta Sepetys (Detroit, Michigan, 1967) estudió economía y ha desarrollado una prestigiosa carrera como productora musical. Inspirada por la historia de su padre, un inmigrante lituano cuya familia fue víctima del genocidio estalinista en los países bálticos, escribió Entre tonos de gris, su primera novela, tras un exhaustivo proceso de documentación. El libro tuvo una excelente acogida y sirvió para arrojar luz sobre este oscuro episodio de la historia europea, hasta el punto de que la autora ha sido invitada recientemente a comparecer ante el Parlamento Europeo para exponer sus hallazgos sobre el tema.

martes, 2 de septiembre de 2014

Efemerides literarias del mes de Septiembre



Empezamos el mes de septiembre haciendo un pequeño recorrido por algunas de las efemérides literarias de éstos días de fin del verano.

Tal día como hoy, un 2 de septiembre, pero de 1973 muere J.R.R. Tolkien.

Un 9 de septiembre, pero de 1828, nace Tolstoi. Su manuscrito de Guerra y Paz fue copiado siete veces por su esposa Sofía Bers a medida que él corregía.

Un 10 de septiembre, pero de 1942, Max Aub embarca rumbo hacia México, donde habitaría hasta su muerte.

Un 16 de septiembre, pero de 1851, nace Emilia Pardo Bazán. Tras el escándalo de La cuestión palpitante, su marido le exigió retractarse: ella se separó de él.

Un 19 de septiembre, pero de 1911, nace William Golding. Premio Nobel conocidísimo por su "El señor de las moscas"

Un 20 de septiembre, pero de 1951, nace Javier Marías.

Y un 22 de septiembre, de 1835, Edgar Allan Poe, se casa en secreto con su prima Virginia Eliza Clem de trece años, aunque aparezca registrada con veintiuno.


Otro día seguimos con las efemérides de los últimos diez días de septiembre.

¡¡Buen mes!!