Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

domingo, 23 de febrero de 2014

La lectura es un abrazo - I. Allende





La lectura es un abrazo entre el autor y el lector.

Isabel Allende
Página 2

sábado, 22 de febrero de 2014

75 años que se nos murió Machado: 22 de febrero



 

autógrafo







En realidad se llamaba Antonio Cipriano José María Machado Ruiz. (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Coillure, Francia, 22 de febrero de 1939). Aunque para nosotros era y es Antonio Machado, el poeta emblemático de la Generación del 98. 

Dicen que era bastante alto, metro ochenta, mucho para la época. Dicen que usaba grandes zapatones y andaba de forma un poco renqueante apoyandose en el bastón. Dicen que casi siempre iba sucio de la ceniza que le caía encima del traje porque fumaba mucho.

Dicen que no soportaba que nadie leyera sus versos declamándolos en exceso, que era lo que se suele llamar "un perdedor" y que murió sobre todo de pena. Su hermano Manuel se enteró de su muerte estando en una peluquería porque se lo comentó como si tal cosa el peluquero. 

Hoy 22 de febrero se cumplen 75 años de la muerte del poeta Antonio Machado en Colliure.

Había atravesado la frontera huyendo de España, y hacía algo menos de un mes que junto a su hermano José y su madre, había llegado a la estación de ferrocarril de este pequeño pueblo de mar al sureste francés.

Se alojaron en una pequeña pensión regentada por la familia Quintana. De allí ya no saldrían ni el poeta ni su madre. A primera hora de la tarde del día 22 de febrero Antonio Machado murió de una neumonía. Tres días después lo haría su madre. De todos es conocido que su hermano en la chaqueta del poeta encontraría dos papeles arrugados. En uno recordaba a su Guiomar, y en el otro estaba escrito ese verso tan famoso: 'Estos días azules y este sol de la infancia'. 



No es la primera vez que hablamos de Antonio Machado en este blog. Os voy a copiar el vínculo por si queréis repasar esas otras veces: El áula donde daba clases Machado en Baeza, la obra de teatro donde se recordaba a la madre de Machado, una conferencia a la que asistí sobre él...

http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/search/label/Mis%20autores%20Antonio%20Machado




miércoles, 19 de febrero de 2014

El poeta Cristobal López de la Manzanara en nuestra tertulia



“…Las persianas escriben la luz a doble espacio”
Cristobal López de la Manzanara
El otro día en la tertulia nos visitó el poeta Cristobal López de la Manzanara.
Para mí fue un descubrimiento. Yo no le conocía, solo de oídas porque fue cofundador de la revista literaria de Getafe “Cuadernos del Matemático” donde tuve el placer de que me publicaran un relato.
El poeta ejerce como boticario en Getafe, puesto que es en primer lugar licenciado en Farmacia y luego lo fue en Política y Sociología. Pero literariamente hablando ya os comentaba que es Subdirector de la revista “Cuadernos del Matemático” y redactor de “Calicanto”.
Tiene varios libros de poesía publicados. “Episodios de la sed” por el que le dieron el 2º premio Internacional de Poesía Amado Nervo. “Las pesadumbres del ozono”, “La voz entre la palabra” y “El cajón de las formas. Sonetos boticarios y otras formas” del que nos leyó algunos poemas con tema boticario que nos encantaron y nos comentaba que esta primavera iba ya a publicar el siguiente del que nos leyó algunos poemas.
Es una persona singular la verdad y disfrutamos todos mucho con su visita pues desde un primer momento estuvo con la sonrisa en la boca, demostrando tener mucho sentido del humor con esa ironía con que están impregnados muchos de sus poemas. Además iban enlazándolos con anécdotas divertidas y cotidianas de su vida que nos contaba de forma tan sencilla… Muy amable, humilde, tenía dificultades para pasar las hojas pero no cejaba de hacerlo dándonos una buena lección, como también la de leernos en voz alta sus versos, para que conociéramos la voz del poema. Le acompañaba su mujer Mercedes a la que pedía que volviera a leer algunos de sus poemas por si no le habíamos entendido.
Qué cercano e interesante fue este poeta. Qué encuentro tan distendido, que agradable. Su poesía nos resultó igualmente muy atractiva, salpicada de metáforas, de personificaciones… Unas imágenes muy logradas.
Me gustó especialmente cuando nos leía poemas de su libro de los olores. Poemas con títulos como: Olor a tristeza, olor a Infancia, Olor a Ropa, olor a Mar, olor a Libro, olor a Piscina… En esos poemas el poeta nos habla no solo de lo meramente físico sino también de sus recuerdos, de sus emociones, mezclando lo universal con lo personal.
Os copio algunos versos de su libro de los Olores:
“El pergamino del mar / cuyos barcos son comas” (Olor a mar).
“las persianas escriben la luz a doble espacio”
Y de sus poemas con sabor a botica:
EL GENÉRICO
Estructura, gemela medicina,
recientemente púber, quinceañera;
réplica que al enfermo le genera
un rechazo que pronto se adivina.
 
Fórmula igual, sin tanta bambalina,
con un nombre común, una cualquiera,
con la desgracia de no ser pionera
en nada, ni siquiera clandestina.
 
Lo original que en ella hay de absoluto
es su precio bajado hasta el subsuelo
en aras de ser bioequivalente.
 
Y deja al boticario el atributo
de elegir una forma de consuelo
que devuelva la fe de su paciente.

Si os interesa este tema, y queréis profundizar más en este autor o su obra os invito a visitar la bitácora que de la visita de ese día ha hecho Javier Díaz Gil en nuestro blog:
 
http://bitacoratertuliagaldos.blogspot.com.es/2014/01/19-jornadavii-ano-miercoles-29-de-enero.html
 

martes, 18 de febrero de 2014

"La verdad sobre el caso Harry Quebert" de Jöel Dicker


- Que la vida tenía muy poco sentido. Y que escribir daba sentido a la vida.
- Eso es, Marcus. Y ése es el error que cometió hace unos meses, cuando Barnaski le reclamó un nuevo manuscrito. Se puso a escribir porque tenía que escribir un libro, no para dar un sentido a su vida. Hacer por hacer nunca ha tenido sentido: así que no tenía nada de extraño que fuese incapaz de escribir una sola línea.
El don de la escritura es un don no porque escriba correctamente, sino porque puede dar sentido a su vida. Todos los días hay gente que nace, y otros que mueren. Todos los días, millones de trabajadores anónimos entran y salen de enormes edificios grises. Y luego están los escritores. Los escritores viven la vida más intensamente que los demás, creo. No escriba usted en nombre de nuestra amistad, Marcus. Escriba porque es el único medio para usted hacer de esa minúscula cosa insignificante que llamamos vida una experiencia válida y gratificante.

La verdad sobre el caso Harry Quebert es el último libro que me he terminado. Había oído hablar de él, uno de los más vendidos, premiado en el 2012 por la Academia francesa y aspirante a un montón de traducciones. También había escuchado tanto críticas a favor como críticas en contra expuestas ambas con pasión.
Bueno, pues habrá que comenzar esta reseña diciendo que a mí me ha gustado. Es más, estaba encantada de leerlo. Bien es verdad que la primera parte del libro cuando habla de la vida del escritor que narra la historia (Marcus Goldman) se me hacía un poco cuesta arriba, pero superada esa parte estaba deseando volver a cogerlo.

El argumento comienza con la historia de Marcus Goldman. Un escritor que, tras el éxito de su primer libro se encuentra paralizado por el síndrome de la página en blanco, ha de entregar un nuevo libro con un plazo y se le echa encima. Recurre pues a su amigo y profesor: el escritor de éxito Harry Quebert, que alcanzó la fama con su obra Los orígenes del mal. Quebert le invita a trasladarse a Aurora, un pueblo de New Hampshire, para ver si allí recupera la inspiración y puede volver a escribir. Estando allí Goldman descubre por accidente que su amigo y maestro tuvo una relación secreta 33 años atrás, con 34 años, con una chica de 15 años, Nola Kellergan, que desapareció de forma misteriosa y violenta a finales del verano de 1975.

Es una novela que a mí, que escribo, ya solo por todo lo que hablan sobre la creación de una novela ya me gustaba. A lo largo de la novela se va salpicando la historia con los consejos del profesor escritor a su alumno también escritor. Consejos sobre la creación literaria que van encabezando los capítulos. Consejos sobre la vida y el boxeo también. Lo más curioso también es que la historia gira en torno al personaje de Marcus Goldman, que se hará muy famoso con su segundo libro escrito a raíz del caso Harry Quebert (su amigo y profesor), segundo libro de la ficción que no es ni más ni menos que el que estamos leyendo.  El personaje lo va escribiendo a medida que nosotros también lo vamos leyendo.

Los personajes son múltiples y tienen muchas caras. Están perfilados de forma que son bastante humanos, no hay buenos. Los protagonistas por supuesto son Marcus Goldman y Harry Quebert los escritores de la novela. Después está el personaje de Nola, la chica de quince años que aparece muerta y que se descubre que mantenía una historia sentimental con Harry Quebert. Tenemos también a los distintos habitantes de Aurora y los que rodean a Marcus. Y por último también será importante en la historia el teniendo Galahowood con quién investigará Marcus y que se irá haciendo progresivamente más importante. En esta novela los personajes son muy cambiantes. Nadie es quién parece ser. Todos son un caleidoscopio, van cambiando. Y nosotros, los lectores, se supone que vamos conociendo los entresijos de la historia a medida que los va conociendo el narrador.

Yo siempre había escuchado en el taller de creación literaria al que asistía o ahora en la tertulia literaria que cuando uno escribe no debe suponer que el lector es tonto. No hay que darle mascada la historia, hay que sugerir muchas veces, darle gestos además palabras… en fin, él tiene que imaginar. Pero por otro lado no hay que mentirle, ni engañarle. Bueno pues en esta novela el autor está todo el rato mintiéndonos. Haciéndonos ver que los personajes son de una forma, y que ocurrió toda cómo nos muestra, para unas páginas más adelante desmontarnos todo el tinglado y enseñarnos todo de otra forma. Y así varias veces. La acción tiene varios puntos de giros. Varios. Quizá demasiados. Aquí nada es lo que parece.

En cuanto a cómo está contada la historia. En lo que se refiere al tiempo, la narración está contada en tres tiempos: En 1975 en Aurora con la historia de amor entre Harry y Nola es el primer hilo temporal. El segundo hilo nos cuenta cómo se desarrolla la historia entre Harry Quebert y Marcus, a partir de que se conocen en la universidad, estamos en el año 1998. Y por último el tercer hilo se cuenta en el presente, y es la trama principal, el año 2008, desde el momento que se descubre el cadáver de Nola en adelante.

Y en lo que se refiere a su ubicación espacial, está toda ella ambientada en la costa Este de EEUU. En Nueva Inglaterra. En una ciudad inventada Aurora. Aunque también sale Nueva York.

Pero además de tener tres hilos temporales está contada todo el tiempo dando vueltas. No es lineal sino que vuelve una y otra vez a los mismos sucesos para ofrecernos más detalles. Es una historia que está narrada en espiral.
A mí me ha resultado interesante la forma en que está escrita esta novela. Independientemente de la historia que cuenta, me ha gustado cómo nos la ha contado el escritor. Aunque creo que es muy desigual en el ritmo. Al principio casi me parecía lenta. Pero a medida que avanza se va acelerando, hasta que al final casi se vuelve trepidante venga a introducir puntos de giro a la historia. Quizás haya demasiados hacia el final de la novela en comparación con el resto de ella. Claro que por otra parte eso a algunos lectores como yo no nos deja abandonar la historia sino que quieres ver de una vez qué pasó de verdad.

Concluyendo que me ha parecido una novela interesante, me ha gustado leerla, me ha tenido bastante intrigada y sus aportaciones sobre la creación literaria me han gustado mucho. 


El autor Jöel Dicker (Ginebra, 16 de junio 1985) leo que “tiene una voz apagada y modales educados”. Con una madre librera y un padre profesor de francés, es el segundo de cuatro hermanos (dos chicos y dos chicas). Había escrito ya varias novelas que no le publicaban y ya iba a dedicarse a otra cosa cuando de pronto comenzó el éxito con ésta novela.

domingo, 16 de febrero de 2014

Dueto poético Federico Monroy y Javier Díaz Gil en Libertad 8


El pasado lunes 10 de febrero, estuve en Libertad 8, ese lugar con solera en pleno Chueca, disfrutando de una velada poética amenizada con música de piano. Una gozada.

Los artífices fueron Federico Monroy y Javier Díaz Gil, compañeros de nuestra tertulia Rascamán, de los que ya os he hablado muchas veces. La música venía de las manos, nunca mejor dicho, del joven pianista Antonio del Pin. 

Me gustó mucho. Comenzó el acto con música, y luego hasta brindamos... Bueno, bueno, bueno. Pero no quiero extenderme con mis impresiones. Mejor que contároslo aquí os dejo algunos momentos de la intervención de cada uno de ellos, brindis incluído, para que podáis ver y comprobar que entretenido y agradable fue. Lo disfrutamos mucho.








 










sábado, 15 de febrero de 2014

De Larra a Zorrilla un 15 de febrero



Tal día como hoy, 15 de febrero pero del año 1834, tuvo lugar el entierro del poeta Larra. 

Dos días antes, un 13 de febrero de 1837 ya de noche, Dolores Armijo, una mujer casada con quién tuvo amoríos, acompañada de su cuñada, le visita en su casa del tercer piso de la calle Santa Clara nº 3, para devolverle unas cartas y de paso comunicarle que no quería reanudar la relación sentimental que tenían, que volvía con su marido. Nada más salir de la casa, el poeta se suicidó de un pistoletazo en la sien derecha. Tenía veintisiete años. 

Aquella tarde, subido en una lápida del cementerio de Fuencarral, se haría famoso un nuevo poeta de Valladolid José Zorrilla, al declamar este poema:

A la memoria desgraciada del joven literato D. Mariano José de Larra

1    Ese vago clamor que rasga el viento


es la voz funeral de una campana:


Vano remedo del postrer lamento


de un cadáver sombrío y macilento


que en sucio polvo dormirá mañana.  5

2    Acabó su misión sobre la tierra,


y dejó su existencia carcomida,


como una virgen al placer perdida


cuelga el profano velo en el altar.


Miró en el tiempo el porvenir vacío,  10

vacío ya de ensueños y de gloria,


y se entregó a ese sueño sin memoria


que nos lleva a otro mundo a despertar.


3     Era una flor que marchitó el estío,


era una fuente que agotó el verano;  15

ya no se siente su murmullo vano,


ya está quemado el tallo de la flor.


Todavía su aroma se percibe,


y ese verde color de la llanura,


ese manto de hierba y de frescura,  20

hijos son del arroyo creador.


4        Que el poeta en su misión


   sobre la tierra que habita,


   es una planta maldita


   con frutos de bendición.  25

5     Duerme en paz en la tumba solitaria,


donde no llegue a tu cegado oído


más que la triste y funeral plegaria


que otro poeta cantará por ti.


Esta será una ofrenda de cariño,  30

más grata, sí, que la oración de un hombre,


pura como la lágrima de un niño,


memoria del poeta que perdí.


6        Si existe un remoto cielo,


   de los poetas mansión,  35

   y sólo le queda al suelo


   ese retrato de hielo, fetidez y corrupción;


7        ¡Digno presente por cierto


   se deja a la amarga vida!


   ¡Abandonar un desierto  40

   y darle a la despedida


   la fea prenda de un muerto!


8       Poeta, si en el no ser


   hay un recuerdo de ayer,


   una vida como aquí  45

   detrás de ese firmamento...


   conságrame un pensamiento


   como el que tengo de ti.




Así lo contaría el mismo Zorrilla:

Recuerdos del tiempo viejo:
 
El silencio era absoluto: el público, el más a propósito y el mejor preparado; la escena solemne y la ocasión sin par. Tenía yo entonces una voz juvenil, fresca y argentinamente timbrada, y una manera nunca oída de recitar, y rompí a leer... pero según iba leyendo aquellos mis tan mal hilvanados versos, iba leyendo en los semblantes de los que absortos me rodeaban, el asombro que mi aparición y mi voz les causaba. Imagineme que Dios me deparaba aquel extraño escenario, aquel auditorio tan unísono con mi palabra, y aquella ocasión tan propicia y excepcional, para que antes del año realizase yo mis dos irrealizables delirios: creí ya imposible que mi padre y mi amada no oyesen la voz de la fama, cuyas alas veía yo levantarse desde aquel cementerio, y vi el porvenir luminoso y el cielo abierto... y se me embargó la voz y se arrasaron mis ojos en lágrimas... y Roca de Togores, junto a quien me hallaba, concluyó de leer mis versos.

(Obras, II, p. 1.745)