Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 22 de abril de 2024

Christina Ronsenvinge en La Feria del libro de Rivas Vaciamadrid

 

A veces uno sabe que irá a algún concierto siete meses antes, y otras lo descubre con un par de horas de antelación. Y si acaso.  

A veces uno va "un mucho" por la compañía, "un poco" por el día que es, y "otro poco" porque hacía tiempo que la cantante te gustaba y mucho. 

Sin embargo, esa tarde todo se conjugaría para que estuvieras ahí.  

Porque hay veces que la vida te sorprende. Y para bien.

A Christina Rosenvinge, hace muchos años, yo "creía la veía, cruzaba la pared y de pronto ¡zas! aparecía a mi lado". Yo no era, ni soy, nadie especial. Le pasaba a muchos. Pero me hacía gracia, la verdad. Por lo menos dos lustros después, me sentí totalmente de su lado cuando "mil pedazos de su corazón volaron por toda la habitación" y mucho más cuando "dejó solo un trocito de su corazón dentro de su bota para que le doliera si se iba con otra". Muy bien Christina, con un par. Y ahora resulta que la misma cantante, pero vamos por fuera la mismita, la mismita, que hay que ver que está igual que siempre, reaparece en mi vida y me cuenta de mitos que siempre me han gustado, como el de Eco y Narciso, o me desmiente la muerte de Safo, y tiene estribillos que se me cuelan dentro y me descubro a media mañana tarareando "una pajarita" que ¡Válgame Dios" si alguien me lo hubiera dicho...

A veces uno no lo sabe, pero al final la vida te sorprende. 

Y muchas de esas veces, toquemos madera, hasta es para bien. 








viernes, 19 de abril de 2024

"Casas consistoriales" de Madrid en primavera

 


Cuando sales pronto de casa, para ser un domingo y para ir a una visita guiada, piensas que vais a estar tres monos, porque a ver quién va a querer darse semejante madrugoncillo para ir de turista por su propia ciudad, a un lugar que siempre va a estar a tiro de piedra y cuando al día siguiente vas a seguir madrugando y madrugando, dale que te pego, otra larga semana... Vamos, que de primeras piensas: ¿¡Que yo me voy a levantar para ir dónde...!?

Pero luego resulta que llegas y sois un grupito de lo más numeroso. Y dice ¿ves? todos éstos también querían ver las Casas Consistoriales.Y tú creyéndote el único. Anda que... 

Porque gracias al programa de visitas gratuitas del Ayuntamiento de Madrid "Pasea Madrid" pues oye vas conociendo lugares a los que nunca habías accedido. Es verdad que hay que estar súper atento al día y la hora en que salen para apuntarse, porque todos los millones de madrileños que nos gusta conocer la ciudad estamos ahí con los dedos sobrevolando las teclas y la mirada clavada en la pantalla, con el ansia viva, esperando el pistoletazo de salida para inscribirnos. Y en cinco minutos ¡zas! todo el pescado vendido, como se suele decir. Así que cuando consigues plaza para alguna es casi como si a uno le hubiera tocado la lotería. Y de verdad, que sin exagerar ni una pizquita así. 

Y por eso un domingo te ves visitando "Las casas consistoriales" de Madrid que no se suele poder visitar. El primer Ayuntamiento de Madrid porque era la sede del Concejo de la Villa (también fue prisión municipal), inaugurándose en el XVII, y donde estuvo el Alcalde hasta el año 2007. Típico edificio de la arquitectura de Los Austrias. 

Y te cuesta levantarte y dices ¡¿En que hora?! Pero al final pues merece mucho la pena, como siempre. Porque normalmente uno pasa por la Plaza de la Villa y no entra a estos edificios donde mirando a la calle Mayor está el llamado balcón de la Reina. Y ves la Venus original nada más entrar, y algo después la Custodia del Corpus. Y ves el patio con esa vidriera impresionante, o el del original artesonado de madera del ultimo salón; ves la sala de Plenos donde se reunían y tuvieron que dejar de hacerlo porque hacía un frío o un calor inaguantable y donde dejan que te sientes en la tribuna, ves la escalera de cerámica de Talavera, ves las galerías con todos los cuadros de los Alcaldes que hemos tenido, desde los más oscuros hasta el colorido total de Manuela Carmena... Pasas por dentro, por encima del puente, de uno al otro, y, mientras te van enseñando los dos edificios: La Casa de la Villa y la Casa de Cisneros. Los vas recorriendo, hasta terminar en el patio interior de la de Cisneros. 

Estuvo chula la visita, y la guía la verdad es que lo explicaba muy bien, amena pero dando mucha información. 

Total que a las once y pico de la mañana de un domingo soleado resulta que tú ya has hecho tu visita para instruirte y luego pues te tiras en plancha a unas crujientes porras con un café con leche que te entonan el cuerpo del madrugoncillo, los enlazas con unos paseítos por el Rastro y para terminar te sienta divinamente un vermú rojo en una típica y oscura tasca madrileña y ¡tan ricamente! 

Y te sale un domingo bien completo, ¡vamos!, uno para chuparte los dedos.












"Estaciones de regreso" de Jacobo Bergareche. Reseña Literaria

 



Mientras mi padre nos contaba por teléfono que habían asesinado a mi hermano pequeño, se podía ver desde el balcón, tras los setos de mirto y laurel donde termina el jardín, a una pequeña cierva comer bellotas de una encina. No era urgente llorar, ni tratar de comprender lo que había pasado, ni comunicarle a nadie nada. Tendríamos el resto de la vida para eso.”

Confieso que me costó entrar en este libro. En un principio no sabía muy bien dónde quería llevarnos el autor. Confieso también que, de pronto, no sé dónde, en qué momento, me atrapó. Y tras ese destello lo he leído con verdadera devoción. 

Un montón de veces mientras lo leía pensaba "Jo, pero qué bien ha contado esto, o cómo le comprendo, o qué chulo lo que dice, qué bien escribe.". 

Se titula "Estaciones de regreso", de Jacobo Bergareche, un autor de quién yo no había leído nada, y brujuleando por internet leí varias buenas críticas. Así que me entró mucha curiosidad. Ahora ya soy fan total de Bergareche.

No es largo, tiene unas doscientas páginas y no es una novela, sino una suerte de autobiografía cuyo núcleo es la pérdida y el duelo. 

Al autor le asesinaron al hermano pequeño, Roque Bergareche, de 29 años, en Angola en el año 2012 y su madre en el AVE de vuelta a Madrid, nada más saber la noticia, le dijo: "¡Escribe! ¡Escribe algo!". Y le costó mucho tiempo, pero al final de aquel dolor, de la muerte y de aferrarse a reconocer lo que la vida merece la pena, nació este libro seis años después: "Estaciones de regreso", una elegía. 

Tiene quince capítulos, de los que justo los que menos me han gustado son el primero y el último. El resto sí, mucho. Pero cada lector es un mundo y, además, no siempre nos apetece leer lo mismo.

Este es un libro intimista, un libro sobre saber mirar a la vida, a sus detalles, a las personas. Tiene capítulos que me han encantado, como el dedicado a su profesora Pura y cómo encaró el momento en que supo que se moría. Nos habla de sus amores, de su tiempo viviendo en Austin, de sus colegios, de sus trabajo, de la naturaleza, de escribir, de los libros, de la música... de lo bueno que es vivir. 

"Publiqué un libro de poesía que no me hizo poeta, hice una exposición de fotografía que no me hizo fotógrafo, escribí cientos de guiones de series prescindibles que no me hicieron dramaturgo, publiqué los suficientes artículos como comprobar que no era un filósofo, y tampoco fui capaz de pintar lo suficiente como para ponerme a prueba como artista. Pienso que el adolescente que fui me miraría con cierta indulgencia y con el respeto que se le debe a un resistente, pero no sentiría por mí admiración alguna."

Tengo casi todo el libro subrayado, no he dejado de hacerlo. Creo que ahora puedo ver mejor lo que no he subrayado que lo que tengo marcado. No he hecho más que marcar párrafos enormes que me encantaba leerlos, solo por el placer de disfrutar cómo lo contaba.

El título está extraído de unos versos del poeta Luis Rosales:

«...quiero deciros que el dolor es un largo viaje, es un largo viaje que nos acerca siempre vayas a donde vayas, es un largo viaje, con estaciones de regreso, con estaciones que no volverás nunca a visitar» Luis Rosales

Me ha parecido un libro muy de verdad, tan bien escrito que transmite.  

 "Así lector, soy yo mismo la materia de mi libro; no es razonable que emplees tu tiempo en un asunto tan frívolo y tan vano.

Sin embargo, esperas que quién lea ahora estas líneas y haya llegado hasta aquí no haya desperdiciado del todo su tiempo. Te gustaría creer, y no solo llevado por esa vanidad limpia tan tuya, que también ese él o esa ella han podido viajar a sus primeras veces y reconstruir algo de ese legado que les pertenece y que no ha terminado de hundirse del todo en la oscuridad, que les ha devuelto a su primer amor, al primer disco con el que comprendieron que la música es un espacio emocional de hoja perenne, que les ha recordado la primera obra de arte donde pudieron correr las cortinas que nos ocultan nuestra fragilidad, nuestros deseos oscuros, nuestro terror a la muerte..."

Volveremos a encontrarnos Jacobo Bergareche. 


domingo, 14 de abril de 2024

Quique González en La Riviera. Abril 2024

 




Qué gusto sentirse parte de este inmenso coro de voces.

Desenvolver, al fin, el último de los regalos de cumpleaños que quedaron por disfrutar. La ilusión de recibirlo, la paciencia de guardarlo durante meses, esperar, y ver que no es lo que habías pensado, pero como llega se recoloca.  

Vivirlo tan cerca del escenario, tan pegados a un montón de desconocidos, estar juntos y compartir la misma ilusión de tantas caras de todas las edades, a la justa distancia, expectantes.

Qué gusto toda esta gente bailando a un tiempo, alegrándose a la vez de que toque ésta y aquella, revoloteando entre todos las mismas canciones que fueron y son de siempre.

Cantar y cantar y cantar como si no las hubiéramos entonado nunca, pero cómo si las hubiéramos ensayado a la vez.

Qué gusto vivirlo y sentirse música.

Quique González otra vez. 

La Riviera otra vez. 

Abril 2024.

Gracias, gracias, gracias. 










jueves, 11 de abril de 2024

Madrid no termina nunca, nunca, nunca

 


Son muchas las ciudades donde vivo aunque parezcan una sola. 

Cambian las caras y los edificios, las tiendas y los monumentos. 

Cambian las prisas y los atascos, cambia incluso la humedad y el viento. 

Hay un Madrid donde vivo, y otros donde trabajo.

Uno al que me llevó volando la casualidad y a otros los afectos.

El Madrid que me gusta pasear, el que detesto y el que descubro ¡que me riza el pelo! 

¿Será verdad? 

El río de Madrid, su suelo y su maravilloso cielo. 


Mis Madriles no terminan nunca, nunca, nunca.

Son muchas mis ciudades aunque parezcan una,

todas me ven pasar de perfil, caminando, en silencio.

Todas las vivo,  

y en todas siento. 








miércoles, 10 de abril de 2024

Reseña literaria de Arantza Portabales "Belleza roja"




 "La belleza es roja como un cuenco de cerezas. Mi primera profesora de pintura solía decir eso. Es lo primero que me viene a la cabeza. Rechazo el pensamiento porque resulta irracional. Pero no puedo apartar la vista del suelo de la habitación. Me asalta la imagen de un vestido blanco e inmaculado sobre un enorme círculo de gelatina de fresa que vi una vez en una exposición de arte moderno. Recuerdo el vestido. El brillo rojo de la gelatina. Recuerdo el olor salvaje de las fresas. Cuando volví a las dos semanas, la gelatina había comenzado ya su proceso de descomposición. Me pregunto cuándo empezará a pudrirse este suelo..."



Cada dos o tres libros tengo que volver a la novela negra y si es española pues mucho más. 

En esta ocasión he terminado "Belleza roja" de Arantza Portabales, que ya llevaba esperándome un tiempo considerable en el montón inacabable de los libros que tengo por leer. 

La autora, a quién ya había leído con su "Deje su mensaje después de la señal" que me había gustado bastante pero no es policíaco, inicia con este libro una trilogía protagonizada por los inspectores Abad y Barroso. 

En este primer libro el argumento nos cuenta el crimen de Xiana Alén, una quinceañera gallega, que aparece muerta en su habitación en medio de lo que parece un decorado artístico, mientras sus padres, su tía, una pareja de amigos y su tía abuela también están en la casa. Seis sospechosos nada más comenzar el caso. 

Son dos líneas argumentales, como suele ocurrir en estas obras, porque paralelamente vamos a seguir la historia entre los dos protagonistas inspectores que, presumiblemente, continuará y eso marcará la unión con las dos siguientes novelas de la trilogía, que ahora ya me tendré ya que leer sí o sí. 

Está ambientada en el norte de España, en Santiago de Compostela y en la actualidad. Aunque con pocos detalles, es cierto, pero no necesitamos más para sentir que estamos ahí. 

La he leído bastante rápido porque está interesante. También su estructura en capítulos cortos ayuda a esa sensación de agilidad, aunque pasa de las 400 páginas. Pero está bien la novela, te atrapa, la verdad. La acción tiene buen ritmo, la intriga está bien dosificada, y la prosa está cuidada y no exenta de referencias artísticas, como podéis ver en el párrafo con el que he encabezado la entrada, que se corresponde con el principio del libro. A propósito de esto, también podemos comentar que hay dos narradores, uno en primera persona que corresponde a Lía, la tía de la víctima, que es quién comienza hablando en el libro, y como es artista veis en su prosa que atiende a los detalles, y es una prosa más lírica salpicada de imágenes. Y luego hay otro narrador que habla en tercera persona y es quién va contando la historia. 

Una novela de misterio que yo creo que está bien resuelta y mantiene el interés. Recomendable. 




domingo, 7 de abril de 2024

Gracia Querejeta "La vida de cine. El talento detrás de la cámara" - "Creadoras de historias"

 


Me está gustando mucho el ciclo de diálogos "Creadoras de historias" al que estoy asistiendo gracias a la Mutua Madrileña y a mi compinche que me guarda sitio porque si no, en este Madrid inabarcable un martes a esas horas, ya os digo yo que no llegaría en la vida. Y además no sabéis la de público que se concentra en estos "diálogos", se forman filas, se agolpa luego todo el mundo en la entrada, en un pispas el auditorio llenito en el patio de butacas, en el anfiteatro... Buf. Tienen mucho éxito. 

Os reseñé ya un poco el primero, el de Rosa Montero, está en otra entrada del blog, que me encantó. Y ahora quería hablaros del último, el de la directora de cine Gracia Querejeta titulado La vida de cine. El talento detrás de la cámaraque también disfruté mucho.

Es otra forma de contar historias, no menos interesante. Con Montero nos centramos en la escritura de novela y ahora con Querejeta abordamos la de guiones con imágenes y fue muy interesante escuchar a la Directora.

En el diálogo que estableció con el periodista José Manuel Calvo hablaron primero de su trayectoria vital, de su infancia estudiando ballet en donde prometía pero era muy sacrificado, después de que estudió Geografía e Historia porque su padre quería que estudiara pero, como no quería ser profesora, pero sí escribir, se fue metiendo en este mundo. Gracia Querejeta comentaba que a esa edad, antes de los veinte, en lo que uno elige, no se sabe muy bien aún lo que uno va a querer. Que sin embargo ella comprende que cuando uno ya es adulto quiera cambiar de vida. 



Nos contaba cómo se enfrenta a la creación del argumento, cómo inventa al modo "brújula" sin saber a dónde le llevará la historia sino inventándola sobre la marcha, también cómo más de una vez ha tirado escritos que no salían, y cómo luego no vuelve a ver las películas porque seguramente algo cambiaría... A propósito de esto nos decía que acababa de terminar una serie en Méjico y estaban ya en el montaje y ya había visto detalles que así no le gustaban y esa sensación es un horror. Porque ya mientras dura la película uno está todo el rato cambiando el guión, es algo vivo que tuvo que aprender.

Comentaba pormenorizadamente detalles de todas sus películas. De cómo fue criticada por hacer la película en ingles "El último viaje de Robert Rylands". De su favorita "Héctor", de Adriana Ozores, porque según ella es una película que transmite (también es mi favorita). Y desde luego de "Siete mesas de billar francés" con Maribel Verdú donde ésta consiguió su Goya. De "Invisibles" también habló. Y así fue comentando de cada una de ellas. También de sus series: de "Cuéntame", "Hospital Central"...

Fue muy, muy interesante. Se nos pasó volando y cuando nos dimos cuenta el presentador ya estaba despidiéndonos, una pena, con lo bien que estábamos ahí escuchándoles. Pero mereció mucho la pena.