Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

Mostrando entradas con la etiqueta Videos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Videos. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de julio de 2010

Manuela Temporelli, un soneto escrito y cantado de su último libro...



Ya os hablé en una entrada del mes de junio de la presentación del libro "De cal y arena" de Manuela  Temporelli http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/06/presentacion-del-disco-libro-de-manuela.html

Pero en aquella ocasión no os dejé con ningún video de ese día. Y tenía pendiente hacerlo, porque me gustaría que pudiérais escucharlo, ya que es un libro disco, quedaba coja la explicación sin las melodías...

Así que os dejo hoy con un soneto de Manuela de este libro, la voz en el disco en esta canción la pone Zaida Copado, pero este día no pudo venir y la cantante es otra, aunque siento no poder deciros el nombre porque no lo recuerdo, pero escuchad, escuchad que bien lo hace...  Fue un recital poético muy, muy ameno. La verdad es que fue una suerte haber estado allí.


III

Es siniestro tu son de cascabeles
serpiente vil, hipnótica y varada.
Clavan tus dientes hiel, la dentellada,
en un rincón del alma, ¡Cómo dueles!.

Mata mi corazón y no te enceles
libándome la vida abandonada.
Inyéctame el veneno de tu ada,
acaba de un plumazo. ¡Ya no dueles!.

No temas que te culpe por mi muerte
que solo puedo odiarte estando vivo,
sometido al embrujo de tu ensueño.

Desátame, para buscar mi suerte...
Libérame, no ves que no te esquivo...
Despiértame, para vivir mi sueño.


Pág 43 "De cal y arena" Homenaje a Camarón

Manuela Temporelli
Ediciones Poeta de Cabra

miércoles, 7 de julio de 2010

Los recitales de poesía y la música:Esther Giménez, Jesus Jiménez Reinaldo, Aureliano Cañadas...

Lectura de Jesús Jiménez Reinaldo en la Biblioteca Manuel Alvar de Madrid en abril del 2010


¿Quién piensa que los recitales de poesía son aburridos?
Vale, vale... digamos que unos cuántos... 

Pero... ¿No será que los habéis probado poco?

Pues bien, con esta entrada yo quería demostraros, o quizás estaría mejor dicho "mostraros", que no tiene por qué ser así. En los últimos recitales de poesía a los que he asistido la música tenía mucho protagonismo. Y la verdad es que, al menos a mí, me parecía que quedaba muy bien, que mejoraba muchísimo la puesta en escena de la palabra. Es un buen contrapunto. La guinda.

Por supuesto el acompañamiento musical puede servirse de muchas formas.

En el primer video de esta entrada, la música vino de la mano de un guitarrista que acompañaba la voz del poeta Jesús Jiménez Reinaldo cuando presentó su libro "Los útiles del alquimista" en la biblioteca Manuel Alvar de Madrid en abril de este año. El recital comenzó con este solo de guitarra y armónica de una conocida canción. En el video podemos escucharlo. Al fondo están a la izquierda Javier Díaz Gil, poeta que se encargó de la presentación de Jesús Jiménez Reinaldo, y por supuesto el propio Jesús.  Supongo que recordareis esta lectura, ya os hablé de ella en su día: http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/05/los-utiles-del-alquimista-de-jesus.html Después durante todo el recital hubo varias participaciones de este guitarrista poniendo un fondo musical a varios de los poemas que nos recitaba Jesús Jiménez Reinaldo.


Pero aquí, bajo este párrafo, os dejo el vídeo que grabé en la lectura poética que hicieron Esther Giménez, poeta y cantante y otra vez Javier Díaz Gil, esta vez en Los Diablos Azules el 9 de junio de este año.  Os dejo también aquí el enlace de cuando lo conté: http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/06/esther-gimenez-y-javier-diaz-en-los.html En esta ocasión la música se sirvió como postre. Porque para terminar el recital Esther Giménez nos hizo una demostración de cómo puede también dedicarse a la canción... ¡Porque cómo canta...! No sé que hace mejor si recitar o cantar, la verdad...


Lectura de Esther Giménez y Javier Díaz en Los Diablos Azules en junio de este año


Pero el postre puede ser servido de forma mucho más emotiva. En esta ocasión del video de debajo, fue el poeta Aureliano Cañadas el que se arrancó a cantar y nada más y nada menos que ¡con un fado!. Fue en la lectura que hizo junto a Jose Mª Herranz en Libertad 8 también en junio de este año. Aureliano quería terminar regalando, entre los que estuvimos allí acompañándoles, uno de sus cuadros confeccionados con flores secas y poemas. http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/06/aureliano-canadas-y-jose-maria-herranz.html. Y así lo hizo, terminaron la lectura y se sorteó el cuadro. 

Pero no se le ocurrió otra cosa que decir: "Y la próxima vez me despido con un fado...". Y claro no faltó quién comenzó a decir en voz alta: "¿Y por qué ahora no? Nada de la próxima, ahora, ahora..." Y ahí tenéis a Aureliano Cañadas cantándonos un sentido fado de despedida. Es cierto no tiene mucha voz, pero fue un regalo con mucho sentimiento ¿Y qué más se le puede pedir a un regalo?


Lectura de Aureliano Cañadas y José Mª Herranz en Libertad 8 en junio de este año

viernes, 2 de julio de 2010

"Enfadarme contigo" Poelato de Rocío Díaz leído ayer en el Café Galdós



Hoy he pedido permiso a mi piel para enfadarme contigo.

No le ha gustado mucho la idea. Pero yo he insistido.

Más que pedirle permiso para enfadarme contigo, en realidad le estaba pidiendo a mi piel que no me contradijera. Como ese padre que de alguna forma le dice a la madre que no le contradiga a la hora de regañar a un hijo.Eso me pasa a mí con mi piel.

Cómo voy yo a enfadarme contigo, cómo voy a intentar demostrarte mi profundo malestar, mis dolidos sentimientos, mi herida interior, con caras largas y cortantes monosílabos y afilados silencios, tristes jirones de mi flaca autoestima, si luego viene mi piel y hace lo posible y lo posible y lo posible por rozar la tuya...

No. Eso no puede ser. Y así le gritan mis huecos, le grita mi conciencia, le gritan mis neuronas. No eso no puede ser. Tú vives también aquí, le gritan a mi piel. Y hay que convivir todos a una.

Pero a mi piel no le parece bien que me enfade. Nunca le parece bien. Ella quiere siempre aprovechar el momento que te tiene cerca para acortar distancias con la tuya. Ella es presente y es sensación. Ella es urgencia y ternura. Y cuando  no se lo permito siente que se le cortan los labios, que tiene escalofrios y una sensación húmeda de soledad le cae por los hombros, la baja por la espalda y termina colgándole de cualquier manera hasta las rodillas que castañean la una con la otra. No. Nunca le parece bien que me enfade.

Pero yo, con ella, tengo al enemigo dentro de mí. Le tengo en toda mi superficie, le tengo rodeándome y cercándome. Y si le hiciera caso siempre a ella. Si hiciera caso siempre a mi piel ¿Qué seria de mí? Me anularía sin remedio.

Por eso algunos días, tengo que pedirle permiso a mi piel para enfadarme contigo. Tengo que buscar un aliado en ella, porque sé que todos juntos, mis huesos y mi conciencia, mis neuronas y mi piel, todos juntos somos más fuertes que si vamos cada uno por separado.

A fuerza de pedírselo, de hacérselo ver, de demostrarle cuán herido estoy, hoy he conseguido que mi piel me hiciera caso. He conseguido que no se acercara a la tuya durante horas...

Rocío Díaz Gómez


jueves, 20 de mayo de 2010

Videos de la presentación del libro "Los útiles del alquimista" de Jesús Jiménez Reinaldo


Y como la cosa va de vídeos, ya aprovecho para dejaros con algunos que grabé en la presentación del libro "Los útiles del alquimista" de Jesús Jiménez Reinaldo en la biblioteca Manuel Alvar de Madrid. La presentación corrió a cargo de Javier Díaz Gil (coordinador de nuestra tertulia Rascamán, poeta y profesor de versos por vocación) y había también un guitarrista. Aquí os dejo el enlace de la entrada donde hablé de ello (http://rociodiazgomez.blogspot.com/2010/05/los-utiles-del-alquimista-de-jesus.html)

Si os gustan, mañana Jesús Jiménez Reinaldo repite presentación en otra biblioteca de Madrid, esta vez en Villaverde Alto, en la biblioteca Maria Moliner, estación de cercanías Puente Alcocer.

Aquí os dejo con sus poemas y su voz.






martes, 4 de mayo de 2010

Ángel González y el viento... Primera evocación




Porque hoy hace viento, mucho viento en Madrid. Porque sopla y suena  y se siente en las ventanas y dentro de ellas. Porque aún esta cercano el día de la madre. Porque uno de mis poetas es Ángel González. Por todo eso, quizás, mi memoria, sin remedio, me ha devuelto hoy de pronto este poema que os dejo... precioso.



PRIMERA EVOCACIÓN (1956)


Recuerdo
bien
a mi madre.
Tenía miedo del viento.
Era pequeña
de estatura,
la asustaban los truenos,
y las guerras
siempre estaba temiéndolas
de lejos,
desde antes,
de la última ruptura
del tratado suscrito
por todos los ministros de asuntos exteriores.

Recuerdo
que yo no comprendía.
El viento se llevaba
silbando
las hojas de los árboles,
y era como un alegre barrendero
que dejaba las niñas,
despeinadas y enteras,
con las piernas desnudas e inocentes.

Por otra parte, el trueno,
tronaba demasiado, era imposible
soportar sin horror esa estridencia,
aunque jamás ocurría nada luego;
la lluvia se encargaba de borrar
el dibujo violento del relámpago
y el arco iris ponía
un bucólico fin a tanto estrépito.

Llegó también la guerra un mal verano.
Llegó después la paz, tras un invierno todavía peor. Esa vez, sin embargo,
no devolvió lo arrebatado el viento,
ni la lluvia
pudo borrar las huellas de la sangre.
Perdido para siempre lo perdido,
atrás quedó definitivamente
muerto lo que fue muerto.

Por eso ( y por más cosas)
recuerdo muchas veces a mi madre:

cuando el viento
se adueña de las calles de la noche,
y golpea las puertas, y huye, y deja un rastro de cristales y de ramas
rotas, que al alba
la ciudad muestra desolada y lívida;

cuando el rayo
hiende el aire, y crepita,
y cae en tierra,
trazando surcos de carbón y fuego,
erizando los lomos de los gatos
y trastocando el norte de las brújulas;

y, sobre todo, cuando
la guerra ha comenzado,
lejos -nos dicen- y pequeña
-no hay por qué preocuparse-, cubriendo
de cadáveres mínimos distantes territorios,
de crímenes lejanos, de huérfanos pequeños...


(De Palabra sobre palabra, Barcelona, Seix Barral, 1998, p. 233)