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martes, 16 de abril de 2013

"La lengua madre" de Millás, con Juan Diego



El domingo pasado estuve en el teatro. La verdad es que este fin de semana ha sido completo en obras teatrales, el sábado "Lastres" y el domingo en Getafe estuve viendo "La lengua madre". Sí, me gusta mucho, ya se ve ¿no?

En esta ocasión el actor era Juan Diego. Qué bueno es, qué bien lo hace. Y qué bueno el texto de Millás sobre el que iba la obra. Se trata de un monólogo sobre el mundo de las palabras.

Yo la verdad es que ya conocía muchos pasajes de este monólogo porque coincidían con lo que contó el autor en una conferencia en la Biblioteca Nacional a la que asistí en noviembre del año 2009. Me gusta mucho. Es tan ocurrente...

Os copio el vínculo de la entrada que hice entonces de la conferencia, por si queréis echarle un vistazo, es bastante completa porque tomé muchas notas:


En esta ocasión Millás ha actualizado el texto de entonces, y hace bastantes referencias al momento de crisis que estamos viviendo. Comienza haciendo una alusión al término "Crecimiento negativo" con el que quiere hablar de cómo la literatura puede disfrazar a veces el contenido de la información. Esos términos huecos, en ocasiones fruto de una antítesis, que no tienen ningún sentido a poco que quieras discernirlos.

Y a partir de ese arranque va saltando de un tema a otro, de un tema a otro, pero siempre girando en torno al mundo curioso de las palabras, sobre todo desde los ojos de un niño que descubre algunas palabras. Os copio aquí de aquella entrada que os comentaba un párrafo que repitió en esta ocasión y con el que nos reímos un montón de una confusión cuando se pasa lista en el colegio:

...De ahí pasó Millás a contar su primer día de colegio. Observó que cuando se pasaba lista en clase los niños cuando se les nombraba decían “Vicente”. Al principio le extrañó pero luego rápido encontró la justificación, puesto que el director del colegio se llamaba Vicente. Entonces siempre que le nombraban a él, decía “Vicente”. Y era curioso porque aunque todos los demás niños decían “Presente”, Millás niño entendía perfectamente “Vicente” y cuando le nombraban a él todos entendían que él decía “Presente”, aunque en realidad decía “Vicente”. El problema empezó cuando cambiaron al Director y en vez de llamarse Vicente se llamó Federico. Millas niño empezó a enfermar de nervios viendo que todos los demás niños cuando se pasaba lista seguían diciendo “Vicente” en vez de Federico y a la vez deseaba que llegaran ya a la M porque él sí que lo iba a decir bien. Así que en cuánto dijeron “Millas, Juan José”, él gritó a pleno pulmón “Federico”. Cuando todos rápidamente se volvieron a mirarle ya vió que algo no iba a bien. Pero cuando se dio cuenta de lo que en realidad pasaba, también pensó que cómo iba él a dar su justificación… esa justificación de la confusión con los nombres de los Directores... Así que optó por el mutismo. Del colegio llamaron a casa y hablaron con su madre, a la que oyó decir por teléfono que “le observaría…”

En esta ocasión, como en aquella, habló del género de algunos sustantivos que no le concordaban con sus sustantivos, habló de términos como "abotargamiento" que le traía por la calle de la amargura. Habló de "amorfo" que le llevó de la personalidad de las personas a la "mesalidad" de las mesas, la "sillalidad" de las sillas... Habló de esas frases hechas que tanto me gustan a mí y que de niño le hacían sentirse dentro de una familia especial, como "en esta casa somos muy cafeteros" o "los negros llevan el ritmo en la sangre" o "por la tarde hay que ponerse una rebequita y de noche echarse una manta"...
 
En fin... que no os puedo contar palabra por palabra cuánto dijo, pero de verdad que estuvo fenomenal. Es tan curioso todo lo que decía, tan bien hilvanado, tan ocurrente, tan gracioso... Te hacía pensar pero con un ingenio tal que daba gusto. Me gustó mucho.
 
Y al final fue emotivo porque todo el mundo se puso de pie a aplaudir a Juan Diego que se le escapaban las lágrimas...
 
Muy bien, la verdad.