Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

Mostrando entradas con la etiqueta RESEÑAS LIBROS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta RESEÑAS LIBROS. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de febrero de 2017

"El silencio de la ciudad blanca" de Eva Gª Saenz de Urturi








Terminé de leer "El silencio de la Ciudad Blanca" con muy buen sabor de boca porque me ha parecido muy, muy entretenida.


El argumento es el siguiente. "Han pasado ya veinte años desde que tuvo lugar el que en principio se llamó "El doble crimen del dolmen" pero que al final resultó ser una sucesión de crímenes dobles, porque el asesino mataba por parejas. Un hombre y una mujer aparecían desnudos mirándose, como acariciándose la mejilla. Además la edad de las parejas iba saltando de cinco en cinco años..."

“Estaba disfrutando del mejor pincho de tortilla de patatas del mundo, con el huevo a medio cuajar y las patatas cocidas aunque crujientes, cuando recibí la llamada que me cambió la vida. A peor, debo aclarar.”

Es una novela negra con ambiente típicamente español, porque se desarrolla íntegramente en la preciosa ciudad de Vitoria. Cada pareja asesinada va encontrándose en alguno de sus monumentos siguiendo la historia de la ciudad. Comienza en la prehistoria porque los primeros asesinados están en los Dólmenes y así progresivamente la vamos recorriendo. Luego además vas visitando Vitoria y dando un repaso a su historia. Así que tenemos una novela negra con un toque histórico. Hay también pinceladas con las leyendas, y la mitología del lugar.


En lo que se refiere a los personajes, tenemos varios protagonistas. En primer lugar la misma ciudad, que cómo ya os digo va a estar muy presente en toda la novela. Y después tenemos a Blanca Díaz de Salvatierra, recién llegada a Vitoria como Subcomisaria. Y a la pareja que investiga, por un lado el inspector Unai López de Ayala, especialista en perfiles psicológicos, y por otro su compañera Estíbaliz.


«Ambos éramos jodidamente buenos cerrando casos, aunque no tan buenos siguiendo las reglas. Cargábamos con más de un apercibimiento por desobediencia, así que habíamos aprendido a cubrirnos. Respecto a seguir las normas… estábamos en ello». (Página 15)


El resto de los personajes también están muy logrados, son personajes con características que les hacen especiales y únicos: el abuelo y el hermano de Unai, los gemelos, el trio de la historia previa de los gemelos... Son todos personajes ricos en matices.


La novela espacialmente ya os digo que se localiza sobre todo en Vitoria, ocasionalmente en pueblos cercanos. Temporalmente se rompe el hilo temporal y la novela va hacia adelante y hacia atrás, de la actualidad a los años setenta del siglo pasado, haciendo muchas menciones a veinte años atrás, cuando empezaron los asesinatos. Esto ya le da mayor impulso al ritmo de la narración.


El presente, en el verano de 2016, está contada en primera persona, lo cuenta Unai, lo sorprendente es el momento desde el que te lo cuenta y que se va a descubrir más adelante.Y la parte del pasado es un narrador omnisciente el que nos lo va contando. El cambio de enfoque, de narrador, hace que te alejes un poco más de la historia cuando se refiere al pasado, de hecho creo que la autora no nos la quiere mostrar tanto y por consiguiente creo que la atención del lector será más cuando esté leyendo los capítulos que se refieren al presente. A mí, personalmente, me hubiera gustado más de los protagonistas de la parte del pasado, se quedan un poco desdibujados al final.

"Estoy cansado de esperar a que las circunstancias sean perfectas, nunca lo son"

La prosa es sencilla, directa, casi coloquial (de hecho aparecen expresiones del momento como "lo siguiente..." que me han chirriado un poco, la verdad. Pero bueno lo he atribuido a un guiño al lenguaje actual, aunque no me gusta mucho). Esta prosa sencilla, llena de diálogos, contribuye también a la rapidez en la lectura.

El ritmo de la novela, como os comentaba, es muy ágil. La autora sabe ir dejando muchas incógnitas que hay que ir resolviendo. La intriga está bien dosificada. Y tiene varios giros muy bien aplicados. Es una novela entretenida, que te engancha. La ambientación está muy conseguida.


Llegué a ella por casualidad y la verdad es que me ha parecido bastante recomendable. Si os apetece novela negra de "la nuestra", que te tiene atrapada, yo creo que ésta os puede gustar. Yo la he disfrutado mucho.



 

Os dejo con una canción que es importante en el libro "Abrazado a la tristeza" de Estrechinato. Yo se la había escuchado a Fiti. Pero os dejo con ésta, porque es de la que hablan en la novela.



sábado, 28 de enero de 2017

"Todo esto te daré" de Dolores Redondo


«-¿Me considera un monstruo, señor Ortigosa? ¿Cree que soy cruel? Pues piense una cosa: si mi marido puso a Álvaro al frente de nuestra casa no fue por su buen corazón, sino porque en él se aunaban esa capacidad de crueldad y fuerza necesarias para salvaguardar la heredad, nuestra estirpe y lo que eso significa, a cualquier precio. (…) Su padre sabía que cumpliría porque ya lo había hecho antes, haría todo lo necesario, fuera lo que fuese y así lo hizo». (Página 299)


Terminé de leer "Todo ésto te daré" de Dolores Redondo. Me pareció una novela de lo más entretenida. 

No era la primera vez que leía a Dolores Redondo, ya hemos hablado en este blog de su trilogía del Baztán, e incluso hay una entrada que hice sobre los pueblecitos del Valle del Baztán y por tanto los rincones de los que habla en su trilogía. 

Creo que a partir de ahora no me voy a perder ninguna novela de esta autora. Son al mismo tiempo de misterio pero sentimentales e intimistas.

"Todo esto te daré" ha sido el último Premio Planeta. Y con la concesión a esta novela mi opinión sobre este premio tan nombrado ha ganado puntos. Y eso que he leído también críticas negativas de ella, muy negativas, pero yo no estoy de acuerdo.

El argumento de la novela es el siguiente: Un famoso escritor recibe la noticia de que su marido ha muerto en un accidente de automóvil en Galicia, un lugar donde no debería estar. De inmediato, se traslada a la Ribeira Sacra para averiguar lo qué pasó.

El tema principal de la novela es el dolor ante la pérdida de un ser querido, pero también aparece la codicia, las diferencias sociales, los celos, los prejuicidos, la homofobia... Muchos temas. Hasta la literatura.

«Leer fue la fortaleza en la que defenderse mientras se batía en una guerra perdida contra el instinto exultante de su sexualidad. Leer era una defensa, un escudo con el que armar de recursos su timidez para relacionarse. Pero escribir era infinitamente más que eso. Escribir era el palacio interior, los sitios secretos, los lugares más bellos formando parte de un conjunto de ilimitadas estancias que él recorría, riendo, corriendo descalzo, deteniéndose a acariciar la belleza de los tesoros que allí albergaba». (Página 41)

Como vemos se abren interrogantes nada más comenzar la novela. Es una novela de secretos y misterios que habrá que ir resolviendo. Reconozco que a mí me entretenienen mucho este tipo de novelas. El ritmo de la narración yo creo que está conseguido, a mí rápido me atrapó. Aunque creo que es más ágil en la segunda mitad de la novela. En la primera se entretiene más en las dudas del protagonista, en sus recelos, en su mundo interior y la lectura se hace más lenta. A veces la prosa de la autora se hace incluso poética, a mí me gustan las imágenes, en mi opinión se enriquece la prosa. Pero claro quizás a todos los lectores y más a los gustosos de las novelas de intriga les parece que esos giros en la prosa vuelven más lenta la acción.

 "La atmósfera fría del exterior, en la que la niebla se había cerrado bajando considerablemente la temperatura, había transformado la luz de las farolas del acceso vecinal en fantasmagóricos derviches que, como integrantes de una santa compaña, arrastraban sus penas por los caminos"


Hay una trama principal que es la muerte de Álvaro Muñiz de Dávila, el marido del protagonista que se llama Manuel Ortigosa y es un reconocido escritor. Y después la autora ha creado varias subtramas con los hermanos y demás familiares y allegados. Los personajes principales en su mayoría son masculinos, en contraposición con la trilogía del Baztán donde eran femeninos. Me han parecido en general bastante creíbles. La mayoría pertenecen a una familia gallega de raigambre y apellidos compuestos. 

Transcurre la acción en la actualidad y en Galicia, exactamente en la Ribeira Sacra. De lo mejor en la novela es la ambientación, como ocurría también en su famosa trilogía. La autora sabe recrear muy bien los paisajes, los lugares de esta región entre Orense y Lugo. Dan ganas de ir corriendo a conocerlos. Y cómo yo nunca he estado no os extrañe si hago una escapadita para allá, porque los describe de tal forma que es cómo si los pudieras estar contemplando y sabes que te estás perdiendo algo.

En cuando al narrador, es en tercera persona. Y está dividido en 47 capítulos precedidos por un título. Es una novela larga, tiene seiscientas páginas. A mí no se me ha hecho larga, la verdad es que como os decía me parecía muy entretenida, y los personajes me parecían muy interesantes. Quizás podría acortarse algo, eliminar algún personaje, o alguna subtrama, porque sí que es verdad que gana a medida que vas leyendo porque la autora se va centrando más en el misterio principal y van ocurriendo más cosas, dosifica mejor en esta parte la intriga, resolviénose poco a poco los interrogantes, con lo cual aumentan las ganas de leer más. 

Y desde luego mí me gusta mucho cómo termina, quizás lo tachen de sentimental pero a mí me parece que termina redondo, con la frase que tenía que terminar. 




domingo, 22 de enero de 2017

"Anatomía de un hombre pez" de Eduardo Bieger Vera



BOCETO SOBRE FONDO AZUL

Como dice Carl Sagan "esta historia es sobre los humanos que son humanos". Transcurría el verano de 1989 -un calor asfixiante, tal y cual...- y allí estaba yo, con mi bañador color mandarina, mi colchoneta (a los ocho años, cualquier objeto lúdico o de interés iba perecedido de un mi) y el barniz epidérmico propio de un crío que disfrutaba de un mes de vacaciones en la playa, Y es que, de niño, el periodo estiv al no sólo era sinónimo de ociosidad, sino una profundización en el concepto de recreo..."

Pág. 15-

Terminé de leer "Anatomía de un hombre pez" de Eduardo Bieger Vera.Y lo hice con una sonrisa.

El título prometía y no me ha decepcionado.

Me gustó ese título tan sugerente en cuánto lo conocí, después me gustó mucho el índice del libro. Los títulos son muy importantes, pero los índices son muy ilustrativos de lo que nos vamos a encontrar después y a mí me gusta leerlos despacio antes de comenzar la novela. 

Las escamas, la piel, las espinas, los restos y reflexiones de un hombre pez. Esas son las cinco partes de esta novela. Así la ha estructura el autor. ¿No me digáis que no son sugerentes? En cuánto las leí, me sorprendieron gratamente. De fuera a adentro, me dije. Y es verdad que en la novela hemos ido avanzando en la historia, en el conocimiento de los personajes de esta familia así, de fuera a adentro.

El libro me había llegado a mi buzón semanas antes. El autor, como os decía, es Eduardo Bieger Vera. A quién tuve el placer de conocer porque nos premiaron en el mismo certamen de relato hace muuuuuchos años. Siempre nos quedará Motril.

Me gustó mucho que Eduardo contactara conmigo para enviarme su novela. Yo sabía que estaría bien escrita, lo sabía antes de empezarla.

La novela fue II Premio Internacional de Narrativa "Novelas ejemplares"Facultad de Letras de la Universidad de Castilla La Mancha.

El argumento nos cuenta los avatares de una familia española de clase media a mediados de los ochenta. Nos cuenta el paso del tiempo sobre ellos.

Los personajes están tan bien caracterizados que no cuesta nada verlos moverse y hablar.  Comenzando por el hijo pequeño, un niño de ocho años, vivaz, y atento al mundo. Sus hermanos, Rafa y Miriam, dos adolescentes con su típicos de problemas de no encontrar su lugar en el mundo y enamorarse de quién no les hace caso... Los abuelos, esos abuelos con los que se compartía tanto viviendo en el mismo apartamento en el verano, amontonados. El padre Alberto que cuando comienza la novela está "de Rodríguez" en la ciudad mientras su familia está en la playa, y su mujer que está en plena crisis de madurez.

OBSERVACION EXTERNA, RÉGIMEN INTERIOR

Mi padre en Madrid, trabajando, mi madre echándole de menos, mi hermana sin parar de leer, mi hermano fumando Bisontes a escondidas con los amigos, y los abuelos paseando cogidos de la mano hacia el infinito. A simple vista eso era todo, sin más. Y es que de niño, solo existe lo que uno percibe, que ya es mundo, a veces incluso todo, y a lo sumo lo que unoimagina respecto de lo percibido, pero no lo que uno piensa sobre lo evidente; esa improductiva fase se intensifica a medida que uno madura. (...)
Pág. 19.

 Ambientada en esa España de finales de los ochenta, pero muy bien ambientada, porque al leer la novela sonreía visualizando muchas escenas como si las hubiera vivivo, de tan bien contadas, tan visuales, tan parecidas a otras que viví o pude haber vivido.

La prosa del autor es amena, con muchas pinceladas de humor. A veces irónica, a veces casi diseccionando el lenguaje. Está contada en primera persona. Pero aunque comienza contándolo el hijo más pequeño, el niño de ocho años, os he copiado el comienzo de la novela al principio de la entrada, después se disgrega en un caleidoscopio de voces. Cómo va transcurriendo la historia de la familia nos lo contará cada vez un miembro de la familia. Está muy bien llevada la trama gracias al multiperspectivismo, vemos el verano desde la voz, desde el interior, de los distintos personajes.

Por otra parte los diálogos me han gustado muchísimo. Son frescos, naturales, le dan un buen contrapunto a los párrafos en prosa y reflejan fenomenal las relaciones entre los miembros de la familia:

- Abuelo, ¿has matado alguna vez a alguien?
-¿Y tú, de qué equipo eres?
-¿Por qué siempre contestas lo mismo?
-Prueba a hacer otra pregunta y verás como respondo algo distinto.
-Pero estuviste en la guerra.
_Sí.
-Cuéntame cosas de la guerra, abuelo.
-Vivir una guerra es peor que lo peor que puedas llegar a imaginar. Las personas matan sin saber por qué, probablemente por miedo a morir a manos de aquellos a quiénes arrebatan la vida. Si en alguna ocasión conversas con alguien que intenta justificar no ya una guerra, sino una sola batalla, no le escuches, no discutas, da media vuelta y aléjate, por que no están dialogando con un ser humano, sino con una bestia.
-O sea que el motivo de las guerras es el miedo... pero mucha gente no lo tiene.
-Es cierto. El miedo es más el efecto que la causa. 
-¿Entonces?
- ...
Pág. 87-

Lo dicho. Me parece que el autor ha escrito unos diálogos de lo más logrado.

Aunque tengo un "pero", me refiero a la última parte del libro: "Reflexiones de un hombre pez". No sé si acaba de gustarme mucho... La novela se podía haber terminado perfectamente, en mi opinión, al final justo de la parte anterior. Me encanta ese diálogos entre los hermanos.

¿Cuánto añade la última parte? me he preguntado varias veces. Por otro lado me gusta el juego del paralelismo con el mundo de los peces. Me gusta el razonamiento por el que se llega a la conclusión de que en realidad estamos tan solos como ellos, aunque sea en familia, porque sufrimos la soledad de manera solidaria...

En fín, que ésta última parte me ha causado perplejidad. Lo que tampoco, ahora que lo pienso, está mal.

"Anatomia de un hombre pez" de Eduardo Bieger Vera. Una novela sobre las familias de los ochenta bien escrita, con la que te identificas, y que te deja una sonrisa ¿nostálgica?, cuando la terminas.


Anatomía de un hombre pez
Eduardo Bieger Vera
Editorial Verbum

martes, 27 de diciembre de 2016

Presentación de "La palabra y la carne" de Javier Díaz Gil



Tengo fila de entradas para poner en el blog, y quiero hacerlo antes de que termine el año. Así que allá voy, estoy ya cogiendo carrerilla...

Ésta primera está dedicada a una presentación de un libro. Me estoy refiriendo al poemario "La carne y la palabra" de Javier Díaz Gil, publicado por Ruleta Rusa. Tuvo lugar el martes pasado, el martes 20 de diciembre de este 2016, hace una semana ya. 



Para ser la presentación de un libro de poesía hubo mucho público y el encuentro resultó bastante distendido.

Estuvimos en un lugar bien chulo, la librería-champanería María Pandora, en Las Vistillas, en Madrid. Un lugar muy acogedor. El autor, coordinador de nuestra tertulia literia Rascamán, que había publicado ya su quinto poemario me pidió que le presentara, para ello leí una reseña literaria que yo había escrito previamente de su libro. Quería dejárosla aquí. 

Casualmente hoy es San Juan Evangelista y, cómo después comprobáreis en mi reseña, este poemario parte de un versículo suyo.

También quería dejaros con dos momentos de la presentación en dos vídeos y alguna que otra foto, para que podáis haceros una idea de cómo fue desarrollándose el evento. 

Aquí tenéis un momento de mi presentación en el vídeo, y a continuación os copio el texto de la misma.








RESEÑA del poemario “LA PALABRA Y LA CARNE”

Javier Díaz Gil (Madrid 1964) ha publicado nuevo poemario: “La palabra y la carne”.
Qué título tan sugerente. Inevitablemente, su lectura nos lleva a la cita del evangelista Juan 1:14:
14Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros…
Javier Díaz Gil publica un nuevo poemario y lo hace a lo grande. Pues ya para empezar ha elegido uno de los misterios más grandes de la Biblia y se hace eco de él no solo en el título de su poemario, sino que lo toma como de referente y guía en la estructura de éste. Aunque lejos de escribir un poemario místico, nos regala un poemario casi amoroso, donde su intención es indagar en esa dualidad del Verbo y La Carne. Todo el poemario es una búsqueda, un estudio de esa dualidad, que finalmente el poeta no entiende sino como la complementariedad de los dos términos de la cita del evangelista. Tal y como sintetiza en el soneto final.
Pero no adelantemos nada. Sigamos los derroteros de este viaje, dejemos habitar al Verbo entre nosotros, y disfrutemos con el diálogo que se establece entre ellos, paso a paso, poema a poema.
Tras un minucioso y elaborado prólogo del poeta José Cereijo que les animo a leer despacio, comienza este poemario.
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios." Nos decía en el primer versículo de su Evangelio el Apóstol Juan. En el principio era el Verbo, por ello el poeta Díaz Gil sitúa la primera parte (son cuatro en total) de su poemario en “El Verbo”. Y la encabeza una cita del maestro Ángel González: “Habrá palabras nuevas para la nueva historia y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde”. Qué bueno Ángel González, qué bien elegida su cita, para esta primera parte compuesta por 15 poemas que nos hablan precisamente de eso, de la palabra, del verso, de que en el principio de toda creación poética está ese impulso a hacer poesía de cada sensación, cada instante que contempla el poeta.
No en vano, en esta primera parte tenemos ya una poética en la pág. 24 de la que extraemos algunos versos para completar esa idea: Del blando temblor de una caricia, de la luz amarilla de los atardeceres, del agua, de las sonrisas… De todos esos instantes llega el verso que alcanza al poeta: “Es este verso/el que me alcanza/ Yo/ solamente soy/ su sombra”.
La palabra estaba en el principio, y así la sitúa también nuestro poeta, pero la grandeza del misterio estuvo en que la Palabra, el Verbo se hizo carne. No bastó la Palabra, tenía que haber más, no quedarse en eso. Por eso se hizo Carne y alcanzó gloria. Recordamos la cita de Juan:
14Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Cómo no podía ser de otra forma, no olvidemos que estamos recreando el Misterio de la Encarnación, Javier Díaz Gil bajo el subtítulo de “La Carne” engloba la segunda parte de su poemario. También encabezada por otra cita, en este caso de Kavafis: “En sueños, cree poseer el cuerpo, la carne deseada”.
Y qué bello el primer poema de esta segunda parte: “A veces/cuelgan ángeles de tus labios,/la pirueta perfecta/la cicatriz de sus alas/desnudan la cintura de lo eterno.”. Pág. 36
Creo que es uno de los que más me gustan de este poemario. Breve, conciso, pero también etéreo, mágico. Qué pocos versos para decir tanto. Los mejores versos para la transición entre el Verbo y la Carne.  
Esta segunda parte se compone de trece poemas, en los cuales el poeta se detiene en el cuerpo, en lo físico, lo tangible, lo material. “Es en tu piel secreta/la que se esconde/bajo tu blusa/donde quiero morir…” Pág. 38. Toda una declaración de intenciones.
La piel, las gotas de sudor, sus rodillas, el sexo. Vamos recorriendo los poemas en un ir recorriendo el cuerpo de la amada. Demorándonos lascivos, golosos, en esos detalles que recoge la mirada del poeta, la voz del poeta.
¿No es el cuerpo, acaso, el misterio de la encarnación? Ese misterio del que nos hablaba el apóstol Juan, su evangelio. Ese cuerpo, esas sensaciones que nos trasmite y que escapan a toda reflexión, como los misterios de la biblia, como el Deseo. Ese Deseo en mayúsculas que el autor nos deshace en versos y palabras: “Serán/ mis diez dedos agua/ atravesando/ tu cuerpo.” Pág. 38.
Y ya no solo el cuerpo de la amada, sino también el cuerpo mismo, del poeta. Su naturaleza material, donde habita la palabra. ¿Por qué de todos cuántos fuimos niños, solo algunos se hicieron poetas? La mirada del poeta vuelve a la infancia en esta parte del libro: “Tierra en la suela/ de los zapatos./ No hay marcha atrás./ de la infancia”. Pág.42.
El cuerpo, la tierra, lo tangible, y lo que deja de serlo por el paso del tiempo. El paso del tiempo ese enemigo que, sin embargo, guarda las ausencias: “Muero en la bajamar/ invocando tu vuelta./ No volverás./ El padre retenido por sirenas./ El padre detenido.” Päg. 44.
Cuántos grandes temas aborda el poeta en esta segunda parte a poco que lo pensemos.
Pero además Díaz Gil da un paso más allá y no se contenta solo con hablar de La palabra y la Carne, sino que sin remedio, pero con solución de continuidad, siempre cada haz de una hoja tiene su envés. Y sin remedio a la segunda parte de “La Carne”, le tiene que continuar una tercera: “Negación de la carne”.
Ya nos tiene acostumbrados el poeta a esas citas que encabezan e iluminan cada parte de su libro: “Y una vez más, como tragedia, ronda el olor a carne rota” de Silvio Rodríguez.
“El olor a carne rota” qué tremendo. Cómo tremendos son los temas que aborda aquí el autor, porque no en vano muchos poemas de esta parte abordan la tragedia de la Anorexia. De forma muy sutil y delicada, por supuesto. Más difícil todavía.
III. JURO que volveré./ tened paciencia,/ tan solo escapé de mi cuerpo,/ de este cuerpo que ya/ no reconozco.” Pág. 54
Cuánto dolor el encerrado en estos versos, cuánta tristeza. “La puerta de mi habitación/ es mi defensa.” Pág. 56. Cuánta soledad. Un poemario encerrado en otro poemario es esta tercera parte, tal es su fuerza.
Permitidme que no me demore más en esta parte, tan certeros son los versos que aluden a esta enfermedad, que te encogen el alma.
Y llegamos a la cuarta, y última parte de este poemario, la titulada “Palabra-Materia” que se compone de un solo poema, un soneto.
No hemos comentado aún en esta reseña que la mayoría de los poemas de este “La palabra y la carne” están escritos en verso libre, técnica que el autor domina a la perfección, con soltura, no exenta de imágenes, ni ritmo, pero con claridad, devolviéndonos a los lectores una poesía directa, y sobre todo muy cercana. Con ella Díaz Gil logra trasmitir, llegar al lector, conmoverle. Un acierto.
Sin embargo en esta última parte el autor recurre a una forma clásica, el soneto, para llevar a los versos todo cuánto nos quiere trasmitir como idea general del poemario, pero de tal forma que queden encerrados en él. No puede haber Palabra, sin Carne, ni Carne sin Palabra. Nos dice finalmente el poeta con este soneto. Es una dualidad que se entrelaza, que se necesita para existir.
Eso lo resume clara y perfectamente en los dos últimos versos del soneto, y por tanto del poemario:
Si suena del relámpago el disparo,
Tu carne, tu palabra son mi amparo.

Qué buen broche.
Qué buen poemario.


Rocío Díaz Gómez
Octubre de 2016
 

Comparto ahora con vosotros otro vídeo, ahora del turno de Javier Díaz Gil  (http://javierdiazgil.blogspot.com.es/) recitando sus poemas. 
 
El autor nos leyó, por supuesto, muchos de los poemas de este libro. Y también otros de sus libros "El ángel prometido" y "Vivo extramuros". Además de otros tres que llevaba preparados, terminando con el titulado "Poema para un final" que ya le había escuchado en otras lectura y que resulta el broche perfecto. 
 
 Como se trataba de poemas de distintos libros, la lectura era variada y amena. Podíamos escucharle poemas muy dramáticos como alguno dedicado a la anorexia que está en este último poemario, como los de su serie de fantasmas y ángeles, tan irónicos, de su poemario "El ángel prometido"; algunos absolutamente amorosos como otros que constituyen verdaderas poéticas. Poemas, como veis, no solo de diversa temática, sino también longitud y tono. Además el autor iba explicando antes de que cada poema de dónde había surgido. Es un acierto ir alternando la poesía con la explicación, sobre todo para los que estamos más acostumbrados a la prosa. De todos modos la poesía de Javier Díaz Gil es muy sugerente y sencilla, no exenta de profundidad pero al mismo tiempo muy cercana. No es recargada ni ampulosa, todo lo contrario, y te llega y te conmueve.




Las fotos son de la familia de Javier Díaz Gil y de Paloma Gómez de las Heras, desde aquí mi agradecimiento porque son el mejor recuerdo.

Fue una velada muy agradable en torno a la poesía. 

Toda una celebración, porque nos reunimos allí con motivo de la publicación de un libro, más exactamente un poemario, y eso siempre hay que celebrarlo.