Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

Mostrando entradas con la etiqueta Mis viajes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mis viajes. Mostrar todas las entradas

domingo, 28 de julio de 2019

Los faros de Alicante: Faro del Cabo de San Antonio y Faro del Cabo de la Nao

Faro Cabo de la Nao

Aquella tarde quisimos ampliar la colección de nuestro álbum de Faros.

Soplaba el viento del sur, que nos llevó volando hasta lo más alto del Cabo de San Antonio y nos dejó muy cerca de nuestra meta.

El sol y el aire jugaban a ver quién podía más con nosotros. 

Primero lo intentaron cuando alcanzamos el Faro del Cabo de San Antonio. En volandas llegamos a lo más alto, y en volandas bajamos de allí. Pero lo habíamos conseguido, guardado en el bolsillo nos trajimos aquel faro achatado que se iluminó por primera vez en 1855. Envuelto en las vistas que traía como si fueran papel celofán, estaba intacto con su color rosado.

Desde allí, bordeando el mar, volvimos a subir y subir, ésta vez hasta el Cabo de la Nao. 

Sobre las alas de las gaviotas sobrevolamos las verjas y los acantilados y llegamos hasta la veleta que tenía un 1973 y que apuntaba también al sur. 

Nos costó un poco más llegar hasta él, pero también logramos alcanzarlo. Y deprisa, muy deprisa, nos lo guardamos en otro bolsillo del que sobresalía un poco porque era más alto, unos diez metros más. y más jóven, se había iluminado por primera vez en 1928. Pero ya era también nuestro, lo cuidaríamos bien.


Ya estamos deseando salir otra vez a cazar Faros.
Necesitamos su viento, su olor a mar, su luz.




Faro del Cabo San Antonio

Faro Cabo San Antonio


Faro del Cabo de La Nao

Faro Cabo de La Nao

jueves, 25 de julio de 2019

"Ruta Millenium" ruta literaria por Estocolmo





La tercera acepción de la palabra friqui en el Diccionario de la Real Academia dice:
Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición. 

En la mayor friqui de "Millenium", la trilogía escrita por el autor sueco Stieg Larsson, me convertí yo durante un par de horas en la preciosa Estocolmo. Plano en ristre donde llevaba apuntadas las calles por las que iría tras las huellas de la trilogía, me dispuse a seguirlas como si de una devota procesión se tratara.

En su día me leí los tres libros, no tanto por la historia que contaban, aunque también era entretenida sí, sino sobre todo por conocer el destino del personaje de Lisbeth, la hacker ventieañera con memoria fotográfica y personalidad complicada. Ese personaje me parecía de lo más atractivo, he leído que el autor lo inventó imaginando cómo podría ser Pippi Langstrum cuando fuera mayor.

Todos los puntos de mi ruta literaria estaban en la isla de Södermalm, al sur de Estocolmo.

Comencé el itinerario yendo a la calle Fiskargatan núm. 9, donde Lisbeth, en la segunda novela de la saga, se compra un apartamento enorme con vistas a la Ciudad Vieja o Gamla Stan. A menudo salían escenas en la segunda película de Lisbeth, de noche, fumando ante una ventana del mirador con esas preciosas vistas.




A continuación nos dirigimos a la calle principal de la isla de Södermalm, me estoy refiriendo a la calle Götgatan 19-25, donde podemos ver la sede de Millenium. Claro no tiene nada que ver lo que hay ahora ahí con la sede de la revista, hay una tienda de ropa juvenil, pero es justo en esa esquina. 



En esa misma calle, también está el Seven Eleven donde Lisbeth entra a comprar varias veces ya en el tercer libro. 




 De ahí, caminamos un poco en linea recta hasta llegar a un parque, Mariatorget, la Plaza de Maria, donde dicen que iba el autor a escribir. Como era un día de sol, estaba el parque muy concurrido y además siendo julio y vacaciones, había muchísimos niños y padres jóvenes con sus cochecitos.




Y por último, bajando hacia Ganla Stan, nos encaminamos a la calle  Bellmansgatan 1, donde se sitúa la casa de Mikael Blomkvist. Muy cerca del Mariahissen o el ascensor de María, que se ha utilizado para salvar el desnivel con la isla de Ganla Stan.





En Estocolmo hay rutas especializadas en Millenium. Y son mucho más largas que ésta que os dejo. Yo solo escogí algunos puntos a base de buscar y buscar en internet en diferentes páginas y blogs. No pretendía hacer entera la ruta solo ver lo que me parecía más importante. 

El tiempo es escaso en los viajes y Estocolmo tenía mucho más que ofrecerme.

Pero tampoco podía irme sin recordar a Lisbeth Salander y su historia.


#Ruta Millenium
#Stieg Larsson
#Lisbeth Salander
#Estocolmo

sábado, 13 de julio de 2019

Los días buenos. Y los letreros para nuestra colección

Estocolmo. Julio 2019



Qué buenos son los días que las decisiones son fáciles porque elijas lo que elijas estará bien.

Qué buenos son esos días que haces cosas, descubres lugares y conoces personas por primera vez. 

Qué bueno que algo ocurra por primera vez a estas alturas de la vida.

Que nunca perdamos la capacidad de sorprendernos.

Que cada día sea un viaje que al recordarlo nos devuelva una sonrisa.

 

Estocolmo. Julio 2019
 

Riga. Junio 2019

Tallín. Junio 2019

Estocolmo. Julio 2019

#Letreros de la calle
#Estocolmo
#Tallín
#Riga

jueves, 11 de julio de 2019

Una ciudad de tejados mágicos. Riga





Existe una ciudad a la que me gustaría regresar saltando por sus tejados. 

Colgada de sus cornisas, deteniéndome para respirar en cada edificio, me deslizaría por sus fachadas para ir presentando mis respetos a todos esos seres que habitan en ellas y nos la devuelven mágica. 

Son los colores y las esculturas, los dragones, serpientes y ranas, las flores, hojas y rostros femeninos, las máscaras teatrales riendo y gritando, los gatos y los niños, todos ellos y alguno más los que atraparon mi voluntad la primera vez que, desde el suelo, los admiré.

Déjame volver, Riga.

Yo regresaré saltando por los tejados, deslizándome por las fachadas, tomándome mi tiempo para bajar mi cabeza ante cada uno de esos seres.

Rogándoles, por favor, que me dejen entrar en ese sueño,
ese sueño de leyendas y artistas que inventaron tan bella a la ciudad que los protege.


No te olvides de mí,
Riga.











#Riga
#Modernismo o Art Nuveau en Riga
#El artista Mikhail Eisenstein, padre del director de cine Serguéi Eisenstein (‘El acorazado Potemkin’).

lunes, 8 de julio de 2019

"Hacerse el sueco" o Vicky el Vikingo o la vida misma


Espero que no pensaráis que me había olvidado de vosotros, que no. Ni eso ni que me estaba "haciendo la sueca" con nuestras cosas del blog... que tampoco.

Porque no, para nada. Palabra. 

Es solo que he estado un poquito lejos, haciendo justamente eso "la sueca".

Que noooooo, que tampoco, no me he hecho la sueca, pero sí que he estado viajando y viajando y viajando hasta llegar a ¡Suecia! Y tengo muchas cosas que contaros de allí, muchas bibliotecas que traeros, caminatas literarias, murales y un montón de esas cosas que nos gusta compartir.

Pero mientras tanto... Vamos a empezar por la expresión ¡Hacerse el sueco! y nunca mejor dicho.

Leo por aquí y por allí distintos orígenes de nuestra expresión. 

Uno de los más extendidos dice que dicha expresión no viene de los habitantes de Suecia, sino que viene de la palabra latina "soccus", que era una especie de pantufla, un calzado que llevaban las mujeres y los cómicos del antiguo teatro romano. En contraposición al que  los trágicos llevaban: "coturnos".

Pero lo que nos interesa es que de esa misma palabra derivarían otras palabras como zueco, zocato o zoquete que es un tarugo de madera. 

 Zoquete
  1. m. Pedazo de madera corto y grueso.
  2. Pedazo de pan grueso e irregular:
    guardo los zoquetes para hacer pan rallado.
  3. Persona torpe e ignorante:
    no aprobará nunca porque es un zoquete. También adj.
Luego gracias a la tercera acepción, decimos que es un zoquete, un tarugo, al hombre torpe y obtuso... De ahí vendría la expresión "hacerse el sueco", hacerse el obtuso, el tonto, el que no entiende...

Eso dice una de las explicaciones a esta frase hecha.

Mientras que para otros linguistas "hacerse el sueco" vendría de los tiempos en que los marineros suecos, marineros que de verdad venían de la lejana Suecia, atracaban en nuestros puertos, y aprovechaban que no entendían bien nuestro idioma, para desentenderse también de lo que entendían pero no les convenía saber... Con lo que se hicieron merecedores de la expresión. Vamos que se "hacían los suecos".

Hay quien opina también que dicha frase es la versión española de la frase francesa “Faire la sourde oreille” (Hacer oídos sordos). Su origen vendría de los intentos fallidos de Napoleón en negociar con un diplomático sueco, que fingía no entenderle para así no acceder a lo que el francés le pedía.


El caso es que ya hace un tiempito que usamos esa frase puesto que parece ser que la RAE asegura que fue utilizada por primera vez en un texto escrito en 1841 en la obra de teatro 'Dios los cría y ellos se juntan' de Manuel Bretón de los Herreros. 




Y por último me vais a permitir, como unas cosas me llevan a otras y será porque la cabeza no deja de hacer asociaciones libres, o porque a Suecia la llevo dentro desde ni me acuerdo, que os deje una de mis sintonías preferidas desde hace muuuuuchos años:





Todo ésto para deciros que ya ando por aquí otra vez, cerquita de mi blog, y por tanto de vosotros. Y prometo solemnemente volver muy pronto a compartir "estas cosillas nuestras del lenguaje, de Madrid y la cultura" con más asiduidad.



#Hacerse el sueco
#Frases hechas
#Vicky el Vikingo  

martes, 25 de junio de 2019

Los murales de Villajoyosa


Nos hablaron de sus casas pintadas
nos hablaron de su fábrica de chocolate, 
hablaron hasta de su amplia playa y 
aquel primer faro que desapareció.

Pero nadie nos habló de sus murales. 
Nadie.
Y allí estaban.
Como recién pintados.
              Esperándonos.

Villajoyosa. Junio 2019







#Murales y trampantojos
#Villajoyosa
#Alicante

martes, 18 de junio de 2019

Desde donde los Faros miran: Faro de L`Albir.


 


Mis compinches y yo hicimos los cinco kilómetros deprisa, muy deprisa, anochecía.

El camino asfaltado, casi llano, nos conducía sin pérdida hasta el extremo de Punta Bombarda, hasta el Faro de L`Albir.

Ese Faro que lleva allí desde 1863. Muy cerca de dónde estuvo la Torre Bombarda, una torre de vigilancia del siglo XVII que se contruyó para avisar de los ataques de los piratas berberiscos.​ 

Y allí estábamos.  Pisando un trozo de historia.

Y caminar, mientras el aire te da en la cara. 
Y sonreír, mientras vas alcanzando el Faro. 

Porque no hay mejor forma de escapar de la ciudad, de la rutina, del reloj, de todo, que asomarse al océano desde el mejor lugar del mundo:

Desde donde los Faros miran. 





#Faros
#Faro de L`Albir.
#Faros de Alicante

domingo, 3 de marzo de 2019

"La caseta del telégrafo" en Tenerife





Cuando nos íbamos de viaje, nos gustaba dejarnos llevar por señales que salían a nuestro encuentro y no teníamos anotadas en nuestros itinerarios. Señales azarosas y llenas de misterio que abrían una puerta ante la que nuestra curiosidad no podía hacer otra cosa que aventurarse. 

Al fin y al cabo un viaje es una aventura.

“La caseta del telégrafo” decía aquella señal en la rotonda camino del Faro de Punta de Teno, en Tenerife. 

Como las circunstancias quisieron que nos costara tres viajes llegar hasta aquel faro, tres veces nos salió al paso la señal en nuestro camino indicándonos “la caseta del telégrafo”.

¿Qué telégrafo? ¿Qué caseta? Pero tres veces ya eran muchas para ignorarlo.

No tuvimos más remedio que ir en su busca. Cuando falló el sentido común y el google maps, recurrimos a aquel paisano amabilísimo que quiso que visitáramos todas las excelencias de un pueblecito que a primera vista tenía bien poco que ofrecer. Pero que luego nos regaló un pedazo de la historia y una pequeña biblioteca de esas que me gustan a mí. 



Por el momento nos encaminábamos a la tan anunciada Caseta del Telégrafo. Caseta que, por fin, en la orilla del mar nos esperaba impoluta por fuera e inaccesible por dentro. 

Para rastrear su historia sólo teníamos que retroceder hasta el año 1883. ¡Solo! Cuando se comunicaron las islas de Tenerife con la Isla de La Palma mediante la instalación de un cable submarino. Vaya si la caseta tenía historia. El amarre se llevó a cabo en el pueblecito de Los Silos, y en lo alto del acantilado de la pequeña playa de Agua Dulce. Fue el primer cable que se ponía en el océano Atlántico. El primero.

Después el tendido del cable se extendería hasta Cádiz. El 6 de diciembre de 1883 se envió un telegrama conmemorativo. Poco a poco se fueron uniendo el resto de las Islas Canarias por cable y quedó la línea abierta al servicio el 12 de febrero de 1885.

Tenerife al incorporarse a las comunicaciones empezó a recibir mucho turismo británico. Y las costumbres tinerfeñas se abrieron más.




Todavía se conserva la caseta para recordarnos la historia. Se restauró en el año 2001 porque ya estaba muy deteriorada.

Qué descubrimiento. Qué oportuna la señal. Y qué bien hicimos siguiendo su indicación. 

Viajar con mayúsculas es dejarse guiar por las señales azarosas, seguir nuestro instinto y descubrir.



#La caseta del telégrafo
#Los Silos
#Tenerife