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viernes, 14 de octubre de 2016

La Lisboa de Pessoa, itinerario literario



Hoy vamos a dedicar la entrada a una ciudad y a su escritor. Me gustan mucho estas asociaciones.

Nos vamos a pasear por Lisboa y Pessoa. Buena combinación ¿Verdad?

Lisboa está llena de alusiones a su poeta, a poco que caminemos nos vamos a encontrar con él. 

Primero vamos a darnos un paseo tranquilo por el barrio de El Chiado, el barrio de los literatos. 



Aquí nos vamos a encontrar en todo su centro con el poeta que nos está esperando para que nos hagamos una foto con él. Sí es típico, típico, pero somos viajeros, y turistas ¿Por qué no hacerse la foto?

Delante del Café A Brasileira está sentado Pessoa.


Y ya que estamos tan cerca visitamos de paso la Librería Bertrand, que está considerada como la librería más antigua de Europa (se fundó en 1732, y de alguna manera logró sobrevivir al gran terremoto de Lisboa de 1755). Dicen que también la frecuentaba Pessoa. De esta librería en concreto ya tenemos una entrada en el blog:




Después aunque Pessoa llegó a vivir en veinte casas diferentes (Largo do Carmo, Rua Antero de Quental, Rua Pascoal de Melo...) , la última en la que vivió es la que está dedicada a su memoria: La Casa Museo de Fernando Pessoa (R. Coelho da Rocha, 16) que está en el barrio de Campo de Ourique. En esta casa tenemos algunos objetos del poeta, y parte del mobiliario de su habitación. En la actualidad la casa está concebida como un Centro Cultural para realizar exposiciones, talleres, lecturas... 

También tenemos ya en el blog una entrada más detallada sobre esta casa: 
http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/2016/08/la-casa-museo-fernando-pessoa-de-lisboa.html




Antes hablábamos del café A Brasileira porque es donde se encuentra la estatua del poeta, pero curiosamente se dice que su café favorito fue en realidad el Café Martinho da Arcada (Praça do Comércio, 3), que continúa igualmente abierto al público y donde hay referencias también al poeta.




También en nuestro paseo podemos transitar por a Baixa, por lugares que también están señalados como allegados a Pessoa por la zona. Aunque son lugares que ves casi de casualidad porque no suelen venir en las guías ni itinerarios recomendados.

Tenemos por ejemplo el edificio, muy cerca del Elevador de Santa Justa, donde estuvo la Editorial Olisipo, fundada por Pessoa en el 1921.






Bueno, éste ha sido nuestro paseo recordando a Pessoa. Pero cualquier paseo por Lisboa, por sus cuestas, sus calles, sus parques, nos lleva al poeta y a sus heterónimos.

Lisboa es una ciudad con muchísimo encanto, elegante, decadente, y muy salpicada de literatura. Le tenemos que dedicar más de una entrada.





"En ciertos momentos muy claros de la meditación, como aquellos en que, al principio de la tarde, vago observador por las calles, cada persona me trae una noticia, cada casa me ofrece una novedad, cada letrero contiene un aviso para mí. Mi paseo callado es una conversación continua, y todos nosotros, hombres, casas, piedras, letreros y cielo, somos una gran multitud amiga, que se codea con palabras en la gran procesión del Destino.  ..."

Pessoa 

lunes, 10 de octubre de 2016

La Biblioteca Pública de Nueva York. Paciencia y Fortaleza



Hoy vamos a dedicar la entrada del blog a una Biblioteca que hay que escribir así con mayúscula. En nuestra sección del blog de "La vuelta al mundo en 80 bibliotecas" se merecía un lugar de honor.

Me estoy refiriendo a la Biblioteca Pública de Nueva York: The New York Public Library.

La primera vez que fui a esta ciudad la ví por fuera, pero no sé por qué no entré. Pero claro ya en esta segunda vez, fue la primera visita que hice. ¡Que ganas tenía de conocerla por dentro!

Está situada en todo el centro de Manhattan, no tiene pérdida, entre las calles 40 y 42 con la Quinta Avenida. Muy cerca del parque Bryant y de la Estación Central. La Biblioteca Pública de Nueva York es la segunda mayor de Estados Unidos y una de las más importantes del mundo. Posee un inmenso fondo, con más de 3 millones de ejemplares, y un sistema de búsqueda en catálogo de los más eficientes del país.

¿Y por qué he puesto en el título de la entrada "Paciencia" y "Fortaleza"? Pues bien, porque físicamente la Biblioteca Pública de Nueva York ocupa un edificio de estilo neoclásico, que está franqueada por dos leones que cambiaron de nombre. Sí, en un primer lugar fueron bautizados como Leo Astor y Leo Lenox en honor a los fundadores de la biblioteca. Peeero, dicen que el Alcalde de Nueva York en tiempos de la Gran Depresión, sobre los años 30, los rebautizó con los nombres de Patience (Paciencia) y Fortitude (Fortaleza), cualidades que deberían tener los neoyorquinos por aquel entonces. Y no son malas cualidades ¿verdad?


Es un refugio, como veis, en medio del caos de transeuntes, taxis, rascacielos...

Fue inaugurada a principios del siglo XX, exactamente en 1911, y cómo decíamos gracias a la donación de dos magnates, Astor y Lenox, de sus colecciones privadas.

Merece mucho la pena su visita. 



Nada más entrar, por la puerta principal, ves el Astor Hall, ese monumental vestíbulo de marmol blanco impresionante, con las enormes escalinatas que te llevan a las plantas superiores y a sus distintas salas. Uno puede pasear libremente por toda la biblioteca, admirando sus pasillos y sus salas de lecturas, dejan entrar libremente.

En la más impresionante de todas, la Rose Main Reading Room, de unos noventa metros de largo, con frescos en el techo y miles de libros, con mesas de roble y sillas para más de 600 personas, no pudimos entrar, estaban restaurándola. Una pena, aunque tampoco te suelen dejar hacer fotos, así que de ella no os puedo dejar señal, pero para que os hagáis una idea os dejo fotos de otras salas, mucho menos impresionantes, pero únicas.

Esta preciosa biblioteca ha salido en numerosas películas: Desayuno con diamantes, los Cazafantasmas, Spiderman, El día de mañana...

Y ahora la tenemos en el blog. ¡Con lo que nos gustan aquí las bibliotecas!









domingo, 25 de septiembre de 2016

Casa de Rosalía de Castro en La Coruña



Me gusta mucho visitar las casas de los escritores: Dónde vivían, dónde escribían... En el blog tenemos reunidas todas las reseñas de esas visitas bajo la etiqueta "CASAS ESCRITORES", por si os apetece echar un vistazo a las que ya tenemos reunidas, que son unas cuántas.

 Hoy quería dedicar esta entrada a otra de esas casas. Aunque en este caso no se puede visitar, solo se puede ver desde fuera.

Me estoy refiriendo a la casa de Rosalía de Castro en el casco histórico de la ciudad de La Coruña. Una placa te avisa de que has llegado, está en la calle del Príncipe, en el núm. 3.

No es la casa donde nació la escritora, sino donde vivió desde finales del 1870 hasta el año 1875. La placa te dice que aquí vivió con sus hijos y su esposo en 1873, pero buscando información sobre ella he encontrado que lo hizo durante esos años.

La casa es un edificio construído en el siglo XVIII con cinco plantas, de unos 180 metros cuadrados cada una, con un jardín anexo. El matrimonio Murguía vivió en uno de los pisos, porque a Manuel Murguía le nombraron Jefe del Archivo del Reino de Galicia. Aquí también nació la quinta hija del matrimonio, Amara.

La casa en la actualidad no se puede visitar, como ya os he dicho. Su historia ha sido azarosa. En los años noventa "albergó un local de hostelería, con el nombre de Casa Rosalía, en el que se daban cita poetas y escritores participantes en encuentros literarios en la ciudad o los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo". Fue propiedad de la Caixa Galicia que lo adquirió en el año 2004, hasta que lo cedió en el año 2007 a la Academia Real de Galicia que quería convertirlo en un nuevo centro cultural.

Pero al final por falta de dinero la RAG no pudo afrontar las obras que se necesitaba hacer en la casa para reconvertila en centro cultural y tuvo que devolvérseo a sus antiguos dueños, la antigua Caixa Galicia, y ahora Afundación, que son quiénes están haciendo obras ahora en ella. Parece ser que estaban arreglando los tejados y las bajantes principalmente y luego demás obras de mantenimiento.

Ojalá que algún día esta casa pueda dedicarse a fines culturales.





viernes, 23 de septiembre de 2016

Man en Camelle. Museo y Casa


 Hace muchos años, la primera vez que viajé a la Costa de la Muerte, y conocí Camelle, también conocí a Man. 

Man en realidad se llamaba Manfred Gnädinger, y era un artista alemán que se había afincado cerca de la playa. Allí se había hecho una casa y allí, vestido únicamente con un taparrabos, se dedicaba a hacer unas curiosas construcciones alrededor de la casa en la que vivía. Teníais que haberlo visto, alto, delgado, muy delgado, con el pelo y la barba larga, y su escasa indumentaria moviéndose por su Museo al Aire libre...

Parece ser que había llegado allí en los años sesenta, en 1962 más concretamente, y desde entonces, al principio con oposición de los vecinos que no entendían por qué tenía que establecerse ese peculiar hombrecillo en su pueblo alterándoles... se había quedado. Dicen que al principio era mucho más corpulento, e iba bien vestido. También dicen que fue debido a un fracaso sentimental con una maestra del lugar por lo que terminó aislado en ese terrenito en la costa, que había comprado, y donde hizo su peculiar comunión con el mar y con la naturaleza.

Sí, Man, el amante del medio ambiente, había llegado para quedarse e inventar su peculiar edén con sus obras de arte hechas de piedras, botellas, conchas... Cincelaba las rocas con figuras geométricas, utilizaba las pinturas, las fotografías... y su ingenio.

Si tú le visitabas, costaba un euro entrar, y otro si querías hacer fotos, te dejaba una libretita para que le hicieras un dibujo. He leído que decía que “en cada papel está el alma de cada uno y mi objetivo es hacer un gran rascacielos con todas ellas”. Fuimos tres amigas, y la verdad es que yo no entré, pero una de mis amigas sí que le dejó su dibujito. 

Cuando la desgracia del naufragio del Prestige, gran parte de su obra al aire libre quedó teñida de negro, Man se deprimió por el desastre del Medio Ambiente y finalmente murió en 2002. Dicen que de pena.

Yo decir que esto no deber limpiarse nunca. Ser episodio de la historia. Quedar así debe, para todos recordar quién es hombre” “Dolor mucho dolor, porque el hombre no querer a hombre, ni querer a mar, ni querer peces, ni querer a playas”. 


Este verano he vuelto a Camelle, y por supuesto he vuelto a visitar a Man. Después de tantos años me ha gustado mucho hacerlo. Ahora sus vecinos le guardan memoria con un Museo a donde trasladaron todo lo que pudieron salvar de su casa. 

En él se puede ver gran parte de su obra. Muchos de los autorretratos que se hizo están allí, podéis verlo en las fotos.




También se pueden admirar las figuras que hacía con los botes de plástico, con las conchas, con los huesos de los animales, artilugios de pesca, con los distintos elementos que recogía de aquí y de allá, y con los que trabajaba.


Por supuesto están todas sus libretitas. Montones y montones de ellas. Se consideran ahora cuadernos de artista.





Junto a todo ello también estaban sus libros, libros de arte y de otras disciplinas.





Si seguís caminando hacia el mar llegareis a lo que queda de la casa de Man. En el Museo nos dijeron que claro, tan cerca del mar, con el clima que tienen tan extremo, esos vientos, esas olas, pues al ir pasando los años se va erosionando todo, y se va deteriorando. 

Pero aún quedan algunas de sus esculturas de roca en pie, quedan también sus figuras geométricas, la mayoría con forma de círculo que tanto le gustaban. 

Si vais a Camelle no dejéis de visitar a Man.




He encontrado este vídeo, por si os apetece saber más sobre Man y sus circunstancias, está muy bien.


https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=a39fdhGJrsg




sábado, 17 de septiembre de 2016

Una curiosidad en Portugal, en Tavira


Hoy me vais a permitir que os deje con una imagen de algo que me hizo mucha gracia.

Se trata de una imagen que vale más que mil palabras.

Es una parada de autobús en Portugal.

Parece que el autobus suele tardar... ¿No?


jueves, 1 de septiembre de 2016

El cementerio de los Ingleses en la Costa de la Muerte, La Coruña




 Para nuestra colección de cementerios, hoy os traigo uno muy especial. Se trata del Cementerio de los Ingleses en la Costa de la Muerte de La Coruña.

Es díficil acceder a él, la verdad. Si vas caminando, es una buena caminata. Puedes ir también en coche, pero no hay carretera es una pista de arena desde el faro de Cabo Vilán, que precisamente se construyó a raíz de los naufragios que habían tenido lugar en esta Costa.

Exactamente está en lo que se conoce como Punta de Boi, a la derecha de la playa del Trece. En este lugar fatídico en el siglo XIX tuvieron lugar tres naufragios muy desgraciados: el Iris Hull (1883), el Serpent (1890) y el Trinacria (1893).

El Iris Hull era un barco de vapor inglés que había salido de Cardiff con destino a la India vía Gibraltar, tripulado por 38 hombres. A las cuatro de la madrugada del día 5 de noviembre de 1883, en medio de un fuerte temporal del noroeste, choca con los llamados Baixos de Antón, en Punta Boi, destrozando el buque. Solo hubo un superviviente.

Siete años después naufragó el buque Serpent, un barco de la corona británica, que había zarpado de Plymouth el 8 de noviembre de 1890 con 175 hombres. Solo se salvaron tres hombres.

Los vecinos de Xaviña y Camariñas ayudaron a dar sepultura a los otros 172 restantes, consagrando el lugar donde ya estaba enterrados los del Irish Hull con un pequeño cementerio, hoy llamado Cementerio de los Ingleses. La construcción del faro Vilán se aceleró a raíz de estos tres naufragios.

En el lugar del Cementerio Inglés no hay mucho que ver, ya lo veis en las fotos. Además está en un lugar que sufre constantemente la erosión del clima. Es más su valor testimonial. Pero a mí me gustó mucho por lo agreste, lo solitario, y la memoria que encierra.








viernes, 26 de agosto de 2016

Letreros que son una llamada de atención

Foto procedente del cementerio de San Amaro en La Coruña


Venga vamos a por una ración de letreros para nuestra colección. 

Hoy traemos unos de esos que nos llaman la atención con advertencias. Aunque la verdad es que a mí me cuesta mucho creer que haya gente que necesite que le digan éstas cosas. Pero a la vista está que sí.

El de arriba lo atrapé en un cementerio. Sí. Está claro que hay quiénes no pretenden entrar con flores, sino que aspiran a llevárselas... ¡Vaya tela!

La foto está tomada en el cementerio de San Amaro en La Coruña.


Y la de abajo, pues ya veis. Debe ser que hay quién quiere llevar a su perro a misa. La foto está tomada en Pontedeume en La Coruña.


Foto procedente de Pontedeume en La Coruña

jueves, 18 de agosto de 2016

La Casa Museo Fernando Pessoa de Lisboa



Intento ahora en el verano retomar entradas de estos meses pasados que no he tenido tiempo de ir contandoos. 

Tenía pendiente hablaros de la Casa Museo de Fernando Pessoa en Lisboa, para incluirla dentro de nuestra colección de Las casas de los Escritores. En su día hablamos de la Fundación de Saramago, en la Casa dos Bicos también en la misma ciudad, pero ésta se nos había quedado sin reseñar. Frases famosas cruzando la fachada del edificio es lo primero que te sorprende cuando te la encuentras.




En esta Casa Museo vivió el poeta desde el año 1920 hasta el año 1935 que murió. Cambió de domicilio como unas treinta o cuarenta veces. Había nacido el 13 de junio de 1888 en la Freguesia dos Mártires, Lisboa, y murió el 30 de noviembre del 35. Esta casa está en el Campo de Ourique, en la Rua Coelho da Rocha, 16 y fue donde vivió sus últimos quince años. Aquí se trasladó con sus hermana y sus sobrinos, aquí descubrió que estaba enfermo, aquí escribió gran parte de su obra, y desde aquí se trasladó al hospital donde murió.

Fue inaugurada para que el público la visite, también en noviembre, pero del año 1993. La idea era que fuera un centro cultural donde se le pudiera rendir homenaje. 

Aquí se pueden ver algunos de sus libros y de sus objetos personales, que nos dejó en herencia.





Ofelia Queiroz, su enamorada con quién nunca se llegó a casar

La habitación como podéis ver en las fotos está muy bien conservada. El detalle del arcón lleno de folios arrugados me gustó mucho. Creo que la cama y el arcón no son los auténticos. He leído que en el arcón se encontró gran parte de su obra. También he leído que sobre la cómoda escribía muchas veces de pie. La mesa con sus cigarrillos, su traje con su camisa blanca, y su corbata estrecha, la cama por supuesto, y algunos folios cómo recién escritos.

Su primera obra en portugués, Mensagem fue la única que se publicó en vida del poeta, en el año 1933. El barquero anarquista, Libro del desasosiego, Sobre Portugal, Cartas de amor de Fernando Pessoa, Poesías Inéditas, Odas de Ricardo Reis, Poemas de Alberto Caeiro y English Poems son algunos de los títulos más importantes de la obra de Pessoa.

Pessoa fue un poeta muy misterioso con una personalidad compleja. Es conocido que tenía múltiples alter ego, sus heterónimos, en los que se desdoblaba para firmar sus propias obras.







Los textos nos acompañan en toda la visita por la Casa Museo. Comienzan en la fachada, que se ha conservado más o menos cómo era, y se siguen por todas las escaleras. La Casa por dentro se cambió para dar cabida a todas las funcionalidades que iba a tener, y está pintada toda ella de blanco.

Tiene una biblioteca, un auditorio, un jardín, salas de exposiciones... aquí se organizan lecturas de poesías, encuentros con autores, conferencias, talleres, exposiciones...