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martes, 5 de julio de 2016

"Nosotros, los de entonces" de Marta Rivera de la Cruz


"-Bueno pues mira, ya era hora de que lo hicieses. Llevas cuarenta y tantos años comportándote como la reina del hielo. No está mal un poco de acción para variar. ¿Le tiraste alguna cosa? cuando supe que Robe me engañaba le arrojé un plato de porcelana antigua Blue Willow que nos había regalado su madre. Era carísimo el puto plato, y a él le encantaba. Se lo tiré, pero no para darle, sino para romperlo. Hacer trizas aquel chirimbolo me sentó de miedo.
Valva sonrió.
-Yo no rompí nada. Ya te digo que no estaba enojada. Y lo único que quería era que Étienne no se fuese. Nunca me he humillado de esa forma... Le dije cosas absurdas. Hasta le pedí perdón, como si fuese yo la que había hecho algo mal. Creo que si hubiese mantenido un poco de dignidad ahora me sentiría algo mejor.
- Vamos cariño..., en asuntos sentimentales la dignidad está sobrevalorada.
..."


Desde que descubrí "En tiempos de prodigios", novela de Marta Rivera de la Cruz que en el año 2006 fue finalista del Premio Planeta, no he dejado de leer los libros de esta autora.

Me gustan sus historias cotidianas, sus personajes normales, de la calle, su forma de tratar el amor, la amistad, los sentimientos.

Después de una novela negra de crimenes y psicópatas, se agradece mucho una historia cotidiana, sí, una de Marta Rivera de la Cruz.

Esta vez le ha tocado el turno a su última novela "Nosotros, los de entonces".

El argumento cuenta que una pandilla de amigos de la Universidad se reencuentras tras veinte años de apenas tratarse, con motivo de que uno de ellos quiere contarles algo importante.

Está ambientada en la actualidad y se desarrolla en un hotel de la Provenza, donde se lleva a cabo la reunión porque lo regenta una de las amigas del grupo con su marido. 

Los personajes están en torno a los cuarenta y cinco años, son seis amigos y la mujer de uno de ellos. Tres mujeres y tres hombres que se conocieron en la Facultad y cuya vida ya no ha discurrido paralela, unos están mejor situados económicamente, otros peor, unos están felices en su vida sentimental, otros no... en fin, personas normales y corrientes que podríamos ser cualquiera de nosotros. Son personajes muy bien perfilados, a los que vas conociendo a lo largo del libro a medida que van surgiendo las viejas rencillas, las anécdotas, los sentimientos.

Los temas que se abordan en el libro son la amistad principalmente, pero también el paso del tiempo, cómo nos cambia. Se aborda el amor, la belleza, los hijos, las responsabilidades...Y desde luego el mensaje de que las amistades son una de las mejores cosas de la vida, y hay que cuidarlas.

Esta contado en tercera persona, un narrador omnisciente. Y es una novela en la que hay muchísimo diálogo, un diálogo muy bien hilado, muy natural. Eso le da muy buen ritmo a la novela. Es muy entretenida, yo la he leído volando. Y es creíble. Yo creo que cualquiera se puede sentir identificado con cualquiera de esos personajes y sus amigos a los veinte años. Y después también veinte años después con un montón de responsabilidades y problemas que entonces no tenían.

Quizás lo que menos me ha gustado haya sido el final. Pero no porque no esté bien resulta, que creo que sí que lo está, sino porque esperaba algún giro más potente justo en el final. Aunque el detalle que tiene uno de los personajes está muy bien traído a ese final, no os puedo contar cual, pero cuando la leereis ya sabréis al que me refiero.

Y no tiene mucha importancia, es un detalle, pero tambien creo que la autora ha abusado un poco del adjetivo "imposible": Un malva imposible, una esquina de perspectiva imposible, colores imposibles combinados con jerseis de cachemir... Si solo lo hubiese utilizado para ese malva, o para esa esquina... Pero me ha chirríado un poco ese "imposible" aplicado a tantos sustantivos diferentes y tan seguido en los primeros capítulos. Y la autora escribe bien, yo creo que eso se le ha escapado. 

A mí me ha gustado, ya os digo que me lo he leído muy deprisa, porque me gusta la prosa de esta autora sencilla, cuidada, ágil, fresca, pero diseccionando los sentimientos con acierto. Me ha entretenido mucho porque hay varios giros en la historia bien salpicados a lo largo de la trama que hacen que el lector no pierda la atención. Es una novela de personajes que consiguen brillar solos, sin quitar protagonismo a los demás. Una novela coral.

Al principio de su lectura recordé una película "Los amigos de Peter" que me gustó muchísimo en su día, banda sonora incluída. Y me sonreí cuando en un momento dado la autora en la novela habla de ella. 

Es una lectura agradable.

jueves, 26 de diciembre de 2013

"La boda de Kate" de Marta Rivera de la Cruz




He vuelto a Ribanova. He vuelto a encontrarme con algunos de sus habitantes como Juan Sebastián Arroyo y lo que es mejor, he pasado unos días plácidos y agradables con las historias que ocurren en ese lugar húmedo de ninguna parte...

Sí supongo que algunos de los que me estáis leyendo sabréis a qué lugar me estoy refiriendo... Otros quizás no hayáis estado nunca. Pues os aconsejo que os perdáis unos días por allí, os sentiréis bien.
Por supuesto me estoy refiriendo al último libro de Marta Rivera de la Cruz. Y también el último que yo he leído. “La boda de Kate”. 

No me gusta el título, tengo que admitirlo. Y menos aún me gusta la carátula que han elegido para la portada. Creo que puede llevar a engaño. Muchos lectores pueden pensar que se trata de una historia rosa, almibarada. Porque sí, de amor es, pero de almibarada no se crean... No lo es en absoluto.

Me he leído muchos libros de esta autora. Me gusta su estilo sencillo, directo, pero al mismo tiempo profundo a la hora de abordar el interior de sus personajes. Me gusta cómo hace los retratos psicológicos de éstos. Me gusta mucho. 

Bueno el argumento de ésta última novela es el siguiente que copio de la página web del libro: “Después de que el inesperado éxito de las novelas de su fallecido tío Albert la hiciese heredar una pequeña fortuna, la reposada y sensata Kate Salomon vive una existencia plácida en la pequeña ciudad de Ribanova. Comparte con dos amigas una preciosa casa con jardín y tiene una pequeña librería donde recibe la ayuda de Ahmed, un muchacho pakistaní que vende rosas por las noches. Viuda desde hace tiempo, Kate está convencida de que la vida no puede reservarle demasiadas sorpresas. Pero el día de su 71 cumpleaños sucede algo totalmente inesperado: Forster Smith, el hombre al que rechazó tres veces y del que lleva enamorada toda la vida, se presenta ante su puerta con un ramos de rosas amarillas y una propuesta de matrimonio. 

A partir de entonces el día a día de Kate sufre un delicioso vuelco: hay que preparar una boda, escoger un vestido, un pastel… y organizar una fiesta, ayudada por sus dos amigas, Anna Livia y Shirley. Por supuesto, la boda de Kate despertará sentimientos encontrados entre el entusiasmo de Forster y su hijo David  y la codiciosa familia de Kate, que no ven con simpatía este matrimonio. Por si esto fuera poco, el editor de Albert Salomon, el adorable Jeffrey Ruskin, aparece en Ribanova con una noticias sensacional que puede dar un vuelco a muchas cosas.”

Cómo veis la historia no es lineal, sino que va saltando en el tiempo. Pues aunque se desarrolla en la actualidad, la autora vuelve hacia atrás en el tiempo para contar cómo hemos llegado hasta éste punto. Y esta forma de romper el tiempo añade más agilidad a la historia. Y por otra parte también salta de lugar geográfico donde ocurre la trama. Pues cómo os decía se desarrolla casi todo el tiempo en Ribanova, ese lugar inventado del norte, inspirado en Lugo, pero que no existe aunque se repite en varias de las novelas de esta autora. Pero, además de Ribanova, pasaremos por Brighton, Londres o Estados Unidos. Esto también ayuda a enriquecer la historia favoreciendo el ritmo. La autora rompe el espacio y el tiempo de forma acertada a la hora de narrar. Domina en la gestión de los tiempos de la trama.

Los personajes están muy bien perfilados. Gracias a las descripciones que nos hace la autora podemos incluso verlos caminar o moverse, atendiendo a los detalles, a los gestos. Y siempre hay alguno que se te hace entrañable.

Y el tema de la novela, para mí, es el triunfo del amor, con esa relación tardía que protagoniza Kate, y la importancia de las relaciones humanas. Es una novela muy positiva, deja un buen sabor de boca. Ah y por supuesto hay una especie de homenaje a las librerías de siempre, a los libreros, encarnados en esa librería de la novela que guarda una planta de abajo llena de libros únicos.

La verdad es que desde que hace años me leí “En tiempo de prodigios” sigo a esta autora. Me encantó en su día esa novela y ninguna de las que he leído después me han defraudado. Ésta última incluso me ha gustado más que la anterior. Que para mí la acción tardaba en entrar en la parte mejor de la novela.

Sin embargo en este caso me ha parecido una novela entretenida desde el principio. Sus personajes te atrapan y te embaucan para que quieras volver a ellos a pasar un buen rato con sus avatares. Es una historia agradable, entretenida y con un punto de misterio que te la hace más atractiva.

La aconsejo para pasar un buen rato.

jueves, 12 de abril de 2012

"La vida después" de Marta Rivera de la Cruz




Este libro desde que salió estaba en mi lista de libros que iba a leer. Sí o sí. Más tarde o más temprano. Pero yo lo iba a leer. Porque he leído casi todas las novelas de esta escritora, Marta Rivera de la Cruz, me gusta siempre cómo escribe, me gustan sus historias. La descubrí con En tiempo de prodigios (2006), de todas sus novelas, mi preferida y que siempre recomiendo.Y luego me ha vuelto a gustar mucho en "Que veinte años no es nada" o "El inventor de historias" por citar algunas.

Y ya me he leído su última novela: "La vida después". ¿De qué va?

El argumento es el siguiente: Victoria tiene aparentemente una existencia envidiable en Nueva York; es profesora en la universidad, tiene un marido millonario y apuesto y un ático en el Upper East Side. Cuando le notifican el fallecimiento de Jan, su mejor amigo, vuelve a Madrid para asistir a su funeral.

 Allí se topará con la refinada Chloe, antiguo amor de Jan; con su hija, la inconformista Solange; con Marga, su esposa; con su extravagante suegra, Shirley... Un vuelco de los sucesos forzará a Victoria a quedarse en Madrid, donde tendrá que hacer frente a la suspicacia de cuatro mujeres que jamás creyeron que su amistad con Jan fuese totalmente sincera.

 El tema de la novela principalmente es el de la amistad entre los hombres y los mujeres. ¿Es posible? Luego aborda muchos más temas: la muerte de un ser querido, el amor, el desamor. Los celos, la desconfianza, la ternura o la incomunicación, el paso del tiempo y las oportunidades perdidas.

Hay muchas historias dentro de la historia principal, y a mí me gusta mucho eso, bucear en todas ellas e ir descubriéndolas. Historias que se entrelazan y se cruzan hasta configurar un mosaico.

No está contada la historia de forma lineal, sino que la narración va dando saltos por el mundo y por el tiempo. Se rompe constantemente la linealidad lo que la agiliza mucho, variando de época y de ciudad: De la actualidad en Madrid y en Nueva York, parte como una historia contemporanea, saltamos al París de los años 60, al Berlín de los años 30, a la Inglaterra de los 70... Está muy bien la ambientación la verdad. A mí me ha gustado mucho cómo la escritora logra hacerlo.

Los personajes de la novela, como siempre ocurre con esta escritora, están muy bien dibujados. Son unos personajes de carne y hueso: sufren, aman, tienen miedo... Hay varias mujeres y sabe muy bien contar cómo somos más "complicadas" por decirlo de algún modo. Los personajes de Marta Rivera son cercanos y algunos se te hacen inolvidables. En esta novela no me gusta especialmente la protagonista, Victoria, pero en cambio hay dos personajes, tan importantes como los de las mujeres con las que arranca la novela, que son de esos que siempre te hubiera gustado inventarlos a tí. Me refiero a Douglas Faraday, un anciano anticuario de Londres, un caballero. Y Arvid Soderman. Me gustan mucho estos dos personajes. Y luego claro está Greta Garbo, que también forma parte de los personajes...

 Ahora que ya he terminado de leer la novela, puedo decir que creo que mejora bastante según la vas leyendo. Es una historia que al principio me parecía un poco superficial. No sé, no me gustaba mucho ni cómo era la protagonista ni lo que contaba. No terminaba de engancharme, me parecían "los ecos de sociedad". Pero si aguantas ese principio, luego la historia se complica, se multiplica y te puedes sumergir en ella a disfrutar. Y piensas, que ahora sí, que ahora ya es otra historia de esas de Marta Rivera de la Cruz que te gustan tanto. 

Creo que es la única pega que le encuentro al libro, que cuesta entrar en la parte interesante. Cuesta un poco. Pero luego merece la pena, desde luego. Las historias de Douglas Faraday y Arvid Soderman son de los más entretenido, son tiernas, inolvidables. 



Os dejo con la entrevista que le hizo Pepa Fernandez en "No es un día cualquiera", por si os apetece escucharla.


 http://www.rtve.es/alacarta/audios/no-es-un-dia-cualquiera/dia-cualquiera-vida-despues-marta-rivera-cruz/1289242/

 
La vida después
Marta Rivera de la Cruz
Planeta

viernes, 14 de octubre de 2011

El inventor de historias de Marta Rivera de la Cruz




Ya he terminado "El inventor de historias" de Marta Rivera de la Cruz. Y la verdad es que como siempre que leo un libro de esta autora he estado de lo más entretenida leyéndolo.

Cuenta la historia de Linus Daff que tiene un curioso oficio: inventor de historias. Se gana la vida cambiando el pasado de los que vienen a pedirle ayuda. 

Está ambientada en la época victoriana. Y va cambiando de escenario: Londres, Nueva York, La Habana, hasta un pueblecito gallego.

Es una novela entretenida, amena, positiva. 

Tiene personajes muy curiosos, desde Linus Daff que es el protagonista, que hace de la mentira  un negocio y su profesión. Se le da tan bien inventar historias que enseguida se corre la voz, y se va haciendo un nombre propio en el peculiar negocio. Pero es un personaje con buen fondo, que miente siempre en beneficio de los demás, no para beneficio propio, y se lo toma como algo absolutamente profesional dedicándole muchísimo tiempo y esfuerzos para que no quede ningún cabo suelto y sus clientes pues vivir con su nuevo pasado sin ningún problema. En contraste también tenemos el personaje de Pedro Almeiras, un caballero que no es capaz de mentir nunca, ni siquiera para salvar sus propios asuntos, su amor. No sabe mentir. Y hasta el final del libro no sabremos por qué. Estos personajes son los principales, los de alguna forma antagónicos, aunque buenos amigos. Pero por supuesto hay más, todos igualmente interesantes: Una cubana de la que se enamoran los dos, un indiano que quiere dejar su legado para hacer una escuela, un irlandés inculto que hereda una gran cantidad de dinero con un condición...

Me gustan estos personajes, son nobles, se les coge cariño.

Y la obra está toda salpicada de referentes históricos muy curiosos que ayudan a la historia a situarse en un determinado contexto tanto temporal como espacial. Tenemos desde Jack el Destripador hasta el hundimiento del Titanic. Dice la autora en una entrevista que había leído una noticia en prensa de que se habían encontrado entre los restos del Titanic  la maleta de un hombre cuya documentación del interior iba a nombre de un tal Irwin Howart, supuestamente un caballero con dinero y bastante cultivado  pues había libros, partituras, y otros objetos que así lo demostraban. Pero paradógicamente esa persona no estaba en la lista de los pasajeros del Titanic. Marta Rivera de la Cruz recoge esta noticia y la lleva hasta su novela...

"El inventor de historias" no es una novela nueva de la autora. Pero ha sido reeditada. 
Yo he disfrutado con su lectura. Aunque es una historia sencilla (como todas las de Marta Rivera de la Cruz)  al menos yo, no la pude dejar hasta que la terminé. Es una novela que tiene un ritmo pausado, van ocurriendo situaciones encadenadas que le tienen al protagonista muy entretenido y a tí también. Vamos saltando de historia en historia, como si fuera una sucesión de relatos. Es una lectura agradable, amena.Y además ahora está editada en bolsillo, así que ya veis, todo ventajas.

En estos días la autora acaba de sacar una nueva novela "La vida después" que estoy deseando leer, la verdad. Pero un poco más adelante, mientras voy a ir leyendo otros libros que ya esperan en casa su turno y que ya os iré contando...


El inventor de historias
Marta Rivera de la Cruz
Editorial Booket
1ª edición en bolsillo, junio de 2011
Género: Novela / Aventuras
368 páginas
ISBN: 9788408102830



miércoles, 21 de septiembre de 2011

"El inventor de historias" de Marta Rivera de la Cruz




-Señor Daff... Señor Daff, véngase usted conmigo.
-¿Cómo dice?
-Acompáñeme a América en el Titanic. Yo pagaría para usted un pasaje de lujo y compraría otro en tercera clase para mí. Usted se haría cargo de mis pertenencias hasta llegar a Nueva York. Allí volveríamos a encontrarnos, y entonces yo ya sería Irwin Howard.
-¿Y qué pasa conmigo? ¿Tomo otro barco de vuelta a casa? Vamos O`Brien...
- Usted no tendría por qué regresar a Inglaterra. Podría quedarse en Nueva York trabajando para mí -Linus Daff escuchaba boquiabierto las palabras de O`Brien-. Sabe perfectamente que el dinero no es ningún problema. Y también que no me vendría mal contar con su ayuda para hacerme un hueco en la sociedad de Nueva York. Usted ha inventdo una historia condenadamente buena pero... ¿y si tuviera dificultades? Yo no sería capaz de discurrir otras historias ni de defenderme con más mentiras. Todos estos días de trabajo podrían irse al cuerno. 
Linus Daff intenta reponerse de la sorpresa que había provocado en él la proposición inesperada.
-Vén gase conmigo -ahora el tono de O^Brien era casi de súplica- sé que voy a necesitar que me ayude. Dígame lo que quiere cobrar, le pagaría tanto como usted me pidiera... Le gusta mucho Nueva York, me lo dijo una vez... Y yo no le molestaría, palabra, a mí me basta con tenerle cerca por si aparecen problemas. Yo pagaría sus gastos y usted, a hacer su vida.
...
Unas semanas después, en el puerto inglés de Southampton, Linus Daff y Patric O`Brien tomaban un barco gigantesco con destino a Nueva York...

Págs. 107 y 108 de El inventor de historias
Marta Rivera de la Cruz


Siempre que leo un libro de Marta Rivera de la Cruz es como mecerse y dejarse llevar por una historia plácida que voy disfrutando poco a poco... poco a poco.

Ahora estoy con ésta. 

Disfrutando.


domingo, 30 de mayo de 2010

"Tristezas de amor" Marta Rivera de la Cruz



A veces uno busca los libros que se lee, en otras ocasiones llegan hasta uno por la más pura casualidad. Esta vez el libro ha llegado hasta mí tras una cadena de préstamos, la biblioteca se lo prestó a una amiga de mi amiga, esa amiga se lo prestó a la mía y esta segunda decidió que antes de leérselo ella, me lo prestaba a mí. No tiene ninguna importancia, ya lo sé, pero resulta curioso.

El caso es que he aprovechado mis quince días de préstamo para nadar hasta zambullirme entre las lágrimas de amor de personajes de los que todos hemos oído hablar.
“Tristezas de amor. Las pasiones frustradas de personajes inolvidables”.
Marta Rivera de la Cruz.
A estas alturas de este blog todo el mundo sabe que me gusta cómo escribe esta autora. Y me gusta que me cuenten anécdotas que humanizan a los personajes famosos, ya sean de la realeza, actores o escritores. Así que se sumaban en este libro dos aficiones que ya me tenían ganada la voluntad antes de abrir la primera de sus páginas.
Solo quedaba comenzar a leer...
“¿Qué creen ustedes que pueden tener en común Rita Hayworth, Jorge Luis Borges, Coco Chanel y Rainiero de Mónaco? ¿O Bette Davis, Cole Porter y Margarita de Inglaterra? Pues que todos, sin excepción, sufrieron y lloraron por culpa del amor contrariado...” Así comienza la introducción. Y así termina ésta: “Hace tiempo escuché una frase: todas las historias de amor acaban mal, porque todas las historias de amor acaban. No puedo recordar quién la dijo, y lo lamento. Porque seguramente fue esa frase el comienzo de este libro.”
Tiene siete partes: Lágrimas reales, cuando lloran las diosas, hasta que la muerte nos separe, sombras en el paraíso, tan listos y tan tristes, morir por amor, amar a quién no es fiel y un epílogo: una historia singular.
A lo largo de estas siete partes se habla de muchos personajes. En el primer capítulo de algunos personajes de la Realeza como Alfonso XII o los Windsor o Rainiero de Mónaco o incluso nuestra Reina. En el siguiente de algunas de las actrices más bellas, carismáticas o famosas: Ava Gardner, Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Bette Davis... Después llegan los dedicados a algunos conocidos actores y escritores.
Confieso que las que más curiosidad me causaban eran las historias de éstos últimos. En algunos casos ya conocía la historia, como en el de Ágata Christie. Ya había leído en su biografía y en distintos libros su desaparición literal de la faz de la tierra a raíz de que su marido le dijera que tenía a otra mujer. Durante diez días nadie supo de ella. Nadie. Pensaban que quizás hasta estaría muerta. Sin embargo estaba viviendo en un hotel con otro nombre. Cuando la encontraron ella dijo que había perdido la memoria y no tenía ni idea de cómo había llegado allí. Algunos dijeron que había sido el shock al enterarse de que su esposo se había ido con una amante, y otros dijeron que era otro de sus planes... Nunca se supo en realidad.
Pero en otros casos no tenía ni idea. Como por ejemplo no sabía que la vida sentimental de Julio Verne no había sido feliz. Aún siendo escritor de casi setenta novelas, y haber obtenido en vida el reconocimiento de cientos de miles de lectores que estaban deseosos de leer sus obras y le escribían agradeciéndoselas desde todas partes del mundo, en cambio, tuvo una vida llena de fracasos amorosos hasta que se casó. Después hizo una boda por interés, aunque en el fondo pensaba que quizás con el tiempo, sería feliz en ella. Sin embargo se pasó la vida lamentando haberse casado con su mujer, que sin embargo, hizo lo posible por ser la mejor esposa para él...
O por ejemplo también desconocía la novia epistolar que tuvo Juan Ramón Jiménez antes de conocer a Zenobia Camprubí. Parece ser que cuando tenía 24 años y publicó el poemario “Arias Tristes” recibió el favor de la crítica y muchas cartas de admiradores, entre ellos una de una joven limeña de veinte años. Esta carta le pareció llena de sensibilidad a Juan Ramón Jiménez y comenzó una correspondencia con ella muy fluida y constante. Con el tiempo las cartas eran cada vez más profundas, más íntimas, tanto que el escritor invitó a la limeña a que viniera a España a conocerle. Claro cuando la invitación llegó a su destino fue todo un bombazo, y no en la destinataria de las cartas, que en realidad no existía, sino en el grupo de jóvenes limeños que admiraban al poeta y le habían enviado esa primera carta firmando con el nombre de una mujer que en realidad no existía con el propósito de que el escritor se sintiese más inclinado a contestar... Por supuesto declinaron la invitación, pero parece ser que el escritor estaba tan decidido a conocer a su supuesta nueva amiga y admiradora, que dijo que entonces iría él a Perú. Al final para deshacer el embrollo, el grupo de jóvenes tuvieron que “enfermar” a la destinataria, y luego incluso “llegar a matarla”... Juan Ramón Jiménez se quedó muy dolido con aquella noticia y escribió una elegía.
Es un libro entretenido, muy entretenido. Yo creo que responde a las expectativas que uno pone en él. Aunque a mí me atrapa más el argumento de una novela. Y si la novela es de Marta Rivera de la Cruz, con esa forma que tiene ella de contar, estoy aún más segura de ello. En este caso no me ha llegado a atrapar tanto, pero es lógico, es otro género literario.
Pero tengo que reconocer que se trata de un libro ameno, que se puede leer muy rápido. Ideal para los trayectos del metro o autobús de los lectores que vivimos en ciudades grandes, porque te da tiempo a comenzar y terminar cada historia en ese transcurso de tiempo. Es entretenido e instructivo, porque se aprenden algunos detalles de esas cuarenta y tres historias sentimentales que cuenta, que uno desconocía o incluso que le sorprenden.

domingo, 2 de agosto de 2009

"La importancia de las cosas" Marta Rivera de la Cruz




El último libro que me he terminado y me ha gustado mucho ha sido “La importancia de las cosas” de Marta Rivera de la Cruz.

Descubrí a esta autora leyendo “En tiempos de prodigios” con el quedó finalista del premio Planeta hace dos años. “En tiempo de prodigios” fue todo un descubrimiento, me gustó mucho cómo estaba escrito y me gustó mucho la historia que contaba. Me gustó tanto que siempre que he visto otro libro de la autora me lo he comprado sin pensármelo dos veces. Por eso después leí “Hotel Almirante” y “Que veinte años no es nada”.

“La importancia de las cosas” es su último libro y cuenta la historia de Mario Menkell, un tímido y apocado profesor de escritura creativa en una universidad, famoso por un único libro, que de pronto tiene que hacerse cargo de todas las pertenencias de un inquilino suyo al que no conocía porque se ha suicidado y no tenía familia. Es entonces cuando Menkell descubre que el misterioso inquilino tenía la casa abarrotada de cosas, de pequeñas cosas, colecciones de todas clases. Ahí arranca la historia.

“La importancia de las cosas” habla de las casualidades, que muchas veces ocurren. Habla de los amores cobardes, esos amores eternos que uno mantiene en secreto durante años porque está convencido de que nunca podrán existir. Habla de que a veces el destino te hace guiños y te ofrece segundas oportunidades. “La importancia de las cosas” es una historia romántica y sobre todo es una historia sentimental porque habla de sentimientos, habla de amor, de compañerismo, de ambición, de complicidad, de falta de autoestima, pero en ningún momento su forma de ser contada cae en la cursilería.

“La importancia de las cosas” habla de personas con las que no te es difícil identificarte. Habla de la vida, de cualquier día. Es una historia aparentemente muy sencilla, pero donde todos los acontecimientos van encontrando acomodo y al final encaja todo, y la historia no era tan sencilla como parecía.

“La importancia de las cosas” habla de esas pequeñas cosas que vamos guardando y que aunque no tengan demasiado valor nos importan tanto y solo nosotros les encontramos un sentido. Habla también de los misterios que hay detrás de cualquier vida por muy simple que parezca.

“La importancia de las cosas” es uno de esos libros que me he leído de un tirón, una historia sencilla, dulce, tranquila, agradable aunque misteriosa, una historia contada con claridad, con agilidad, sin grandes artificios en la escritura, ni un mensaje profundo, ni demasiadas imágenes ni lirismo en la forma de contarla, quizás algo previsible, no es una obra maestra, pero me atrapó en cuánto la empecé a leer, después he podido saborearla página a página y no quería que se acabara.

Os dejo aquí con el principio de la novela:

“De no ser por un cúmulo de circunstancias escasamente ordinarias, los caminos de Mario Menkell y Fernando Montalvo no hubieran tenido nunca la ocasión de cruzarse. Habían nacido con destinos distintos, y sus expectativas personales eran tan diferentes entre sí, que resultaba casi milagroso el que sus vidas se hubieran tocado, ni siquiera de refilón, en algún punto de la sinuosa trayectoria vital de cada uno. Y los hados, o algún dios sin nombre, quisieron jugar de esa forma las cartas de la suerte, quizá para divertirse, o a lo mejor para dar a Mario Menkell la oportunidad de enderezar su vida.

Estaba acabando de desayunar cuando recibió la llamada del representante de la agencia inmobiliaria. El hombre saltó por encima de los saludos de rigor – incluso de aquellos que van de la mano de la más elemental educación- para soltarle la noticia a bocajarro.
¿Es usted Mario Menkell? Soy Losada el de agencia. Tengo novedades. El señor Montalvo se suicidó anteayer.
¿Cómo dice?
Fernando Montalvo. Su inquilino. Se ha matado.
La mayoría de las veces a Menkell le costaba recordar que estaba en posesión de un piso con arrendatario. Había heredado ambas cosas –el inquilino y la casa- de una tía en segundo grado a la que ni siquiera conocía mucho...”
¿A que os apetecería seguir leyendo...?
Rocío Díaz