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Mostrando entradas con la etiqueta Mis autores Federico García Lorca. Mostrar todas las entradas
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viernes, 16 de enero de 2015

Ay Rubén Darío, Alas Clarín y Pío Baroja... Anécdotas de escritores



Hoy como es viernes, vamos a hacer una entrada un poco más "distendida"... He pensado que vamos a volver a nuestra colección de "Anécdotas de escritores".

Ésta que vamos a recordar hoy, es una de las más conocidas.

Se cuenta que García Lorca escuchando a Rubén Darío recitar uno de sus versos: "Qué púberes canéforas te ofrenden el acanto..." se levantó y dijo algo así como:
—A ver, otra vez, por favor, que sólo he entendido el “que”.

Es una anécdota que podemos encontrar en muchos lugares, aunque tampoco se sabe hasta qué punto es cierta. Pero es verdad que el poeta Rubén Darío muchas veces fue criticado por su "artificiosidad".

"En España contó con la incomprensión del crítico más temido de su tiempo, Leopoldo Alas Clarín. Así, escribía en el diario La Publicidad el 26 de octubre de 1893:

El señor Darío es muy decidor, no cabe negarlo, pero es mucho más cursi que decidor; y para corromper el gusto, y el idioma y el verso castellano, ni pintado. No tiene en la cabeza más que una indigestión cerebral de lecturas francesas y el prurito de imitar en español ciertos desvaríos de los poetas franceses de tercer orden.




Aunque parece ser que tampoco Ruben Darío se quedaba corto hablando de otros autores.Es muy conocida también la siguiente anécdota con Pío Baroja.

Parece ser que a Baroja le hacían muchos chistes relacionados con su condición de panadero. Y de eso le hablaron unos periodistas:

-¿Sabe usted lo que dice Rubén Darío de usted?
-No. ¿Qué dice?
-Dice "Pío Baroja es un escritor de mucha miga. Ya se conoce que es panadero".

Nuestro novelista, que conocía el paño (según él, en el ambiente literario "todo el mundo muerde si puede") encontraba natural "responder a la acritud con la acritud y a la simpatía con la simpatía". De modo que, cuando se enteró del chisme, repuso: "¡Bah! No me ofende nada. Yo diré de él: Rubén Darío es un escritor de buena pluma. Ya se conoce que es indio".



Es imposible no sonreírse ¿Verdad?

Ya veis... nadie se quedaba corto.


Fuentes:


Escritores a la Greña. Julián Moreiro Edit. EDAF 2014

La foto es de la obra de teatro "La lengua madre", el actor Juan Diego con un texto de Millás.

martes, 19 de agosto de 2014

Lorca y agosto


Hoy he pasado caminando por delante de la Residencia de Estudiantes de la calle Pinar. No eran ni las ocho de la mañana de un día laborable de agosto. Qué tranquilidad se respiraba en ese rincón de Madrid, apenas llegaban los murmullos de los escasos coches que pasaban por la Castellana.

Y he pensado que quizás por donde yo pisaba, un día pisaron tantos otros que tuvieron la suerte de vivir en la Residencia de Estudiantes en aquellos años que la frecuentaban Buñuel, Dalí o Lorca... Qué suerte haber conocido aquella época de la Generación del 27, tan creativa, tan rica. 

Lo cierto es que me gusta mucho todo lo relacionado con aquella época, con la Generación del 27, con la Residencia, su historia y su ubicación en ese pedacito de Madrid. 

Pero... con la distancia y la ventaja que te da haber nacido tantos años después siento que yo no me puedo quejar. No debo. Poder disfrutar de mi ciudad en agosto, poder pasear por un Madrid fresco a esas horas de la mañana, sin apenas ruidos, es un lujo. Vivir en esta ciudad donde somos tantos y tan diferentes, pero aún así a veces hay cierta paz también. Vivir en el 2014, en este tiempo donde no importa cuáles son tus ideas políticas, ni tus preferencias sexuales. Vaya sí lo es. Un lujo.




"Qué miedo debió de pasar Federico la noche que lo mataron, decía Alberti con la resignación de lo inevitable. Él que ni siquiera se atrevía a cruzar la Gran Vía si no era del brazo de alguien. Siempre tuvo, Federico un temor reverencial, supersticioso, a la muerte. Temía morir ahogado, atropellado, despeñado, apuñalado, desangrado, enfermo y desahuciado. Temía la fuerte fatal e irreversible, la putrefacción y la nada. De ahí que intentara conjurarla con la macabra ceremonia de representar su propio velatorio. Se tumbaba en la cama con su mejor traje: los ojos cerrados, las manos de dedos largos, blancas como las de un médico, sobre el pecho, y describiía con todo lujo de detalles el atáud; el entierro, a hombros de sus allegados, por las calles llenas de baches de Granada; las lágrimas de sus deudos; el luto de sus compañeros: vecinos, admiradores; la congoja de los curiosos... Hay un cuadro de su amigo Dalí, Natura Morta, que representa a Lorca posando como un cadáver, y unas fotos de una de esas sesiones mortuorias que le hizo la hermana del pintor, Anna María, y que nunca quiso hacer públicas tras la muerte, la muerte verdadera del poeta.

Después se levantaba de repente, como un aparecido y se reía a carcajadas, los dientes blanquísimos, los ojos tristísimos velados de lo que sus amigos llamaban "intermitencias lánguidas". Esos momentos en que se ausentaba, se quedaba sin habla y sin música: la mirada vidriosa, perdida y triste.

La otra cara del poeta era la de los recitales, las canciones al piano. Nadie ni siquiera sus enemigos declarados, era inmune a su embrujo sentado al teclado, con un mechón de pelo caído sobre la frente despejada. Entonces no hacía ni frío ni calor, hacía solamente Federico. El de La Barraca y las Misiones pedagógicas, el amigo de Neruda, Buñuel y Prados, el Federico del viaje a NUeva York y a La Habana, el autor de éxito que saludaba desde la corbata de los escenarios de medio mundo, recogiendo aplausos y ramos de flores. Dibujó mucho, y pintó a la acuarela, nunca al óleo porque temía mancharse y que su madre, mamá, le regañara.

La tarde del 12 de julio de 1936 dejó en las oficinas de Cruz y Raya, la editorial que dirigía su amigo Bergamín, el manuscrito de Poeta en Nueva York, y una nota: "Querido Pepe, he estado a verte y creo que volveré mañana". Nunca lo hizo, la noche del 13 de julio estaba invitado a una cenaa la que no acudió. El resto de los comensales, entre los que se encontraba Luis Cernuda, estuvieron esperándole hasta que alguien llamó anunciando que acababa de dejarle en el tren, camino de Granada. Un mes más tarde, el 16 de agosto fue detenido. Después, no se sabe si la madrugada del día 18 o 19, fue conducido a un lugar en los alrededores de Víznar y, junto a un maestro de escuela y dos banderilleros, fusilado, sin ataúd, ni cortejo fúnebre, ni las manos sobre el pecho. Nunca se han conocido las circunstancias, ni qué miedos le asaltaron. Tenía treinta y ocho años, y la mirada triste."

Jesús Marchamalo
39 escritores y medio
Editorial Siruela

miércoles, 5 de junio de 2013

Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Muñoz Molina



Hoy, 5 de junio, que es el 115º Aniversario del nacimiento de Federico García Lorca, también le han dado el Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina, uno de mis autores preferidos.

Normalmente sigo su blog "Escrito en un instante", del que seguramente ya os habré hablado en más de una ocasión.



Por ello, me ha alegrado mucho la decisión del jurado en esta ocasión.

Muñoz Molina es el primer español este año que gana uno de los Premios Príncipe de Asturias y el primero en 15 años que recibe el de las Letras, después de que Francisco Ayala lo ganara en 1998.

El jurado del Príncipe de Asturias de las Letras lo ha presidido José Manuel Blecua y lo han integrado Andrés Amorós, Luis María Anson, Xuan Bello, Amelia Castilla, Juan Cruz, Luis Alberto de Cuenca, José Luis García Martín, Alex Grijelmo, Manuel Llorente, Rosa Navarro, Carme Riera, Fernando Rodríguez Lafuente, Fernando Sánchez Dragó, Diana Sorensen, Sergio Vila-Sanjuán y José Luis García Delgado, que ha actuado como secretario.

Os dejo con la última entrada de su blog:


Correspondencia


jun
04
2013

En el hotel de Lyon, en la sala de espera del aeropuerto, en el viaje a Madrid en un pequeño avión que pasaba de los verdores de Francia a las sequedades españolas, en la calma recobrada y frágil de mi casa, leo el testimonio más hermoso que existe sobre el oficio de la literatura, las cartas de Gustave Flaubert, en una edición escogida y anotada por Bertrand Masson, en la admirable colección Folio Classique. En esas cartas está lo que me gusta de escribir y de leer. Casi todo lo demás, salvo la complicidad activa de cada lector, es superfluo.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Placas de escritores en Madrid: Miguel Hernández y Lorca


Hoy toca una entrada sobre el rastro de los importantes escritores por Madrid y su recuerdo. O lo que es lo mismo sus placas en la pared. Que yo creo que ya hace tiempo que no tocamos este tema.

Me gusta mucho cuando voy andando por Madrid y tropiezo con algunos de éstos recordatorios y no lo conocía. Cómo es el caso de las placas que os traigo hoy. Treinta años viviendo aquí y todavía puedo ir de viajera, lo que me entusiasma.

Habré pasado mil veces por delante de la fachada de este primer edificio de esta entrada. Porque queda cerca del autobús que lleva a mi barrio, en calle Conde de Peñalver, y nunca me había fijado en esa placa que dice que Miguel Hernandez estuvo aquí e incluso también en este lugar compuso Las Nanas de la Cebolla. ¿Cómo no me había dado cuenta antes?

El edificio es bonito e imponente, señorial y muy antiguo. Claro me ha entrado la curiosidad sobre la historia de por qué recaló aquí el pobre Miguel Hernández y qué bien, porque buscando en internet lo he encontrado y os lo puedo copiar a continuación:

El poeta de Orihuela sería trasladado desde la cárcel de Toreno, cerca de la Universidad de San Bernardo, hasta el barrio de Salamanca, concretamente a la cárcel de Torrijos, liberal fusilado en el siglo XIX por los absolutistas. La prisión es hoy un caserón de ladrillo y fachada neomudéjar, situado en la calle del Conde de Peñalver, que alberga un asilo de 112 ancianos regido por Hermanas de la Caridad. Fue edificado según un proyecto del arquitecto Zabala entre 1910 y 1914, como sede de la fundación Fausta Elorz, madrileña inmensamente rica con familia en Navarra y aficiones filantrópicas.

"Al comienzo de la Guerra Civil, el edificio fue incautado y al finalizar la contienda, tras ser destinado a cárcel de hombres hasta mediados los años cuarenta, se hizo cargo de él Auxilio Social [organización franquista de beneficencia] durante una década, para volver a su función primigenia a partir de entonces", explica Luis Sánchez, que colabora con la gerencia del establecimiento. "Todos los documentos de aquella etapa se los llevaron cuando Auxilio Social abandonó el edificio", explica.

La monja hoy más veterana llegó a la fundación hace 50 años, por lo cual no conoció la etapa entre 1939 y 1941 en la que un Miguel Hernández condenado a muerte y angustiado por la suerte de su esposa Josefina Manresa y su segundo hijo escribiera en la cuarta galería un conmovedor poema contra el hambre y la pena.

Una placa de la Sociedad General de Autores sobre el muro neomudéjar en marzo de 1985 así lo asegura. Pero la placa no dice que las Nanas de la cebolla fueron escritas por un hombre moribundo de enfermedad y de pena, que pasó los penúltimos días de su vida allí encarcelado.


 






Y a un paseíto del lugar anterior encontrarmos trastros de otro gran poeta. En este caso de Lorca. De esta placa me habló una amiga, así que ya iba avisada de que me la iba a encontrar, aunque no sé por qué tampoco me había fijado en ella con lo céntrica que está.

En el número 96 de la calle Alcalá, ya en pleno Goya, vivió durante una temporada Federico García Lorca cuando estuvo en Madrid. Parece ser (por lo que he leído por aquí y por allí) que vivió concretamente en la planta séptima de este edificio con vistas a la calle Narvaez, casi estrenó el edificio. No eligió nada mal.

Es un edificio bien chulo en la confluencia entre las calles Alcalá, Narváez y Felipe II, construido tres años antes. Él también vivió allí tres años entre 1933 y 1936. Allí compuso Llanto por Ignacio Sánchez Mejía, el amigo torero muerto en el ruedo. También escribió La Casa de Bernarda Alba, que concluyó en los primeros meses de 1936. Y ya había obtenido éxito en el Teatro Español con su obra Yerma. 

De éste mismo edificio se iría Lorca a Granada y ya nunca volvió.

Ahora el edificio está pintado de verde y sigue siendo un edificio precioso con su chaflán. En él está otra sucursal de La casa del libro. Ya hablamos en otra entrada de la coincidiencia que existe con algunos lugares donde han residido escritores y tiendas de libros. ¿Casualidad? Sí seguramente, pero no deja de ser curioso.


Para terminar os dejo el link con el que podéis acceder a las otras entradas de Placas de escritores en Madrid que hay en este blog, por si os apetece seguir recorriendo esta ciudad de su mano:




sábado, 3 de noviembre de 2012

La casa de la Familia Rosales en Granada




"En este momento no hay en casa de los Rosales ningún hombre. Luis y José están en el frente; Antonio, Gerardo y su padre se encuentran en diferentes puntos de la ciudad, y Miguel está de servicio en el cuartel de Falange. Así que la señora Rosales tiene que enfrentarse sola con Ruiz Alonso. Se opone rotundamente a que se lleve al poeta. ¿Con qué derecho se presenta en una casa falangista una persona para ella desconocida? ¿Y qué quieren con García Lorca? Según Esperanza Rosales, que escucha aterrada la conversación, Ruiz Alonso declara categóricamente que al poeta le achacan el contenido de sus escritos. Supone que las autoridades querrán interrogarlo por ese motivo. (...)
Al despedirse Federico de Esperanza, susurró, según ella: "No te doy la mano porque no quiero que pienses que no nos vamos a ver otra vez". 
Luego salió a la calle acompañado de MIguel Rosales y de Ramón Ruiz Alonso..."

Pág. 242 y 243
Cuatro poetas en guerra
Ian Gibson


Ya sabéis que he estado en Granada el fin de semana pasado. El motivo fue la lectura que hice allí para EncuentrosLiterarios, pero ya que estaba aproveché para visitar de nuevo la ciudad. No es la primera vez que paseo Granada, pero siempre queda algo por ver.

Recordareis que el año pasado fui con algunos compañeros de mi tertulia literaria a pasar un fin de semana que dedicamos a Lorca. 


 Esta vez volví a visitar la primera de las anteriores, pero además me acerqué a dónde vivió sus últimas horas, en la casa de la familia Rosales. Encabeza esta entrada una foto del hotel que hay ahora allí, El Hotel Reina Cristina.

La chica que estaba en recepción, muy amablemente, nos contó de nuevo un poco la historia que ya todos conoceréis, que no estaba ninguno de los hijos en el momento en que vinieron a buscarle, y que la madre se enfrentó a ellos (arriba os he copiado también un fragmento del libro de Ian Gibson donde se cuenta).

Quería dejaros también con una foto del interior del hotel, que parece ser que es lo único que se conserva de la primitiva casa, el patio interior. 

Y también una foto de la puerta por la que sacaron a García Lorca (según esta misma chica de recepción), que está en un lateral.

Patio interior de la casa de Los Rosales en Granada. Ahora recepción del Hotel Reina Cristina




Puerta lateral del Hotel Reina Cristina, o puerta por la que se llevaron a Lorca
Granada, 26 de octubre de 2012

Si queréis volver a echar un vistazo a todas las casas de escritores que ya llevamos vistas en el blog, son ya unas cuántas, podéis hacerlo pinchando en el vínculo de debajo:

martes, 1 de mayo de 2012

12 de plata... Federico García Lorca en el Hotel Palace de Madrid





En el Hotel Palace en todo el centro de Madrid hay un rastro del paso de García Lorca por allí. A mí me lo enseñó un amigo, y yo quiero compartirlo con vosotros para que no dejéis de acercaros si no lo conoceis.

El Hotel Palace, un par de años más nuevo pero desde siempre rival del Ritz, ya tiene cien años y ha visto desfilar por sus pasillos a muchísimas celebridades. Dicen que incluso Mata Hari se hospedó allí, aunque no está registrada, puede ser que lo hiciera como "Señora de...", poco antes de que la detuvieran en la frontera. Pero no solo ella, también figuran otros como Buster Keaton o Mary Pickford, cantantes como Josephine Baker o Carlos Gardel, y escritores como Ramón María del Valle Inclán, Miguel de Unamuno o John Steinbeck pernoctaron en sus habitaciones. Picasso, Sofia Loren, Rita Hayworth, Julio Camba, Octavio Paz, los «Rolling Stones», Bruce Springsteen... Muchos. La lista de ilustres huéspedes del Palace es interminable. 

Dicen que Lorca y Dalí, entonces en la Residencia de Estudiantes, solían acudir también a la Brasserie del Palace. La primitiva cervecería alemana del establecimiento, que también disponía de una enorme sala con 55 mesas de billar. 

Pero lo que a nosotros nos interesa, es que ha quedado para la posteridad, colgada en una columna de la cafetería del Palace, y enmarcada, un poema del puño y letra de García Lorca, que vayais a la hora que vayais podeis verlo:

Alfonso Doce de plata/ vuela en la moneda blanca./ De corcho y hoja de lata/ mi cuerno de la abundancia./ ¡Me gasté en el bar del Palace/ mis monedillas de agua

Cuando paséis por allí podéis entrar a verla, y de paso admirar la cúpula que tiene la cafetería de ese gran hotel. Merece la pena desde luego la visita.








miércoles, 17 de agosto de 2011

Hoy hace 75 años que murió Federico García Lorca



Hoy, esta noche, hace 75 años que mataron a Lorca en el barranco de Viznar.

Quería dejaros con un texto  que ya os había copiado en este blog, cuando os conté que estuvimos haciéndole un homenaje mis compañeros de la tertulia Rascamán y yo en el mes de junio. Tenéis reseña de ese viaje y en concreto de ese acto ya en varias entradas de finales del mes de junio y principios de julio, podéis consultarlas si os apetece recordarlo.

Pero permitidme que me repita solo un poco porque creo que merece mucho la pena tanto recordar a este poeta y dramaturgo que para nuestra cultura fue tan importante y desgraciadamente murió de forma tan absurda, como hacerlo con las palabras de Jesús Marchamalo que a mí me parecen tan emocionantes.

Este fue el texto, el retrato de Lorca, con el que yo intervine en dicho acto de homenaje.



"Qué miedo debió de pasar Federico la noche que lo mataron, decía Alberti con la resignación de lo inevitable. Él que ni siquiera se atrevía a cruzar la Gran Vía si no era del brazo de alguien. Siempre tuvo, Federico un temor reverencial, supersticioso, a la muerte. Temía morir ahogado, atropellado, despeñado, apuñalado, desangrado, enfermo y desahuciado. Temía la fuerte fatal e irreversible, la putrefacción y la nada. De ahí que intentara conjurarla con la macabra ceremonia de representar su propio velatorio. Se tumbaba en la cama con su mejor traje: los ojos cerrados, las manos de dedos largos, blancas como las de un médico, sobre el pecho, y describiía con todo lujo de detalles el atáud; el entierro, a hombros de sus allegados, por las calles llenas de baches de Granada; las lágrimas de sus deudos; el luto de sus compañeros: vecinos, admiradores; la congoja de los curiosos... Hay un cuadro de su amigo Dalí, Natura Morta, que representa a Lorca posando como un cadáver, y unas fotos de una de esas sesiones mortuorias que le hizo la hermana del pintor, Anna María, y que nunca quiso hacer públicas tras la muerte, la muerte verdadera del poeta.

Después se levantaba de repente, como un aparecido y se reía a carcajadas, los dientes blanquísimos, los ojos tristísimos velados de lo que sus amigos llamaban "intermitencias lánguidas". Esos momentos en que se ausentaba, se quedaba sin habla y sin música: la mirada vidriosa, perdida y triste.

La otra cara del poeta era la de los recitales, las canciones al piano. Nadie ni siquiera sus enemigos declarados, era inmune a su embrujo sentado al teclado, con un mechón de pelo caído sobre la frente despejada. Entonces no hacía ni frío ni calor, hacía solamente Federico. El de La Barraca y las Misiones pedagógicas, el amigo de Neruda, Buñuel y Prados, el Federico del viaje a NUeva York y a La Habana, el autor de éxito que saludaba desde la corbata de los escenarios de medio mundo, recogiendo aplausos y ramos de flores. Dibujó mucho, y pintó a la acuarela, nunca al óleo porque temía mancharse y que su madre, mamá, le regañara.

La tarde del 12 de julio de 1936 dejó en las oficinas de Cruz y Raya, la editorial que dirigía su amigo Bergamín, el manuscrito de Poeta en Nueva York, y una nota: "Querido Pepe, he estado a verte y creo que volveré mañana". Nunca lo hizo, la noche del 13 de julio estaba invitado a una cenaa la que no acudió. El resto de los comensales, entre los que se encontraba Luis Cernuda, estuvieron esperándole hasta que alguien llamó anunciando que acababa de dejarle en el tren, camino de Granada. Un mes más tarde, el 16 de agosto fue detenido. Después, no se sabe si la madrugada del día 18 o 19, fue conducido a un lugar en los alrededores de Víznar y, junto a un maestro de escuela y dos banderilleros, fusilado, sin ataúd, ni cortejo fúnebre, ni las manos sobre el pecho. Nunca se han conocido las circunstancias, ni qué miedos le asaltaron. Tenía treinta y ocho años, y la mirada triste."

Jesús Marchamalo
39 escritores y medio
Editorial Siruela

sábado, 2 de julio de 2011

El barranco de Víznar y Lorca



Y en nuestro recorrido por la Granada de Lorca, cómo no, terminamos en el Barranco de Víznar.

Allí quisimos hacerle un pequeño homenaje leyendo poemas suyos.

Como yo soy más de prosa elegí un retrato hecho por Jesús Marchamalo en su libro "39 escritores y medio", que os recomiendo mucho.

Ese texto, que a mí siempre me gustó, dice así:

"Qué miedo debió de pasar Federico la noche que lo mataron, decía Alberti con la resignación de lo inevitable. Él que ni siquiera se atrevía a cruzar la Gran Vía si no era del brazo de alguien. Siempre tuvo, Federico un temor reverencial, supersticioso, a la muerte. Temía morir ahogado, atropellado, despeñado, apuñalado, desangrado, enfermo y desahuciado. Temía la fuerte fatal e irreversible, la putrefacción y la nada. De ahí que intentara conjurarla con la macabra ceremonia de representar su propio velatorio. Se tumbaba en la cama con su mejor traje: los ojos cerrados, las manos de dedos largos, blancas como las de un médico, sobre el pecho, y describiía con todo lujo de detalles el atáud; el entierro, a hombros de sus allegados, por las calles llenas de baches de Granada; las lágrimas de sus deudos; el luto de sus compañeros: vecinos, admiradores; la congoja de los curiosos... Hay un cuadro de su amigo Dalí, Natura Morta, que representa a Lorca posando como un cadáver, y unas fotos de una de esas sesiones mortuorias que le hizo la hermana del pintor, Anna María, y que nunca quiso hacer públicas tras la muerte, la muerte verdadera del poeta.

Después se levantaba de repente, como un aparecido y se reía a carcajadas, los dientes blanquísimos, los ojos tristísimos velados de lo que sus amigos llamaban "intermitencias lánguidas". Esos momentos en que se ausentaba, se quedaba sin habla y sin música: la mirada vidriosa, perdida y triste.

La otra cara del poeta era la de los recitales, las canciones al piano. Nadie ni siquiera sus enemigos declarados, era inmune a su embrujo sentado al teclado, con un mechón de pelo caído sobre la frente despejada. Entonces no hacía ni frío ni calor, hacía solamente Federico. El de La Barraca y las Misiones pedagógicas, el amigo de Neruda, Buñuel y Prados, el Federico del viaje a NUeva York y a La Habana, el autor de éxito que saludaba desde la corbata de los escenarios de medio mundo, recogiendo aplausos y ramos de flores. Dibujó mucho, y pintó a la acuarela, nunca al óleo porque temía mancharse y que su madre, mamá, le regañara.

La tarde del 12 de julio de 1936 dejó en las oficinas de Cruz y Raya, la editorial que dirigía su amigo Bergamín, el manuscrito de Poeta en Nueva York, y una nota: "Querido Pepe, he estado a verte y creo que volveré mañana". Nunca lo hizo, la noche del 13 de julio estaba invitado a una cenaa la que no acudió. El resto de los comensales, entre los que se encontraba Luis Cernuda, estuvieron esperándole hasta que alguien llamó anunciando que acababa de dejarle en el tren, camino de Granada. Un mes más tarde, el 16 de agosto fue detenido. Después, no se sabe si la madrugada del día 18 o 19, fue conducido a un lugar en los alrededores de Víznar y, junto a un maestro de escuela y dos banderilleros, fusilado, sin ataúd, ni cortejo fúnebre, ni las manos sobre el pecho. Nunca se han conocido las circunstancias, ni qué miedos le asaltaron. Tenía treinta y ocho años, y la mirada triste."

Jesús Marchamalo
39 escritores y medio
Editorial Siruela

jueves, 30 de junio de 2011

Casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros




En la ruta Lorquiana que hicimos la tertulia Rascamán, después de visitar la casa de la Huerta de San Vicente, visitamos el Museo Casa Natal Federico García Lorca de Fuente Vaqueros.

La casa natal de Lorca es una típica casa de labranza, donde nada más entrar sientes el fresco que guardan estas casas antiguas, hacía un calor... Nos contó el guía que en un principio la casa era de la primera mujer de Federico García Rodríguez (el padre de Lorca) de Doña Matilde Palacios. Después cuando ésta muere se casa con Doña Vicenta Lorca Romero que era maestra en este pueblo. Y aquí nace el 5 de junio de 1898 Federico García Lorca. Había fotos en la casa de los niños de la clase, y como su madre era maestra pues el pequeño Lorca sale en las dos fotos, con los niños y con las niñas.

Aquí también nacieron sus hermanos, había un hermano nos dijo el guía que se llamaba Luis y que nunca nombran porque se murió muy pequeño.

En esta casa como en la anterior hay objetos de la familia porque aunque cuando murió el padre volvió a manos de la familia de la primera mujer, puesto que era suya, la Diputación de Granada la adquirió en 1982, y a partir del 86 empieza a funcionar como museo.

Es una casa típica de pueblo, como ya he dicho, el comedor, la cocina, los dormitorios, y el patio... Guarda la cuna de los pequeños, el tacatá, otro piano de Lorca, parte también de la vajilla de la madre... y muchas fotos. Es una casa que tiene un patio interior muy agradable con un pozo y flores. Y desde este patio se accede a lo que antes eran los graneros y que ahora han convertido en más habitaciones para exposiciones.

En este momento estaba una exposición sobre Lorca en Cuba donde fue en 1930, donde se puede profundizar en esta etapa de la vida del poeta. Otra ves sus cartas, sus dibujos, sus poemas... Esta exposición estará hasta mayo del año que viene. 

Fue allí donde nos pusieron las únicas imágenes grabadas que existen del poeta con el grupo de teatro La Barraca montando unos escenarios, con un jersey sobre los hombros... y durante también su viaje a Uruguay, a Montevideo. Y con ello finaliza este viaje por el pasado de este autor.

Yo creo que está bien visitar las dos casas, quizás haya más que ver en la primera, en la de la Huerta de San Vicente, pero ésta tiene mucho encanto también con ese patio interior y la exposición y las imágenes de un Lorca aún moviéndose...

Cuesta 1,80 euros y la visita es guíada cada hora.



lunes, 27 de junio de 2011

La casa-museo de Huerta de San Vicente de Federico García Lorca en Granada




"Luego todo el verano lo pasaremos juntos,
pues tengo que trabajar mucho y es ahí
en mi Huerta de San Vicente,
donde escribo mi teatro más tranquilo."

Federico García Lorca, 1933


Ya os comenté que el fin de semana pasado estuvimos haciendo una ruta Lorquiana por Granada los componentes de la tertulia Rascamán.

Lo primero que visitamos fue la casa-museo de la Huerta de San Vicente. Fue la casa de verano de la familia García Lorca entre 1926 y 1936. Claro entonces la casa estaba fuera de Granada, en la Vega. Había seis casas de verano ,entre ellas, ésta. Ahora mismo al ir creciendo la ciudad, pues está dentro, bajando

Rodeada de casi dos hectareas de tierra, son dos casas unidas y conserva parte del mobiliario original.

Teníamos una guía que no nos dejaba tocar, nada más entrar nos dijo que por favor las mochilas en la parte delantera, que nos tocáramos nada porque era original, que tampoco tocáramos nada de las cosas de bronce porque venía una persona especialmente a abrillantar todo... vamos tanto nos dijo que no tocáramos que ya hasta nos daba nosequé tocar la barandilla para subir al piso de arriba. Pero pronto vimos que era una persona muy preparada, que sabía mucho sobre la vida y la obra de Lorca.

El suelo era original, muy bonito, así como los muebles. Estaba el piano de cola que sale en todas las fotos de Lorca tocando, donde él hacía música con las canciones tradiciones para que luego las cantara La Argentinita. También en las paredes había obras de autores importantes: Dalí, Alberti, Hermenegildo Lanz... y dibujos hechos por Lorca, así como decorados de una fiesta de marionetas o títeres que le había hecho a su hermana Isabel en su cumpleaños. La cocina también llamó mucho nuestra atención, antigua e implecable con parte de la vajilla de la señora Vicenta, la madre de Federico.

En la parte de arriba de la casa normalmente se hacen exposiciones. Nosotros pudimos estar en la habitación de Lorca donde había escrito algunas de sus obras de teatro más importantes: "Así que pasen cinco años", "Bodas de sangre", Yerma o Diván del Tamarit.

Lo que a mí me gustó mucho son las cartas que se conservan que escribía Federico García Lorca a su familia. Me gustaba el tono en el que estaban escritas, recuerdo una que había mandado desde el Monasterio de Silos donde comentaba cómo eran los monjes y cómo le daban de comer. Todo ello en un tono muy distendido y a veces gracioso.

Nos contaba la guía muchas cosas de la vida de Lorca. Que su familia tenía mucho dinero, que se habían enriquecido con la caña de azúcar. Pero en cambio que les gustaba vivir con cierta humildad, no dilapidando el dinero. El padre quería que Federico (el mayor de los cuatro hermanos) estudiara una carrera, porque él quería ser músico. Pero el padre insistía en que él no quería un "hijo pijo". Así que al final estudió derecho, pero tardó diez años en terminarla, y la mayor parte de las asignaturas las fue aprobando por enchufe.

Al final él quería ser músico pero acabó siendo poeta. Uno de los mejores. Nos contaba también anécdotas de cuándo escribió "El Público", de cuando gastó 60.000 pesetas de entonces en ramos de rosas para convender a Margarita Xirgú para representara su Mariana Pineda, de muchas cosas.

La verdad es que a mí me gustó mucho la visita. Fue muy interesante.


"Era un campo habitado,
civilizado, hecho a la medida
del ser humano. Parecía pensado
para vivir gozando de una
naturaleza domesticada,
de refinamiento impensable
hoy día".

Isabel García Lorca.





Os recomiendo que si visitais Granada y os interesa la literatura, o más concretamente, la obra de Lorca no dejéis de visitarla. Es una lugar agradable con tanto jardín alrededor, decía la guía que algunos de los árboles eran los originales. Cuesta 3 euros entrar y está abierto por la mañana y por la tarde, merece la pena.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Dalí, Lorca y La Residencia de Estudiantes en el CaixaForum Madrid


 Esta fotografía que hay en la parte superior de esta entrada, la he hecho en el CaixaForum de Madrid. En la exposición sobre la relación  que mantuvieron Salvador Dalí y Lorca desde el año 1923 hasta el año 1929.  Es una carta muy curiosa, podéis leerla... Es un ejemplo de lo que hay en dicha exposición, que  estará hasta el 6 de febrero de 2011... Aún hay tiempo para que vayas si te apetece...

Te dejo el vínculo de la página de Caixa Forum donde hay un vídeo que lo explica muy bien:

Ambos intelectuales se conocieron en la Residencia de Estudiantes de Madrid en marzo de ese 1923 e iniciaron una íntima amistad intelectualmente muy rica y compleja, muy estrecha tanto en arte como en literatura. Esta exposición quiere abordar esta relación enmarcándola en ese momento de la década de los años veinte del siglo pasado, relacionándolo con el auge de distintas vanguardias internaciones muy polémicas.


Es muy curiosa. Claro si te gusta el tema de la Residencia de Estudiantes y lo importante que ha sido durante muchos años. Y si te atraen las figuras de Lorca y Dalí. Dos genios. Y la de su interesante amistad.

Por ejemplo en la exposición hay una parte dedicada al "Cuaderno de los Putrefactos (1925-1926)". "Putrefacto es el calificativo despectivo y crítico que el grupo de amigos más notable de la Residencia: Lorca, Dalí, Buñuel y Pepín Nieto, utilizaban para referiste a la poesía y las artes más sentimentaloides, tradicionalistas y académicas, así como a los modernos. Se componía de algunas láminas dibujadas por Dalí precedidas de un texto de Lorca." Algunos de los llamados putrefactos por ellos fueron Chaplin o Picasso.

También te hablan en la exposición de una expresión muy utilizada por ellos en su relación: "Hay claridad". Es una expresión que inventó Dalí, y muy usada por ambos en sus cartas, escritos y poemas. Parece ser que la decía una vendedora de pescado de Cadaqués, la vida marinera donde la familia de Dalí tenía una casa, y donde muchas veces éste invitó a Lorca a que pasará algunas vacaciones con él. Pues bien esa expresión "Hay claridad" la usaba mucho esta vendedora algo loca. Ellos la adoptaron como la formula para plasmar una estética. 

Por ejemplo Cadaqués era el símbolo de esa claridad que propugnaban con sus casas blancas y cúbicas, apiñadas en torno al volumen de la iglesia, las visas y los campos de olivo. Es decir un Mediterraneo idealizado. 

En la exposición se tocan las vanguardias que existían en esos años y que de alguna forma influyeron en estos autores. Como "El realismo mágico" de Roh...

O también los temas de marineros y prostitutas que estaban de moda en un tipo de literatura más canalla, y del cual también hablan ellos.



Otro término que inventaron fue el de "Estética Fisiológica". Lorca usaba esta expresión en algunas cartas del año 1928 para referirse al nuevo rumbo de la obra de Dalí. Aquí comenzaban ya a distanciarse un poco. Este término de "Estética Fisiológica" era el de las manos y cabeza cortadas, los torsos mutilados... de los dibujos del nuevo Dalí. Los modelos ya no son de "claridad" sino que ahora entra en juego el mal, lo bajo, el erotismo bestial... 

Dalí se hace más radical. Hablan en la exposición de que "la subjetividad radical" de Dalí va desplazando la objetividad compartida de los dos amigos. Y entonces llega la ruptura intelectual entre ellos. 

La relación duró hasta el año 1929, cuando Dalí se traslada a París y Lorca a Nueva York.

Es un tema muy curioso, muy interesante, aunque, al menos para mí también muy complejo. La exposición está muy bien, es completa y uno se puede hacer una idea bastante próxima, yo creo, de lo que fue aquella amistad y aquel tiempo.


Dali, Lorca y la Residencia de Estudiantes
De lunes a domingo, de 10 a 20 h. Precio: Actividad gratuita
CaixaForum Madrid. Paseo del Prado, 36. 28014 MADRID