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viernes, 15 de febrero de 2019

Los faros de Tenerife. Una visita obligada.


Faro de Punta de Teno. Tenerife 2019

 Nosotros queríamos traernos un faro. 
O dos, o tres... o los que fueran, no le voy a engañar. El caso era: traernos un faro.
Los faros nunca sobran y alumbran mucho. Además, que no son pocas las ocasiones que necesitamos que nos indiquen por dónde tirar, que a veces nos sentimos un poco perdidos.
Y la verdad, que cuando se trata de faros no tenemos medida ¿sabe? 

Así que nos dedicamos a rodear la isla, sí Tenerife, para elegir el nuestro. Porque Tenerife tiene siete ¿sabe? Una maravilla.

El caso es que cuando te pones a llevarte un faro pues vas mirando todo, ya sabe, que no es cuestión de llevarse el primero que veas. Miras su estética, miras su ubicación, sus vistas, en fin, todas sus prestaciones. No se equivoque, que todos los faros no son iguales, ni mucho menos. Y nosotros queríamos llevarnos uno del que nos sintiéramos muy orgullosos. Que nos tenía que durar para toda la vida.

Del primero que vimos, el Faro de Buenavista, nos gustó el paraje en el que estaba. Lo podías divisar a lo lejos y desde lo alto. Eso decía mucho en su favor. En la lejanía reinaba en medio de un paraje casi llano y absolutamente despejado, nada le hacía sombra, un placer para la vista. Por otra parte para llegar hasta su base tenías que ir atravesando muchas plataneras, eso nos gustaba, que el platano de Canarias, oiga, no es cualquier cosa, pequeñito pero bien rico. Pero cuando llegamos hasta él pues hombre, te sorprendes al encontrar este faro tan moderno. Tiene una escalera que va subiendo en espiral hasta arriba, hasta la luminaria. Lo miramos de lejos, lo miramos de cerca, y no es que no nos gustara, entiéndame, pero es que era tan parecido a un sacacorchos, que no acababa de llenarnos tanto, tanto como para llevárnoslo, la verdad. Así que le tiramos un beso y seguimos buscando.

Faro de Buenavista. Tenerife 2019


El siguiente que vimos, fue el Faro del Puerto de la Cruz. Mire si le soy sincera, a mí el Puerto siempre me ha gustado mucho. Tiene su playa de arenas negras, su barrio de los pescadores, su litoral. Es un lugar muy agradable para pasear, para estar, mucho. Al Puerto de la Cruz hay que ir, si usted va a Tenerife, hay que ir sí o sí. Pero el lugar donde está su faro, pues no sé, un poco desangelado nos pareció. Ni está sobre rocas, ni tiene un litoral de postal, la verdad. Está muy cerca de un aparcamiento, no le voy a engañar. Y si nos pareció moderno el de Buenavista, éste ya ni le cuento. Es bastante singular, por decirlo suavemente. Y también es cierto que es un faro jovenzuelo, y tiene poca experiencia, y quizá por eso sea un poco más atrevido. No sé, pero sinceramente, pues que nosotros somos más tradicionales, y claro tan, tan moderno nos chocaba. Así que le agradecimos el día soleado, y le dijimos hasta pronto con otro beso. Porque volveremos eso sí que se lo digo.

Faro del Puerto de la Cruz. Tenerife 2019


El tercero que visitamos, menudo fracaso. Oiga que ni le vimos. Y no será porque no le buscamos... Me estoy refiriendo al Faro de Punta de Rasca. Fuimos hasta el sur en su busca. Y según el google maps, estábamos cerca. Pero ya podía decir el google, que no había forma de llegar. Todas las indicaciones terminaban en caminos privados, vallados, o por dónde fuera por lo que fuera no se podía acceder. Así que cómo para llevárnoslo. Que está muy bien que los faros estén sobre parajes abruptos y acantilados, pero que se dejen ver ¿no le parece? Porque si un faro no se deja ver, mal vamos, perdone que le diga. Que sí, que lo comprendo, que los que le tienen que ver no vienen de tierra adentro, pero oiga, si es un faro, es un faro. No fastidie. En fin, que no voy a discutir porque cada uno se pone donde quiera o donde le dejan. Pero el caso es que un fracaso encontrarle. Así que ni beso.


Al siguiente faro llegamos volando. Literalmente volando. Y nos gustaba, vaya si nos gustaba. Era un faro pinturero, sabe. Muy bien situado cerca de un pueblecito pesquero, pero al final de su consabido camino que llega al Faro. Además se dejaba ver a lo lejos y estaba en lo alto de los acantilados bajo el cual rompian las olas. Hasta tenía la singularidad de tener un pueblo fantasma cerca. Vamos que no le faltaba detalle. Bien es verdad. Y más mono que era... Ahí quietecito, y vestido con sus franjas de toda la vida. Le juro que nos lo hubiéramos llevado. Pero es que estaba envuelto en tanto viento... Pero en tanto viento... Que la verdad ¿Y si se volaba? Después de traernoslo ¿si se volaba? Nos hubiera partido el alma. Y que no esta bien, oiga. Llevárselo, desarraigarle, para que luego se nos pierda, pues qué quiere que le diga, no está bien. Así que con todo el dolor de nuestro  corazón, allí que le dejamos también. En medio de esa ventolera. Y por supuesto que también le tiramos un beso. Pero también salió volando. No le digo más. Ah que no le he dicho su nombre, el Faro de Abona, uno de los más antiguos, pero un primor de faro. 

Faro de Abona. Tenerife 2019



Y finalmente llegamos a nuestro faro. Un faro al que nos costó tres veces llegar. Pero oiga como debe ser, hay que seducirle poco a poco, así se hace valer, y tú lo valoras más. Al que no se puede llegar si no es por una carreterita bien estrecha, con peligro de desprendimiento, pero que te permite llegar. Un faro que está situado en un parque natural, en un espigón, rodeado de acantilados de piedra volcánica. Un faro al que llegas, y divisas desde varios lados, pero no puedes acceder hasta su base. Aunque estás ahí, ahí al ladito. Un faro precioso al que llegas, pero no llegas. Y ahí en su misterio, está su encanto. Con los galones que da la experiencia, porque le inauguraron en el 1897, y hasta tenía su casa de farero, y ahí sigue. Ataviado como un faro de toda la vida, se luce como un faro elegante, con clase. Así que no seguimos buscando más ¿sabe? Porque era ese, el que teníamos que encontrar. Ese, el Faro de Punta de Teno. Y qué contentos nos pusimos. Saltando por los riscos, no le digo más. Vamos, que no tiene usted más que ver las fotos. 


Faro de Punta de Teno. Tenerife 2019

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