Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

jueves, 19 de agosto de 2021

Más murales de Madrid

 

 
 
 
 
En agosto no había que irse muy lejos 
para viajar,
para descubrir rincones nuevos,
para disfrutar.

Madrid domingueaba en sus fachadas, 
y como una peli de estreno,
se volvía historia, personaje y pasión.
 
Madrid era nuestra e infinita siempre, 
pero en agosto se adecuaba a nuestro paso,
se hacía de nuestra medida, 
se nos ofrecía 
más transitable,
más luminosa,
más de los que nos quedábamos
haciéndole compañía.


 
 
 
 
 
 
 
 


 


 

martes, 17 de agosto de 2021

"Bajo la piel" de Susana Rodríguez Lezaún

 

"-Entiendo -siguió Damen, concentrado ahora en acariciarle el interior del brazo-. ¿El nuevo cuervo lleva el alma de tu madre?

-Así es, lo hice por ella.

-¿Y el pájaro rojo que está al lado?

- No es rojo. Cuando la costra se caiga será marrón. Es un rálido de Aldabra, el único ser vivo del que se tiene noticia que ha reaparecido sobre la faz de la Tierra miles de años después de haberse extinguido.

-Como si fuera una...

-Resurrección -terminó Marcela-. Sé que puede sonar estúpido...

-No -le cortó Damen-. No suena estúpido en absoluto. Es un homenaje precioso, una forma iancreible de llevar contigo a las personas que amas."



Esta novela me la he leído en un suspiro. Me ha parecido de lo más, más, entretenido. Muy recomendable.

No conocía a esta autora, me la recomendó una amiga, y la verdad es que ahora me pienso leer todos los libros que tenga. 

"Bajo la piel" de Susana Rodríguez Lezaun. 

Me ha encantado el personaje principal. Marcela Pieldelobo. Me parece un personaje de esos, como Lisbeth Salander, que me resultan de lo más atractivo, tiene magnetismo. Se trata de una inspectora del Cuerpo Nacional de Policía de Pamplona, que anda por la treintena y arrastra un montón de problemas familiares y sentimentales, a quién se le va un poquillo la mano con el alcohol y es excesivamente visceral. Es un personaje duro por fuera y frágil por dentro que está perfectamente perfilado, con un montón de detalles curiosos en torno a su persona que hace que enseguida te atraiga, te cale, y te pongas de su lado. Es un personaje con tanta fuerza que toda la novela va a girar en torno a ella, es como si primero hubiera existido el personaje y después el autor le hubiera inventado su historia.

Junto a ella conoceremos a unos secundarios también de excepción, aunque no tengan el brillo de Marcela, me estoy refiriendo a su compañero Miguel Bonachera, a su pareja el policia foral Damen Andueña, o a su vecino Antón Errea, un jóven discapacitado. Con todos estos personajes llegas a encariñarte, están muy bien caracterizados, son creíbles, casi los ves moverse.

Aquí Marcela se va a encontrar con el caso de un bebé abandonado en un aparcamiento solitario y un coche de alquiler siniestrado sin rastro del conductor, pero con manchas de sangre y huellas de rodadas… Las pistas nos llevan hasta una familia de la zona muy influyente y muy tradicional del Opus. Pero los superiores apartan del caso a Marcela...

Se abordan muchos temas: las influencias, el poder del dinero, la corrupción, el maltrato...

La novela tiene muy buen ritmo, es ágil, hay mucha acción en su trama. Un ritmo casi frenético. Son 39 capítulos cortos, se leen muy rápido. El narrador es omnisciente. Y hay muchísimos diálogos, diálogos muy naturales, que fluyen, que te los crees, lo cual favorece que el ritmo sea mucho más rápido, de lo que ya es de por sí, gracias a su trama. 

Me ha gustado mucho la prosa de esta autora porque está salpicada de detalles que la hacen muy visual:

"Más de un día llegaba a la plaza llorando porque su madre no le permitía quitarse el uniforme escolar y ponerse pantalones, aunque fuera el chandal del colegio. Siempre llevaba esa horrible falda a cuadros escoceses, camisa blanca, una corbatita oscura, no sé si azul o negra, y chaqueta también oscura con un enorme escudo bordado en la pechera. Pero ella era muy lista -siguió-. En cuánto su madre se descuidaba, cogía la aguja de la falda, se cruzaba la parte de atrás entre las piernas y la engachaba delante. Parecía uno de esos pantalones hindúes. Entonces le veíamos las rodillas. -Rió. Sonreía como si estuviera viéndola en ese momento. Y quizá fuera así, quizá Victoria estuviera detrás de sus ojos."

Muy bien ambientada en Pamplona y Zugarramurdi, podemos casi humedernos con la lluvia, con ese ambiente gris, o pasar hasta frio. Muy bien reflejado ese mundo de Navarra, tanto el de la capital como el del pueblo de callecitas estrechas, salpicado de verde y construído de piedra.  


En fin, que se nota que me ha tenido enganchada a la historia. ¿Verdad?

Me ha parecido una novela muy recomendable, y tengo la idea de leer el resto de novelas de esta autora.


lunes, 16 de agosto de 2021

"Lo que la marea esconde" de María Oruña

 


"...Llevaban mucho tiempo corriendo el uno hacia el otro sin encontrarse. Ambos eran en realidad como aquellas aves de las Órcadas, aquellos pájaros hijos de los árboles que venían de la oscuridad pero que después con suerte, eran los que más alto podían alzar el vuelo..."


Y otra vez que he leído novelas con más rápidez que he escrito sus reseñas. Tenemos que darle más vidilla a esta sección porque ya tenemos fila.

Interrumpí durante una semana la lectura de Andres Trapiello, su "Madrid" que ya hemos reseñado, para intercalar una novela ambientada en Cantabria. Me escapaba una semanita para esas preciosas tierras y quería que me acompañara una historia que se desarrollara allí mismo.

La elegida fue la cuarta entrega de las novelas protagonizadas por la teniente Valentina Redondo. Claro, estoy hablando del último libro de María Oruña: "Lo que la marea esconde". Me habían gustado las otras tres anteriores y tenía pendiente saber que había sido de los protagonistas.

En este caso concreto la acción se desarrolla en Santander ciudad. Las playas del Sardinero, la bahía, el Faro de Cabo Mayor y sus aledaños son los paisajes elegidos. Está maravillosamente ambientada, la verdad. Yo, que en ese momento estaba paseándome por allí, encontraba todo muy reconocible. Ya conocía Santander, pero verla, vivirla así, a través de la trama de una novela le da otro punto más de identificación con la historia y con la tierra.

El argumento de esta entrega es el siguiente: Judith Pombo, presidenta del Real Club de Tenis de Santander es encontrada muerta en su camarote de la goleta La Giralda. Lo más curioso es que la habitación está cerrada por dentro, aunque la herida del cadáver demuestra que se trata de un asesinato."

María Oruña recurre en esta novela al crimen conocido como de "la habitación cerrada" que ya la habían utilizado otros autores del siglo pasado. No es un tema nuevo. En consecuencia va a intercalar al comienzo de cada capítulo citas de buenos autores del género como Agatha Christie, Leroux o Edgar Allan Poe. Es todo un homenaje a aquellas novelas el que nos hace la autora en esta "Lo que la marea esconde". Yo, que cuando tenía 14 años me leí muchísimos libros de Agatha Christie en aquellos largos veranos que tanto he echado de menos desde que comencé a trabajar, he sentido que me transportaba tanto a aquellas historias que tanto me atrapaban como a la que yo era entonces, al releer esas alusiones a sus novelas.

No es de esta serie de novelas, la que más me ha gustado, la verdad. Pero por otra parte, creo que en esta cuarta entrega de la saga la escritora ha mejorado mucho en lo que se refiere al cuidado que ha puesto a la hora de estructurar la novela. Tanto por esa vuelta al género, como por lo curioso del punto histórico, no quiero desvelar nada, al que ha aludido para desentrañar el misterio en sus últimas páginas. Otra cosa ya es lo acertado o estrambótico que le parezca al lector esa explicación, eso ya es cuestión de gustos. A mí no me ha parecido mal.

En general, como las anteriores novelas policíacas con ésta protagonista, se lee muy bien. Está escrita en tercera persona y con una prosa muy sencilla, muy clara, que va fluyendo sola. Es muy entretenida y amena. Volver a la historia paralela de Valentina y Oliver, los protagonistas, siempre apetece, la autora ha creado unos personajes muy bien perfilados y creíbles, da gusto volver a encontrarse y saber cómo van avanzando en su relación. 

Están bien estas novelas de María Oruña, son agradables de leer y mantienen el interés. Eso sí yo las leería por orden, aunque son misterios diferentes en cada una, guardando su cronología se puede seguir mejor la historia personal y paralela de los personajes principales.

Y ahora a esperar la quinta.


sábado, 14 de agosto de 2021

Un amor. Faros de la Isla de La Palma

 

Faro de Fuencaliente

 Nuestra historia de amor en La Palma comenzó en el Faro de Fuencaliente. 

 

Como a este faro, a quién la erupción del volcán Teneguía a punto estuvo de sepultarlo, así a nosotros casi nos arrastra aquella pasión. Sin embargo tan milagrosamente como al volcan de principios del siglo XX le respetó la lava, así nosotros sobrevivimos a aquellos días absolutamente febriles en los que nos costaba salir de la habitación si no era para buscar los rincones más íntimos de la Isla. Cuánto le gustaba a mi cuerpo sentir el tuyo cerca, tu piel y mi piel no perdían oportunidad de rozarse, de sentirse, de disfrutarse. Cuántas risas entre los besos.


Sin embargo no supimos reconducir aquel torrente de sensaciones, no logramos templar aquella fiebre volcánica que nos llevó a descubrirnos y sin darnos apenas cuenta nuestra relación se volteó monótona, rutinaria, tan insípida como el Faro de Arenas Blancas que había cerca de la casita marinera donde terminamos sobreviviendo. Aquella casita de colores, rodeada de arena y cangrejos, aún me hace sonreír a pesar de que nuestro tiempo allí ya no tuvo el sabor ni el dulzor de los primeros tiempos juntos.

 

Faro de Arenas Blancas

 


 

Aún así, no sabíamos que nos quedaba vivir lo peor. ¿Qué nos ocurrió? ¿Dónde despistamos a las caricias? ¿Dónde extraviamos los besos? ¿Cómo pudimos dejar que nuestra vida se volviera ese lugar accidentado? A menudo pienso en aquellos días como en el lugar donde alzaba el Faro de Punta Lava.

Al oeste de la lujuria y el amor, alzamos nuestra casa, al lado de unos invernaderos, dónde si no, a los que se llegaba por un estrecho y recóndito camino. A los pies de ese faro feucho dejamos languidecer y casi tiritar de frío a aquel amor nuestro que tanto calor nos había dado ¿Cómo pudimos convertirlo en algo tan gris y sin gracia?


Faro de Punta Lava

 

 

 

¿De dónde sacamos la fuerza para quedarnos con lo mejor? ¿Cómo conseguimos reconducir aquella lánguida relación que daba sus últimas bocanadas? A punto de ser uno de esos pobres peces a quienes las olas les hacían chocar contra las rocas.

¿Que viento benefactor soplaba el día que nos cambiamos de casa? Nos mudamos de Faro y nos fuimos a vivir al norte, cerca del Faro de Punta Cumplida. Y cómo no podía ser de otra forma allí cumplimos el deseo de seguir juntos.

Entre cultivos de plataneras, tal y cómo había resistido aquel faro de 150 años, resistió nuestro amor. Rescatamos la ternura y el sentido del humor de allá donde los habíamos desterrado, aprendimos otra vez a mirarnos de frente. Nuestros ojos, nuestras manos, las yemas desnudas de nuestros dedos se reconocieron de nuevo y una pizquita de cariño, una brizna indestructible, consiguió el resto.

 

Te echaba tanto de menos, musitaste en mi oído la noche que volviste a abrazarme.


Faro de Punta Cumplida


jueves, 5 de agosto de 2021

Cuéntame uno de veletas

 

Junio 2021 La Palma


Acababas de decir que este verano no salían muchas veletas a nuestro encuentro, cuando de pronto apareció.

Billaba en lo más alto, silenciosa e intacta.

Dicen que si sueñas que ves un ángel, o varios, tocando trompetas vienen buenas nuevas, noticias ansiadas o inesperadas, pero al fin y al cabo noticias que abren un próspero porvenir.

¿Y tú crees esas cosas? Pregunté con el más puro escepticismo escapándoseme por los ojos y la voz.

Me miraste, sonreíste, y echaste a andar dejando escapar tu respuesta al aire, como si fuera una cometa:

Yo lo que creo es en las veletas. 

 

Y como el ángel, además de llevar trompeta, tocaba hacia el norte, para allá que fuimos en busca del próspero porvenir.


Junio 2021 La Palma

Julio 2021 Ajo (Cantabria)

Julio 2021 Isla (Cantabria)

Julio 2021 Isla (Cantabria)


miércoles, 4 de agosto de 2021

"Madrid" de Andres Trapiello


 

  "A menudo oímos: "No sé cómo podéis vivir en Madrid". Y llevan razón. Yo tampoco me lo explico. Pero si puedo, nunca me iré de esta casa ni de este barrio; cada día los encuentra uno, cómo decirlo, más cercanos, sin que por ello vea que se lo estemos quitando a nadie. Esta ciudad nos sienta a todos como ropa de niño pobre, "corta y larga". Lo que tiene de urbe lo tiene también de "campesino y lugareño", como se encargan de recordar una vez al año los rebaños de merinas que atraviesan la cazada que pasa por la Puerta de Alcalá..."

 

Hoy me apetecía conversar de libros con mi blog. 

Se trataba de huir de la rutina y, sobre todo, de los sinsabores, escapando por la puerta profunda de un libro: la mejor puerta.

He comenzado yo contándole que he estado ultimamente leyendo "Madrid" de Andres Trapiello. Y le he dicho "ultimamente" porque he tardado "lo que ni sé" en leerlo. Pero lo cierto es que me entretenía, me entretenía mucho y además me enseñaba y me recordaba algunos aspectos de Madrid que o no sabía o había olvidado. Además de volver a recorrer este Madrid en el que vivo cada día, de su mano, lo cual ha sido un doble placer.

Este libro de Andres Trapiello, le dije, no es una guía, ni un callejero, ni un libro histórico de Madrid, es un revoltijo de todo, con trazas literarias sí, pero también bastante de sus opiniones, sus recuerdos, sus sueños y frustraciones. Es una mezcla entre su propia biografía y la de Madrid, desde que siendo un adolescente leonés decidió venirse para acá, tras una pelea con su padre, y detrás del que creía sería el gran amor de su vida, en el año 1971. A partir de esa llegada, Trapiello nos va relatando tanto de su vida, como de los distintos aspectos de esta ciudad, mientras va saltando de un tema a otro, todos relacionados con Madrid. Quizá no tenga un hilo argumental muy claro, ni mucho orden, pero yo se lo recomendaría a mi blog y a quién gustase de que le cuenten de Madrid.

A quién le gustase que le cuenten "mucho" de Madrid porque anda que no te ha durado... -Me ha respondido mi blog.

Bueno, le he dicho yo, tampoco hay por qué leerlo de un tirón. No es una novela. Se puede leer altenándolo con otros libros más ligeros. 

Que es lo que tú has hecho -Ha apostillado él. (A veces no puedo con mi blog cuando se cree que lo sabe todo de mí.) 

Sí, efectivamente, yo también antes de terminarlo me leí una novela y luego volví a él. Solo una, de María Oruña, y mientras estaba de viaje, por leer algo ambientado en los paisajes que estaba visitando y más ligero, que para eso estaba de vacaciones... Y de pronto me he callado, porque ¡Qué necesidad tenía yo de justificarme con mi blog! No hay nada más placentero y más particular que la lectura. ¿A qué vienen estos reproches? Digo yo...

 

Y he vuelto a centrarme en Andres Trapiello y su "Madrid":

Para ser ‘nada y de nadie’, de Madrid todos creen tener algo que decir, y por lo general acaban diciéndolo. Y a Madrid todo le parece bien, porque es Madrid”.

Habla mucho en este libro Trapiello, además de otros muchos escritores, de Benito Pérez Galdós, y lo hace con devoción: “porque sin Galdós no se entiende Madrid”. Muchas veces alude a él durante todo el libro, a su Fortuna y Jacinta, que según Trapiello no solo es la gran novela de Madrid, sino el gran libro sobre Madrid. 

“Acaso el galdosiano es el único Madrid que haya existido, antes incluso de Galdós, y el único que aún pervive extendido por toda la ciudad”.

 Habla también mucho, cómo no, del Rastro de Madrid, del que es asiduo de siempre y de cómo conoció siendo jóven el Museo Romántico, donde tantos momentos inolvidables pasó antes de que lo reformaran. Habla de la gastronomía y de los toros. Alude a la "chulería madrileñá" y a los sucesos y personajes que la han poblado. Habla incluso del árbol de Madrid, la acacia y su vista favorita desde esta ciudad. Habla del Covid, de la Ley de la Memoria Histórica, y de la retirada de algunas estatuas. Habla de todo cuánto siente y vive en este Madrid que habita, y eso se nota en estas páginas.

 

Aunque, bien es cierto, para hablar de la historia de Madrid recurre a un historiador:

“Su historia, nos recuerda Santos Juliá, es la de una ciudad que ha querido ser con Austrias y Borbones la capital de la monarquía; con los liberales del siglo XIX la capital de la nación; en 1931 la capital de la República; en 1939, con Franco, la capital de España, y desde 1978 la capital del Estado. En la actualidad yo creo que apenas es ya nada, solo el buzón donde todo el mundo, principalmente ‘las provincias’, como las llama Ortega y Gasset, dirige sus quejas y reclamaciones. Pero no solo: ha sido, como ninguna otra, la de las ocasiones perdidas. Aunque sin exagerar: tampoco es un proyecto en ruinas”.


En definitiva habla de todo cuánto le ha parecido, en virtud de su amor por Madrid y su particular punto de vista. Y eso se transparenta a lo largo de todas estas memorias o ensayo o como queramos definir este gran tomo narrativo. En cualquier caso es una narración original y distinta. Todo el libro está escrito con un estilo impregnado de naturalidad, muy cercano pero muy literario, salpicado de citas literarias, de frases escogidas, de alusiones a libros y autores, a conversaciones, a tertulias, a amistad y amor por la literatura: "Lo que se sabe sentir se sabe decir" es una frase de El amante liberal que he citado mil veces. No hay otra enseñanza que valga. Y que el Quijote sea una novela a la que le sobran quinientas páginas da lo mismo, podría haber tenido otras quinientas y seguiría siendo la obra maestra que es...".

Por eso mismo he podido tomar nota de muchos libros que recomienda, por ejemplo de varios que hablan del Madrid de la Guerra. 

Está contado también, en lo que al estilo se refiere, con pinceladas de humor, con cierta gracia. Es curioso.

Ha trabajado en él cuatro años y seguramente podría haber seguido otros tantos. En cualquier caso, aunque la primera parte se me hizo un poco más árida que la segunda, yo hubiera seguido leyéndolo, porque lo he disfrutado mucho. 



Ea, dice mi blog cuando me escucha.

Ea, le digo yo y además pienso publicar esta entrada, le concluyo.

Tú misma. Me contesta él retirandose a su natural ostracismo.

Ay qué carácter tiene...



"Este libro ha sido el fruto de cuarenta años de vida madrileña y de muchos derribos. Durante los cuatro que ha trabajado uno en él he ido tomando notas de lecturas, paseos e impresiones, y aprovechando las que he ido guardando en unas libretas de hule negro, encontradas, cómo no, en el Rastro y procedentes de viejas papelerías cerradas por defunción o quiebra. ..."