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jueves, 9 de agosto de 2018

"Lejos del corazón" de Lorenzo Silva



"Era ya de noche cuando recogí a mi hijo en casa de mi madre y le cedí el volante de mi coche, para fuera él quién lo llevara hasta la ciudad donde vivía su abuela. Durante el viaje se interesó por la investigación en la que había estado enfrascado las dos últimas semanas. Por primera vez en su vida, le conté lo que había hecho con todo lujo de detalles. A fin de cuentas, ya no era el niño a quién tenía el deber de no mezclar con el dolor que veía en mi trabajo, sino un hombre a quién debía preparar para soportar el espectáculo de la crueldad humana sin dejar que le debilitara ni le envileciese. Él mismo percibió la diferencia y no me hizo tantas preguntas como solía cuando era más pequeño; se contentó con lo que le conté, que todo lo que creí que importaba saber para entender cuanto yo entendía de aquella historia.
-Hay una idea a la que se ha rendido demasiada gente -le dije-. Pasa por ser una buena idea, una idea astuta incluso, pero una historia como esta te hace ver lo destructiva que puede ser. Viene a decir, la idea en cuestión, que lo que a uno le conviene es siempre legítimo; que lo que puedes hacer, porque tienes los medios o la oportunidad, y te gusta o te apetece o te renta, tienes también el derecho a hacerlo.
-¿A que te refieres, en concreto? -me preguntó.
- A que la gente se ha hecho a tomar lo que tiene a mano, y más si siente que no mira nadie y no siente el daño que pueda hacerle a otro. Pero la vida no es eso: la vida es encontrar un deber. Uno personal, que tú te creas y descubras por ti mismo, no el que otro quiera ponerte. Y a ese deber dárselo todo, pase lo que pase: te festejen o te maldigan, ganes o pierdas, cuando te recompense y cuando sea tu cruz."


Hace veinte años que Lorenzo Silva escribió su primer libro policíaco con la pareja de guardias civiles Ruben Bevilacqua y Virgina Chamorro titulado "El lejano país de los estanques" que me gustó tanto que ya me convertí en incondicional.

Por supuesto no todos los libros de ellos me han llegado por igual, siempre recuerdo como especiales  el tercero "La niebla y la doncella" o el quinto "La reina sin espejo", por ejemplo. Pero ya se sabe que en esto hay mucho de gustos personales o del momento en que justo lo leas.

Lo que creo que no varía es que todos están muy bien escritos. Están bien repartidos los materiales para la intriga, y los personajes tanto los de siempre como los que van surgiendo en cada nueva trama están tan bien perfilados que los ves moverse. En algunos habrá más acción que en otros, pero subyace siempre un poso muy reflexivo que encarna el protagonista Bevilaqua.

"Quizá el mayor reto del arte de vivir consista en haber descubierto una manera de seguir prendido a los días cuando la vida empieza a mandarte señales de que has empezado a serle prescindible. Y quizá no exista una señal comparable a la que me tocó recibir aquella mañana en la explanada barrida por el viento glacial que bajaba de la sierra: la de ver a uno como tú, pero mejor armado, más limpio y con más hambre de todo, en el sitio exacto que tú ocupaste años atrás".

Acabo de terminar el último de la serie "Lejos del corazón" y voy a considerarlo como uno de los que más me han entretenido y conmovido.

Me he reencontrado con estos dos personajes y veo que ambos han madurado muy bien. Rubén Bevilacqua es de más o menos de mi edad y vamos por la vida paralelos cumpliendo años, además de que estudió Psícología como yo. No lo puedo evitar, siento debilidad por este personaje sesudo con un mundo interior tan rico. Pero Virgi (Virginia Chamorro) tampoco está madurando nada mal. Se ha convertido en una mujer interesante e inteligente. Yo creo que el autor con mucho acierto y prudencia, novela a novela, ha sabido ir haciendo crecer a esta pareja de guardias civiles, tallándoles de forma brillante a la medida de las experiencias personales y profesionales que les están tocando vivir.

En esta ocasión el autor nos presenta un nuevo caso policial, muy actual, como siempre, y ambientado en el campo de Gibraltar, Algeciras, el Estrecho, toda esa zona con tanto movimiento tanto delictivo como de inmigración. El mundo del narcotráfico anida en ella y hay tanta implicación, que por parte de las autoridades no es nada fácil controlar.

Esta nueva novela toca un tema tan en boga como la delincuencia en el ciberespacio. Ese terreno vasto donde parece que cuesta menos delinquir porque no tienes delante de ti a las víctimas. La facilidad con que se puede llegar a cada uno de nosotros gracias a internet, lo fácil que es hacer que cada uno pague sin darse ni cuenta. Se apuntan muchos otros importantes temas: la inmigración y  la juventud actual con ese dominio increíble de las tecnologías, por ejemplo. Y sobre todo el miedo y la codicia en la base de todos.

El argumento comienza cuando tienen que ir a investigar el secuestro de un joven de 25 años, informático, con antecedentes de delitos informáticos. Su familia ha pagado el rescate pero no lo han soltado, lo que nos lleva a pensar lo peor.

No quiero contar mucho para no decir de más. Pero a mí me ha entretenido mucho.

Como siempre el estilo un poco denso de escritura de Lorenzo Silva está presente. Esas comeduras de tarro de Bevilacqua, sus reflexiones tan bien argumentadas, su forma de ver la realidad tan templada, cada vez más serena.

El autor nos ha mostrado ese mundo delictivo que hay detrás de lo virtual: el blanqueo del dinero, las criptomonedas, el paraíso fiscal de Gibraltar tan cerca. Ha reflejado a la sociedad actual, esa parte de nuestra juventud enormemente preparada en las tecnologías, tanto, que les resulta fácil aprovecharlo para hacerse ricos rozando más o menos la ilegalidad. Me ha resultado muy interesante todo lo que me ha contado sobre estos temas. Pero además me ha parecido que no deja a un lado la cuestión sentimental. Es una novela con mucha carga de nostalgia, y más carga afectiva que en otras novelas de la saga, creo yo. Me parece muy acertada la forma en que el autor describe los sentimientos, cómo los muestra. Es una novela policíaca muy completa.

"Aunque con el tiempo había ganado malicia, jamás se había permitido convertirla en retorcimiento. Seguía siendo tan limpia y tan de verdad como aquella veinteañera pudorosa que muchos años atrás habían puesto a mis órdenes, sólo que ahora era mucho más fuerte. En ella, bien que lo sabía, tenía uno de los puntales de mi fortuna".

En fin, que qué gusto recuperar a Lorenzo Silva con Bevilacqua y Chamorro.
Cuánto lo he disfrutado.



4 comentarios:

  1. Rocío, yo también lo he leído este verano. Me lo regalaron mis hijos; es todo un clásico en casa, Bevilacqua y Chamorro con dedicatoria, ya sea del autor o de mis chicos, como regalo de cumpleaños. Y tienen el éxito asegurado.
    Justo antes había leído "Recordarán tu nombre", que me ha gustado mucho también.
    Como bien dices, qué gusto recuperar a Lorenzo Silva.
    Un abrazo, Rocío.

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  2. Y qué gusto encontrarte aquí Ana, entre mis comentarios. La saga de Bevilacqua y Chamorro cómo nos llega ¿verdad? Qué bueno Lorenzo Silva. Mil gracias por tu comentario Ana, un besazo

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  3. Un beso, Rocío. Ahora que he resuelto unos problemillas informáticos puedo entrar en tu blog, así que cuenta con mi compañía en este lado.

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  4. Qué bien Ana. Lo que me da problemillas ahora es mi blog, que se queda con mis comentarios y no me dice nada... Y claro hasta que los veo... En cualquier caso me alegro de tenerte por aquí. Un beso.

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