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jueves, 26 de octubre de 2017

Comienza el curso en mi tertulia literaria Rascamán








“El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión”. Decían en el Secreto de sus ojos, con ese acento argentino que también despierta pasiones encontradas.

Y pasiones encontradas fue lo que tuvimos nosotros ayer. Nosotros, que somos esos tipos que tampoco pueden cambiar de pasión. Nos gusta jugar con las palabras doctor, nos gusta Padre, nos gusta querido o querida, nos gusta mucho, qué vamos a hacer… Y nos gusta tanto que aparcamos nuestra vida para reencontrarnos una tarde. Tanto que apenas nos tomamos vacaciones, y si nos las cogemos (y utilizamos este verbo porque somos unos tipos españoles que no argentinos) queremos volver a nuestro secreto.

Como contrabandistas de la palabra tenemos un sótano donde conspiramos los miércoles. Nuestros compinches son los dueños de la Santander que nos prestan un lugar a salvo del ruido y la rutina para nuestros trapicheos con el lenguaje.

Escribir y escuchar, aprender y descubrir, enseñar y compartir. No tenemos remedio. Y no es ni vicio ni enfermedad. No es exceso de tiempo ni falta de obligaciones, que somos tantos y tan distintos que de todo tenemos. No es eso. Porque bien lo decían en el Secreto de sus ojos: “aquel tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión”.

Como nosotros. Nosotros somos esos tipos que han vuelto a las andadas y desde ayer, festivo en nuestros calendarios, estamos de nuevo trapicheando con la palabra en el sótano donde conspiramos. No es vicio ni enfermedad. Es solo que no tenemos remedio.
Lo que tenemos, bendita sea, es una pasión.










2 comentarios:

  1. Que preciosa reseña, todos los locos de la palabra, juntos después de un verano lleno de viajes, cambios, proyectos que iremos viendo, libros publicados...el mejor remedio para olvidar el mundo que nos rodea...

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    1. Es nuestro refugio Cinta, el mejor. Hay tanto ruido fuera... Un beso y muchas gracias por tu comentario

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