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lunes, 7 de octubre de 2013

Edgar Allan Poe murió un 7 de octubre...






Tal día como hoy, un 7 de octubre, murió Edgar Allan Poe. Pero en 1849 y en Baltimore.

Dicen que siempre deseó ser poeta, pero que por cuestiones de economía se dedicó a la prosa. De todos es conocido que se le considera un maestro del género de misterio. Cómo no recordar títulos como "El escarabajo de oro" (1843), "Los crímenes de la calle Morgue"(1841) o "La caída de la casa Usher" (1839).

Es especialmente recordado y reconocido por sus cuentos.

Murió recién cumplidos los 40, y cómo no podía ser menos el misterio rodea su muerte:
¿Dónde había estado Poe los días inmediatamente anteriores? ¿Cuál fue la causa de la muerte? ¿Tuberculosis, cólera, sífilis, alcoholismo? 

Dicen que le encontraron en la calle, vestido con ropas que no eran suyas y delirando. Y dicen, siempre dicen, que sus últimas palabras fueron:
¡Que Dios ayude a mi pobre alma!

Por eso mismo cuando murió casi no acudió gente a su entierro, y de hecho no tuvo ni una lápida en condiciones. Años después algunos seguidores consiguieron que en el mismo cementerio se trasladaran los restos y se le pusiera un monumento. Por ello tiene dos tumbas. 

¿Os acordáis que en este mismo blog os conté que Dante también las tiene? 

También parece ser que durante años en la fecha de su nacimiento un desconocido ha estado acudiendo a su tumba para dejar media botella de cognac y tres rosas rojas (desde 1949 al 1998).

Cómo veis el escritor tuvo una vida trágica, y una muerte aún más trágica, pero afortunadamente nos han quedado sus cuentos, esa maravilla de cuentos.

Y además de sus leyendas, eso es lo que tenemos que recordar y releer. Os dejo con el comienzo de uno de ellos...


Edgar Allan Poe
(Boston, 1809 - Baltimore, 1849)


El gato negro

     "No espero ni remotamente que se conceda el menor crédito a la extraña, aunque familiar historia que voy a relatar. Sería verdaderamente insensato esperarlo cuando mis mismos sentidos rechazan su propio testimonio. No obstante, yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero, por si muero mañana, quiero aliviar hoy mi alma. Me propongo presentar ante el mundo, clara, suscintamente y sin comentarios, una serie de sencillos sucesos domésticos. Por sus consecuencias, estos sucesos me han torturado, me han anonadado. Con todo, sólo trataré de aclararlos. A mí sólo horror me han causado, a muchas personas parecerán tal vez menos terribles que estrambóticos. Quizá más tarde surja una inteligencia que de a mi visión una forma regular y tangible; una inteligencia más serena, más lógica, y, sobre todo, menos excitable que la mía, que no encuentre en las circunstancias que relato con horror más que una sucesión de causas y de efectos naturales.

      La docilidad y la humanidad fueron mis características durante mi niñez. Mi ternura de corazón era tan extremada, que atrajo sobre mí las burlas de mis camaradas.

      Sentía extraordinaria afición por los animales, y mis parientes me habían permitido poseer una gran variedad de ellos. Pasaba en su compañía casi todo el tiempo y jamás me sentía más feliz que cuando les daba de comer o acariciaba. Esta singularidad de mi carácter aumentó con los años, y cuando llegué a ser un hombre, vino a constituir uno de mis principales placeres. Para los que han profesado afecto a un perro fiel e inteligente, no es preciso que explique la naturaleza o la intensidad de goces que esto puede proporcionar. Hay en el desinteresado amor de un animal, en su abnegación, algo que va derecho al corazón del que ha tenido frecuentes ocasiones de experimentar su humilde amistad, su fidelidad sin límites. Me casé joven, y tuve la suerte de encontrar en mi esposa una disposición semejante a la mía. Observando mi inclinación hacia los animales domésticos, no perdonó ocasión alguna de proporcionarme los de las especies más agradables. Teniamos pájaros, un pez dorado, un perro hermosísimo, conejitos, un pequeño mono y un gato. Este último animal era tan robusto como hermoso, completamente negro y de una sagacidad maravillosa..."



http://7boom.mx/ocio/7-cosas-que-no-sabias-de-edgar-allan-poe

http://lecturasindispensables.blogspot.com.es/2012/12/12-cuentos-de-edgar-allan-poe.html

2 comentarios:

  1. He leído El gato negro y es magnífica. Tiene una prosa excelente. Lo que desconocía era que había muerto tan joven y en tan extrañas circunstancias. Fue su misteriosa muerte el último relato que escribió.

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  2. Sí, a mí también me gustan bastante los cuentos de Poe. Inquietantes y bien escritos. Me alegro de que hayas descubierto algo nuevo con la entrada. Muchas gracias Amparo. Un beso, Rocío

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