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martes, 13 de septiembre de 2011

Del lenguaje, del habla... de la vida.



Muchas veces hemos hablado en este blog del lenguaje.
Hoy también quería hablaros de él. 

Recuerdo de mis clases que Ferdinand de Saussure (un lingüista muy famoso, al que se le ha llamado "el padre de la lingüística") decía que el lenguaje se dividía en "lengua" y "habla". No es cuestión de profundizar mucho en el tema, porque por supuesto yo no soy ninguna erudita, pero solo deciros que la lengua sería el idioma, el modelo general y constante para todos los integrantes de una colectividad. Y el habla sería el modo particular individual y voluntario donde se concreta ese idioma.

Muchas veces hemos hablado de las palabras, de las muletillas, de las frases hechas... ¿No? Pues estaríamos por tanto hablando del habla. Porque el habla es mucho más informal...
Hoy un compañero de la tertulia ha dicho una frase que me ha hecho pensar. La verdad es que este compañero siempre me hace pensar.  La frase fue dicha por Leopoldo María Panero en la película "El desencanto". Película que define así mi compañero: " ...esa desgarradora, surrealista, inaudita y genial película dirigida por Jaime Chávarri que se titula "El desencanto", que trata sobre el poeta falangista Leopoldo Panero y su familia." 

La frase que quería señalaros dicha por Leopoldo María Panero es:
  "En la infancia se vive, 
mientras en el resto de la vida se sobrevive".


Está bien ¿verdad? Me ha gustado mucho.

Y cómo os decía me ha hecho pensar. No sé supongo que cómo ya han empezado los colegios, y vengo apretujada en el metro por los que vienen a examinarse a la Universidad, y hay ese barullo de voces jóvenes y carpetas y mochilas que se te clavan en la espalda... Por todo eso junto y revuelto, he terminado pensando en la infancia, por supuesto, pero también ¿cómo no? en todo lo que la envolvía: los olores, los colores, las personas... y el lenguaje, el habla. 

Y ¿A quién escuchábamos más hablar en la infancia? ¡Claro! a nuestra madre.

Y de pronto me he encontrado oyéndola. Escuchando esas frases hechas que no hacía más que repetirnos y que son parte de nosotros, de mis hermanos y mía. Ahí están, ahí dentro ya para siempre, ahí para el resto de nuestra vida, ahí cuando muchos días lo que hacemos es sobrevivir, como decía Panero.

A todos más o menos nos decía lo mismo nuestra madre ¿verdad? frases muchas veces hasta sin sentido que ahora me hacen sonreír...

¿Me dejais que os copie alguna de esas frases?

Venga unas poquitas... son tan, tan auténticas.


Eres lo más bonito del mundo entero y parte del extranjero…

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¿Vosotros os creéis que yo soy la criada?

No vengas tarde… y abrígate que hace frío…

Cerrad bien la puerta y no abráis a nadie…

¿Tú te crees que la ropa se va sola a la lavadora?

Ten cuidado y no te hagas caso de nadie… de nadie... ¿Me oyes?

Cómo vaya os vais a enterar…

Como yo vaya vas a llorar por algo...

Al día siguiente de comer lentejas está uno más guapo, ya lo verás, así que venga termínatelas…

¿Y qué vais a hacer cuándo yo no esté…? Porque yo no voy a vivir toda la vida…

-Mamá abre que soy yo…
-¿Y quién eres tú?
- Mamá que soy Rocío…
-¿Rocío? No Rocío se fue por ahí…
- ¡Mamá!
- Que Rocío se fue con sus amigos…
-¡Jo mamá…! Que hace frío…
- Ah ¿Y antes no hacía frío? Eh ¿No hacía frío? Anda entra que me tienes contenta…

¡Te quieres estar quieto ya con los brazos! Que pareces un gaznápiro…

¿Cómo que ya no quieres más? Hambre de siete semanas te daba yo a ti…

¡Pero si os acabáis de ver! ¿Qué tenéis otra vez que hablar por teléfono…?

Y ponte el gorro que luego verás los oídos… Luego a mí no vengas quejándote…

¿Y si tus amigos se tiran a un pozo tú te vas a tirar detrás?

Cómo me quite la zapatilla…

No aún no te puedes bañar que no has hecho la digestión…

Mamáaaa ¿Dónde está esto?
En tu habitación
No, no está…
Mira bien que no andará muy lejos
Pero que no está…
¿A que voy yo y está…?


¡Y a mí que me importa fulanito! Me importas tú…



6 comentarios:

  1. Es verdad que al recordarlas la primera sensación que se tiene es de ternura. Tenían nuestras madres, y tienen, esa capacidad para hacerse imprescindibles en la vida de uno, para reñirnos de vez en cuando (mucho menos de lo que nos merecíamos), pero también para querernos como nadie lo ha vuelto a hacer. Un amor que no admite réplica y que es de verdad "para siempre".
    Es significativo que relacionemos esas frases con nuestras madres y no tanto con nuestros padres. Pero no creas que se han olvidado del todo. También yo tengo que estar detrás de mi niña para que se abrigue con la chaqueta y no se vaya con desconocidos, aunque en estos tiempos creo que es más eficaz prohibirles jugar con la nintendo, porque si les amenazas con la zapatilla se ríen a la cara... En fin, así están las cosas.

    Un beso, Rocío, y gracias por refrescarnos la ternura.

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  2. Bueno, bueno Rocio que oportuna eres, que frases tan estupendas, tu lo asocias con tu madre y yo con mis hijos, que como ya saben son mayorcitos, pero todo eso que te decía tu mami se lo he dicho yo a los míos, besitos Mari

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  3. Sí, son frases maternales, algunas las reconozco; otras...me hubiera gustado escucharlas.
    Recuerdo, con dolor, pero sin resentimiento, insultos, comparaciones descalificadoras, malas caras e insatisfacción perpetua. También agradezco su lucha para que pudiera estudiar, para que no fuera una mujer que dependiera obligatoriamente de un hombre. Pero !cómo hubiera agradecido una sonrisa, un abrazo, una palabra cariñosa!
    Ella tiene Alzheimer y la cuido, cuidamos, con todo el amor.

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  4. Es verdad, Rocío: nos pasamos la vida sobreviviendo, custodiando aquel patrimonio que heredamos de la infancia, los olores, los colores, las personas, aquellas frases que perdurarán por más tiempo que pase, porque en el fondo sabemos que es el único patrimonio que tendremos nunca.
    Panero tenía razón.
    Me alegra mucho que te haya gustado la frase.
    Un beso.
    David Lerma

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  5. Y ya que estamos hablando de la frase de Leopoldo María Panero, quiero aprovechar la ocasión para recomendar su lectura. Yo lo escuchaba en aquellos estupendos programas de Sardá (ay Sardá) en el programa de radio "La Ventana", donde había una tertulia semanal con diversas personas con problemas psiquiátricos, entre ellos Leopoldo, quien solía acabar la tertulia recitando alguno de sus poemas. Es ciertamente un escritor-poeta-hombre atormentado, con un estilo obsesivo y descarnado, reflejo de una mentalidad que a veces le desborda, pero que muestra en ocasiones la lucidez de los genios.
    Transcribo aquí uno de sus poemas, como homenaje y recuerdo de su obra.

    "Vosotros, todos vosotros, toda
    esa carne que en la calle
    se apila, sois
    para mí alimento,
    todos esos ojos
    cubiertos de legañas, como de quien no acaba
    jamás de despertar, como
    mirando sin ver o bien sólo por sed
    de la absurda sanción de otra mirada,
    todos vosotros
    sois para mí alimento, y el espanto
    profundo de tener como espejo
    único esos ojos de vidrio, esa niebla
    en que se cruzan los muertos, ese
    es el precio que pago por mis alimentos."

    El lamento del vampiro

    Saludos para Rocío y todos sus seguidores.

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  6. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Gracias a los anónimos y a los no anónimos. Con vuestros comentarios y aportaciones me animais mucho a seguir poniendo entradas. Las madres duelen mucho, tanto para lo bueno como para lo malo. Yo, afortunadamente, no tengo de qué quejarme, todo lo contrario. Pero se puede palpar la tristeza en los demás cuando no es así. Gracias aún a pesar de la tristeza por tus palabras. Gracias María José por entrar aquí a menudo. Gracias David e Iñaki por vuestras palabras y por ese poema y esas palabras sobre Panero, tan ilustrativas. Muchas gracias a todos, de verdad. Besos, Rocío

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