Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 17 de mayo de 2010

¿Jugamos? contestaciones y Bartleby el Escribiente


Bueno, no era tan difícil ¿no? Era más bien fácil…

La mayoría de vosotros, tanto los que me habéis escrito aquí o allí, como los que me lo habéis dicho a viva voz, habéis relacionado muy bien las frases con los títulos en cuestión. Entre los que sabíais y los que ibais descartando… Claro que sí, no esperaba menos.


La correspondencia era:

- “Hoy mama murió” (« Aujourd`hui ma mère est morte ») - El extranjero de Camús

- “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo” - Cien años de soledad de Gabriel García Márquez

- "Preferiría no hacerlo" - Bartleby el escribiente de Melville.

-"Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera" - Anna Karenina de León Tolstoi.

-“Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor” - El Principito de Saint-Exupèry.

- "La heroica ciudad dormía la siesta..." - La Regenta de Leopoldo Alas Clarín.

-“Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.” - La metamorfosis de Kafka.

-"Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados" - El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez.

-"En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme..." - El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

-"Al principio creó Dios el cielo y la tierra..." - La Biblia (primera frase del primer libro de la Biblia: El libro del Génesis).







La frase que no era un principio, era la de Bartleby el escribiente. Un libro que si no lo habéis leído os recomiendo. Melville es más conocido por Moby Dick, pero quién ha leído a Bartleby se queda atrapado por su historia.
Una narración corta, aparentemente sencilla pero que te hace pensar mucho. Cuenta la historia de Bartleby un escribiente que cuando entró a trabajar era el mejor empleado, silencioso y trabajador, pero que poco a poco, y casi sin inmutarse, comienza a negarse a hacer lo que le piden…

“...En esta actitud estaba cuando le dije lo que debía hacer, esto es, examinar un breve escrito conmigo. Imaginen mi sorpresa, mi consternación, cuando sin moverse de su ángulo, Bartleby, con una voz singularmente suave y firme, replicó:

-Preferiría no hacerlo.


Me quedé un rato en silencio perfecto, ordenando mis atónitas facultades. Primero, se me ocurrió que mis oídos me engañaban o que Bartleby no había entendido mis palabras. Repetí la orden con la mayor claridad posible; pero con claridad se repitió la respuesta:
-Preferiría no hacerlo.


-Preferiría no hacerlo -repetí como un eco, poniéndome de pie, excitadísimo y cruzando el cuarto a grandes pasos-. ¿Qué quiere decir con eso? Está loco. Necesito que me ayude a confrontar esta página: tómela -y se la alcancé.
-Preferiría no hacerlo -dijo.


Lo miré con atención. Su rostro estaba tranquilo; sus ojos grises, vagamente serenos. Ni un rasgo denotaba agitación. Si hubiera habido en su actitud la menor incomodidad, enojo, impaciencia o impertinencia, en otras palabras si hubiera habido en él cualquier manifestación normalmente humana, yo lo hubiera despedido en forma violenta. Pero, dadas las circunstancias, hubiera sido como poner en la calle a mi pálido busto en yeso de Cicerón.

Me quedé mirándolo un rato largo mientras él seguía escribiendo y luego volví a mi escritorio. Esto es rarísimo, pensé. ¿Qué hacer? Mis asuntos eran urgentes. Resolví olvidar aquello, reservándolo para algún momento libre en el futuro. Llamé del otro cuarto a Nippers y pronto examinamos el escrito…”

4 comentarios:

  1. Sirva este comentario en esta entrada, por el componente literario que la invade, para todos los post en los que ilustras al navegante con hermosas citas en verso y prosa, sugieres interesantes exposiciones, o recomiendas determinadas lecturas.

    Disculpa mis comentarios, por atrevidos, a mucha distancia de lo que propones, y que posiblemente solo verás en aquellas entradas más livianas, desde el punto de vista del que no es, ni de lejos, un "letraherido", pero que mira con envidia (sana) a quienes sí lo son, y disfrutan siéndolo.

    No hay excusas disponibles para no amar la lectura, porque yo las tengo todas...

    ResponderEliminar
  2. No tengo nada que disculpar a tus comentarios. Si acaso todo lo contrario. Tengo que darte las gracias por pasarte por aquí, "mi otra casa", y más gracias por dejar rastro escrito de ese paso. ¡Y menudo rastro! Muy bien escrito y expresado. Lo dicho. Muchas gracias por estar aquí y decirlo. Un saludo, Rocío

    ResponderEliminar
  3. Ayer leí Bartleby, el escribiente.
    No conocía a Herman Melville. Si tuviera que fustigarme por todos los escritores que no conozco estaría en carne viva, pero sí me da rabia, lo confieso. Así que fui a la biblioteca y lo leí. Si no fuera por tu blog no habría caido en la cuenta de que alguien había escrito Moby Dick. Me gustó, me recordó a Kafka. Gracias por las puertas que me abres.
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Jo Ana, qué bien, leíste a Bartleby!!! Fue una lectura que comentamos largo y tendido en nuestra tertulia-taller. Bartleby da mucho que pensar, da mucho de sí, aún siendo una narración tan corta. Me alegro mucho de que mi comentario te haya hecho leerlo. Muchas gracias por decírmelo. Yo también tendría que fustigarme por los escritores que no conozco... poco a poco. Un abrazo fuerte,
    Rocío

    ResponderEliminar

Tus comentarios me enriquecen, anímate y déjame uno